Presentan antología poética «Tiempo de cantos»

“Soy la mujer que piensa. Algún día mis ojos encenderán luciérnagas” Gioconda Belli

Rebeca Ruiz Riveroll

Marisa Trejo y Rebeca Ruíz en la presentación del libro en la librería del Fondo de Cultura Económica. Foto: Cortesía.

Marisa Trejo y Rebeca Ruíz en la presentación del libro en la librería del Fondo de Cultura Económica. Foto: Cortesía.

La antología Poética TIEMPOS DE CANTOS (primeros recuentos 1977-2012) está formada por 12 apartados. Cada uno de ellos está integrado por una serie de poemas.

Esta antología comienza con el apartado llamado “Rojo que mide el tiempo”, en el que se escuchan diferentes voces, algunas tienen tonalidades melancólicas. Se despide un amor de juventud, se reconoce a una mujer que pronuncia esperanzas. Otras voces aclaman al tiempo, que va midiendo instantes de rostros, dolores y recuerdos de mundos paralelos no tan alejados de los nuestros.

En “Tiempo sin flores” pueden encontrarse ciertas formas de vida que giran alrededor de un París que sobrevive en el recuerdo. Leemos a un sujeto reconociéndose frente a una nostalgia envuelta de lluvia, música y tierras europeas.
En “Estación sin tiempo”, la poeta describe la gran naturaleza que reside en los lugares de Chiapas y Xalapa; nombra las emociones junto con los elementos naturales: el mar, la montaña, la arena, la cascada, el faisán, los árboles, etc.

En “juegos de soledad”, el aislamiento del amante se hace presente y enuncia un acercamiento hacia la palabra que nombra un amor ausente.

Los poemas que comprenden el apartado “De mi propia sangre” denuncian ciertas labores experimentadas por muchas mujeres que viven en la rutina. Los poemas de Marisa Trejo también nos invitan a leer los llamados de libertad en donde nosotras, las mujeres, pensamos y decidimos por donde caminar.

Conforme avanzamos en esta lectura de poemas, encontramos a una Guatemala rodeada por crónicas perdidas, ruinas entre montañas y quetzales, hermosos paisajes vestidos de lagos, leyendas y sangre. Ciudades en donde la justicia se pisa y queda en el olvido. Caminos en donde el peligro se respira pero nadie se atreve a nombrarlo, porque como dice la poeta, usando un tono de ironía, en el poema“Todo está bien”.

Ya, en la parte final encontramos el poema “Cantigas escritas por el viento” en el cual la libertad de la poeta llega a su esplendor porque como su nombre lo dicta, hace un canto hacia todo lo que pueden abarcar los sentidos. Ella desea andar en lugares sin paraísos, cobijar con la acción de la palabra al niño, al hombre, a la mujer, ser parte de un universo en donde las revoluciones generen vida.

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