UNACH, Rectoría y ley orgánica

 © Podio, tribuna y cátedra, esencias. Universidad de Salamanca. España (2006)


© Podio, tribuna y cátedra, esencias. Universidad de Salamanca. España (2006)

 

De acuerdo con la normatividad interna de la UNACH, Universidad Autónoma de Chiapas, por estos días su Junta de Gobierno, máximo órgano de control institucional, habrá de divulgar la convocatoria para seleccionar, nombrar y ungir al siguiente rector de nuestra casa de estudios. Esto para que a más tardar el jueves cuatro de diciembre, pueda tomar posesión el o la nueva rectora de los destinos de la Universidad, en atención a que fue en tal fecha pero del año 2010, cuando dio inicio el período rectoral de Jaime Vals Esponda.

 

Por fortuna, hoy no se observa la agitación que fue característica de otras épocas, tanto al interior de la Universidad, sus escuelas, facultades, unidades, centros e institutos, como al exterior, esfera de la política local, los grupos de poder, los grupos de presión e interés… medios masivos de comunicación incluídos. Hoy, tal como dicta el sentido común, “no está el horno para bollos” y, quizá a ello se deba la calma que permea al ámbito universitario local. El subsector de la educación superior al nivel nacional y la educación en general (profesores, sindicatos y estudiantes), pasan por una de sus peores crisis, dadas las dos últimas muestras de negligencia, autoritarismo gubernamental y violación fragrante de los derechos humanos, expresadas en los casos de Tlatlaya, Edomex, y Ayotzinapa, Guerrero. A la suma debe incluirse el movimiento estudiantil del Instituto Politécnico Nacional.

 

Y bien, en este contexto, dos asuntos coyunturales son ahora mismo importantes para la organización y ulterior desarrollo de la Universidad. 1. Saber, indagar o informar sobre las trayectorias personales, académicas, de las y los universitarios que pudieran perfilarse para regir la Universidad durante los siguientes cuatro años y, 2. Revisar, valorar o proponer reformas importantes a la Ley Orgánica de la Universidad, de frente a una organización absolutamente diferente a la que se hace referencia en los considerandos de esta Ley que data de mediados de 1989.

 

En lo primero y sin necesidad de exploraciones ni abstracciones rebuscadas, aparecen, están ahí, Roberto Villers Aispuro y Franco Escamirosa Montalvo, profesores-investigadores adscritos a la Facultad de Arquitectura, ambos provistos de larga trayectoria en el ámbito de la gestión y administración universitaria y educativa, al igual que Jorge López Arévalo y Apolinar Oliva Velas, ambos académicos, profesores de la Facultad de Ciencias Sociales, los cuatro doctores, menores de 60 años. Cuatro académicos notables, son identificables también, adscritos a la Facultad de Humanidades: Carlos Rincón Ramírez, Juan Carlos Cabrera Fuentes, Lilia González Velázquez y Hugo Armando Aguilar, los tres primeros doctores, dedicados a la docencia y a la investigación; los cuatro provistos de la experiencia adecuada en gestión y administración universitaria.

 

En el Soconusco brillan con luz propia Juan Roque Flores, actual notario público, profesor de la Facultad de Ciencias Administrativas, aunque probablemente mayor de 60 años; Gonzalo Vázquez Natarén, antiguo director de la Facultad de Ciencias Administrativas, secretario académico por algunos meses durante el rectorado de Ángel René Estrada, actual rector de la Universidad Politécnica de Tapachula, y… Jorge Cosío Moreno, exdirector de la Facultad de Ciencias Agrícolas en Huehuetán y del Centro de Estudios Avanzados, actual subsecretario de ganadería del estado.

 

Destaca la figura académica de Elisa Cruz Rueda, doctora, coordinadora de la LGAI Licenciatura en Gestión y Autodesarrollo Indígena en San Cristóbal y… adscrito a la Facultad de Derecho, se encuentra Osvaldo Chacón Rojas, antiguo funcionario del gobierno del Estado, director por corto tiempo de su Facultad, actual rector de la Universidad Intercultural en San Cristóbal. Es reconocible asimismo Carlos Eugenio Ruiz Hernández, antiguo director de la Facultad de Medicina, anterior secretario académico de la Universidad, actual secretario de salud de Chiapas, lo mismo que Jorge Luis Zuarth Macías, de la Facultad de Ciencias Agronómicas, anterior rector de la Universidad Politécnica de Chiapas, ambos sin embargo, aparentemente mayores de 60 años.

 

Finalmente, es agraciado dada su ubicación actual como secretario académico, el joven Luis Iván Camacho Morales, aunque… con toda certeza existen otros, verdaderos académicos, mujeres y hombres, provistos del conocimiento y la experiencia indispensables. Académicos que conocen las entrañas de la Universidad, sus aciertos y desaciertos; sus fortalezas y debilidades, a pesar de su invisibilidad.

 

De la otra parte, decididamente externos a la institución, figuran los nombres de Roberto Domínguez Castellanos, exitoso rector de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Juan Carlos Gómez Aranda, secretario de planeación del gobierno del Estado y Plácido Morales Vázquez, los tres políticos mesurados, reconocidos, e incluso Harvey Gutiérrez Álvarez, diputado federal y empresario educativo, los cuatro, ni duda cabe, atraídos por la relativa facilidad con que, en diferentes momentos, la Junta de Gobierno de la propia Universidad, por mediación del interés, la política, los grupos de poder y el propio gobernador en funciones, ha dispuesto en bandeja de plata, ésta, la más alta posición universitaria a la que aspiran los y las académicas de la Universidad.

 

En cuanto al segundo asunto, efectivamente urge modificar a fondo y acaso sustituir la vigente Ley Orgánica de la Universidad, aunque no para dar gusto a personas, personajes y grupos, sino para en verdad, ajustar la Ley a la vida organizacional universitaria contemporánea. Es cierto. Hay que ampliar la edad máxima de quien aspira a la rectoría, de 60 a 70 e incluso a 75 años, como ocurre en la mayor parte de las universidades del mundo, y prolongar de cuatro a seis años el período rectoral, o bien introducir la figura de la reelección en la rectoría y en los diversos puestos directivos de la Universidad, pero sobre todo…

 

Dos cuestiones nodales deben revisarse en la Ley Orgánica: 1. El fortalecimiento de la autonomía universitaria, mediante la selección absolutamente interna del rector, para garantizar origen y currícula eminentemente académica, humanista y social… rectores que provengan de la docencia, la investigación y demás funciones sustanciales universitarias, y 2. La modernización organizacional de la universidad, para responder cabalmente a las necesidades de Chiapas, a las expectativas de la supraregión centroamericana y a la insatisfacción social generalizada, esa que implicaría: transparencia informacional, rendición de cuentas, equilibrios y controles internos, y varios ítems adicionales. Todo, previa consulta a profesores, alumnos y administrativos; a la comunidad universitaria.

 

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