El trabajo sin parar de los imbéciles

Casa de citas/324

El trabajo sin parar de los imbéciles

Héctor Cortés Mandujano

 

Aunque los ensayos de El mal. Diálogo entre filosofía, literatura y psicoanálisis (Arlequín-ITEM, 2006), coordinados por Alberto Constante, Leticia Flores Farfán y Ana María Martínez de la Escalera, se refieren a la maldad de personajes literarios y a las reflexiones desde la filosofía y el psicoanálisis, el epítome con el que la mayoría se encuentra es el exterminio judío, la maldad de los nazis, la crueldad total de los campos de concentración y crimen. La cita corresponde a Edmónd Jabès (p. 35): “Auschwitz es el infierno donde millones de seres humanos fueron los mártires inocentes de una monstruosa empresa de inferiorización, de desvalorización, de rebajamiento sistemático del hombre ante los ojos espantados de la muerte, tan degradada ella misma, que por primera vez conoció el asco”.

Ésta es también una cita de la cita. Habla Nietzsche sobre los seres humanos (p. 102): “Si fuéramos un buen campo de labor, no dejaríamos perecer nada sin utilizarlo y veríamos en todo, en los acontecimientos y en los hombres, estiércol útil, lluvia y sol”. Kant es menos esperanzador (p. 107): “A partir de una madera tan retorcida como de la que está hecho el hombre no puede tallarse nada enteramente recto”.

Aunque Hitler y sus compinches se supone dejaron de actuar, es decir, de matar, en 1945, son innumerables sus rastros en la vida cotidiana del 2017: el VW, “bochito” o “escarabajo” fue (p. 243) “diseñado por Hitler” y ha sido el auto estrella de la Volkswagen; los laboratorios Bayer produjeron el gas Zyclon que usaron en las cámaras de gases para matar a millones de personas y ahora (p. 244) “nos regalan las aspirinas para nuestros dolores de cabeza”; la empresa Mercedes Benz fue (p. 246) “la fabricante de los camiones donde se gaseaban a los prisioneros” y, nomás por agregar otra herencia nazi (p. 248), “los Funeral Homes americanos distribuidos a escala planetaria tienen un origen preciso: la fábrica de cadáveres del campo de concentración y su horno crematorio” y ahora, para dar un dato actual, hacen cenizas los cuerpos de quienes no quieren ser enterrados.

 

***

Ilusración: Juventino Sánchez

Darío Fo, Premio Nobel de Literatura 1997, es un hombre cuyo talento ha estado orientado al teatro (dramaturgo, director, actor, escenógrafo…) y en especial a la comedia. La diana de sus flechas críticas ha sido constantemente el poder político y, dentro de éste, muchas veces, la iglesia y sus hombres, el papa.

Leo El papa y la bruja, y El diablo con tetas (Conaculta, 2012), dos comedias desternillantes. En la primera, cuenta Fo que escribió un parlamento que luego dijo el papa en la realidad (p. 24): “Pensé escribir a la sociedad de autores: ‘Cuidado, el papa roba’. Pero después pensé: ‘¡Entre la gente de teatro hay que ser solidarios!’ ”

La bruja de la primera obra es en realidad una mujer solidaria con los desamparados y, dentro de lo cómico, dice una cosa seria como respuesta a un comentario del papa (p. 74): “Para cultivar odio y resentimiento hay que tener tiempo que perder y yo no lo tengo”.

Y es también en serio lo que dice en el casi final de El diablo con tetas (p. 190): “Yo en lo personal prefiero con mucho a los criminales de profesión, que a los imbéciles normales. ¡Sí, porque los criminales de vez en cuando descansan… pero los imbéciles, nunca!”.

Contactos: hectorcortesm@gmail.com

 

 

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.