Denuncian indiferencia gubernamental ante la intolerancia religiosa en Chiapas

Al griito de "ser evangélico no es un delito" marcharon cientos que viven su fe en Cristo, diferentes Iglesias y Congregaciones acompañados de 50 Pastores y líderes, exigieron Justicia y atención al grave problema de Intolerancia Religiosa que aqueja a 26 municipios.

Al griito de «ser evangélico no es un delito» marcharon cientos que viven su fe en Cristo, diferentes Iglesias y Congregaciones acompañados de 50 Pastores y líderes, exigieron Justicia y atención al grave problema de Intolerancia Religiosa que aqueja a 26 municipios.

Unas 2 mil personas, entre hombres, mujeres y niños evangélicos marcharon la noche del lunes para exigir al gobierno estatal su intervención ante las decenas de casos de intolerancia religiosa que se vive en Chiapas y que de no atender a los desplazados y expulsados de sus comunidades, iniciaràn esta misma semana una huelga de hambre.

Luego de 25 días en plantón que mantienen varias familias evangélicas, en las puertas de Palacio de Gobierno, justo en la plaza central de Tuxtla, salieron miles a las calles con el grito de “ser evangélico no es delito”.

José Luis Ovando Nuñez de la Confraternidad de Pastores de Chiapas, dijo que después de varios años de sufrir la expulsiones de sus comunidades y vivir refugiados lejos de sus lugares de origen, el pueblo evangélico salió a las calles para refrendar su respaldo y solidaridad por las familias que han tenido que abandonar sus hogares de forma forzada y para exigir al gobierno estatal mueva a sus operadores políticos para que promueve el diálogo, la negociación y el pronto retorno de los desplazados.

“Salimos a las calles todos para decirle que no están solos, que somos una sola familia y que vamos a apoyarlos en su reclamo ante el gobierno, por eso salimos a las calles, para que nos escuchen, para que nos atiendan, eso es todo”, dijo Ovando Nuñez.

Indicó que en Chiapas se tiene un recuento de más de mil 400 personas que forman unas 86 familias que han salido de forma forzada de sus comunidades en unos 26 municipios del estado de Chiapas, principalmente de la zona Altos y región Fronteriza.

Expuso que los derechos de profesar la fe religiosa con libertad como lo consagra la Carta Magna en México se violan a diario en muchas comunidades de Chiapas sin que autoridad alguna intervenga para poner fin a esta oleada de intolerancia religiosa.

Dijo que son los católicos tradicionalistas principalmente los principales expulsores de los evangélicos en diversos municipios como Las Margaritas, Huixtán, Chiapa de Corzo, Comitán, Venustiano Carranza y muchos más que suman unos 26.

Con cánticos y panderos, los evangélicos denunciaron que si bien han tenido mesas de diálogos con el gobierno estatal estos no han resuelto de fondo la conflictividad por la intolerancia religiosa que se vive en la entidad.

Dijeron que ellos se han manifestado de forma pacífica hasta este momento, que el menos unas 50 familias llevan en un plantón unos 25 días y no han resuelto sus demandas.

Los líderes del movimiento evangélico alertaron que las condiciones políticas y sociales están dadas para que hayan otra agresión como la que ocurrió en Acteal en diciembre de 1997.

Señalaron que el gobierno estatal no ha resuelto las demandas de los desplazados de sus comunidades. Y que si el gobierno no interviene se verán en la necesidad de emprender una huelga de hambre para ser escuchados.

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