¿De qué es responsable un medio de comunicación?

Donald Grump. Cartón: Mr. Power

Donald Grump. Cartón: Mr. Power

Susana Sánchez Sánchez/LadoB

Nadie como la gente que trabaja en los medios de comunicación tiene la obligación de cuidar lo que publica y de hacerse responsable de ello –en conjunto con la empresa para la que trabaja–. Los medios deben tener los colmillos más afilados con los discursos que emiten, sobre todo porque son vendedores de ideas y esas ideas se esparcen entre públicos diversos y éstos, a veces, se las apropian como verdades incuestionables, pues provienen de un medio de comunicación, es decir, se obvia un proceso de corroboración, de conocimiento del tema, de ética o de meticulosidad. No obstante, los medios de comunicación suelen estar interesados por una agenda política, a veces muy similar a la de los gobiernos que los rodean, lo que marca un sesgo informativo, producto muchas veces de los intereses políticos y económicos que tenga un medio de comunicación.

A veces los sesgos hacen los que medios informativos caigan en un discurso cargado de estereotipos, señalamientos y discriminaciones, en vez de hacer un ejercicio reflexivo. Tan es así que, en ocasiones, antes de plantearse realizar una cobertura periodística con una perspectiva de derechos humanos, los medios caen en una ‘discriminación retórica´, usando lenguajes sutiles o coloquiales.

Uno de los retos de los medios de comunicación ante la cobertura de los hechos con enfoque de derechos humanos es, en primera instancia, asumir su responsabilidad de informar a una sociedad, en la cual su trabajo periodístico tiene una gran influencia y puede marcar ciertas tendencias respecto a “x” tema, a favor o en contra.

A veces los sesgos hacen los que medios informativos caigan en un discurso cargado de estereotipos, señalamientos y discriminaciones, en vez de hacer un ejercicio reflexivo.

Los derechos humanos, de la misma manera que los medios de comunicación, se encuentran ante procesos políticos diversos y por ello los periodistas, editores y directores tienen el deber profesional (no moral ni de compadrazgos o pago de favores) de cubrir y explicar un acontecimiento, sobre todo relacionado con derechos humanos (una marcha, una violación, una desaparición, etc.), con igual precisión que otros temas: presentar los hechos, evitar sesgos, proporcionar el contexto.

Abordar una noticia con enfoque de derechos humanos tiene que ver con:

  • Ubicar las capacidades del Estado para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y las responsabilidades incumplidas en cada caso.
  • Apoyar la construcción de mecanismos de empoderamiento de ciudadanas y ciudadanos para exigir sus derechos y buscar propuestas de solución.
  • Difundir información sobre las legislaciones e instancias a las que pueden acudir los ciudadanos.
  • Respetar a sus interlocutores.

La tarea de los medios informativos mexicanos parece complicada, sobre todo porque la historia nos muestra a una prensa oficialista, cuyos discursos se parecen más a los que emite el Estado que a una prensa que investiga o que pone en el centro a la sociedad. Sin embargo, hay esperanzas, sobre todo con estas nuevas generaciones que están inmersas más en una forma de hacer periodismo ciudadano a través de los soportes electrónicos, es decir, están concibiendo a una sociedad cada vez más crítica y, por lo tanto, sus contenidos suelen ser más reflexivos y rigurosos en cuanto a investigación. Estas nuevas generaciones han entendido que el periodismo digital no es sinónimo de inmediatez, sino una herramienta para profundizar, evitar sesgos y contextualizar los hechos desde miras distintas.

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