Bordadoras de una tradición chiapaneca

Gabriela Montoya/ Revista Enheduanna

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.- “Bordar es mi vida, es mi todo, es parte de mí, es algo que lo traigo en la sangre, yo me visto del bordado, de sus colores y dibujos, va implícito en cada bordado mi vida y mi amor” responde Marlene Aurora de Coss Pérez originaria de Ixtapa Chiapas al preguntarle ¿Qué significa para usted el bordado?

Tiene 45 años y es artesana por herencia y pasión, economista de profesión, aprendió a juntar estos dos grandes saberes y hacer de ello un bien para la comunidad de artesanxs de Ixtapa. Siempre se ha sentido orgullosa de ser artesana, cuenta que sus abuelxs y sus padres se han dedicado a este arte por más de 35  años haciendo los bordados a mano de los trajes de chiapanecas y chalinas de parachico, antes solamente bordaba para pasar el tiempo, como un gusto y para su propio consumo.

ENTRE HILOS Y COLORES

Desde muy pequeña el amor por bordar se notaba, aunque se lastimaba las manos ella seguía practicando seguía explorando en el arte del bordado a mano, más tarde cuando tenía más edad y junto con sus hermanas, aprendió a hacer sus propias blusas, faldas y vestidos con bordados hechos por ellas y con un estilo propio llenos de tradición, orgullo y mucho colorido.

Azul, rojo, verde, morado, amarillo, anaranjado y toda la infinidad de tonos y colores que existen en hilos, son los que se utilizan para hacer los bordados a mano que hace Marlene, quien también explica cómo es el proceso de elaboración: “primero llega la idea a la mente, cuando sabemos las tallas ya lo dibujo en una cartulina, tomo un pedazo de tul, lo recorto a la medida que voy a hacer y hago la tira, pongo la cartulina abajo y encima el tul y ya vamos bordando combinando los colores de las flores”.

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El borde de las flores puede ser de color negro, oro o plata además el tamaño de las flores se acomoda según sea el tamaño del vestido. Por ejemplo, para hacer un vestido talla 10 las tiras de los bordados se hacen de 25 cm de ancho por 2 metros de largo.

El bordado a mano implica ir pasando la aguja con el hilo en cada uno de los agujeros del tul e ir formando las flores y bordes de cada tira. Las puntadas que utiliza Marlene son el embollonado, entredientado y el punto de ladrillo que es parecido al petatillo y los hilos son el sencillo o estambre, seda, que es el tradicional en el vestido de chiapaneca, metálico, que es con el que se hacen bodes y alta seda.

En el traje de chiapaneca los colores tradicionales que se utilizan son el tul negro y los hilos son al gusto de cada persona pero además tiene un significado que nos cuenta Marlene es “el color negro significa la selva, los pulmones de Chiapas y las flores significa la fauna que hay en la selva y Chiapas, alguien que lleva un vestido de chiapaneca se lleva un pedacito de Chiapas”.

Todo el proceso de hacer un vestido de chiapaneca con puntada de petatillo o de ladrillo es de 5 semanas trabajando 8 horas diarias.

MANOS MÁGICAS

Cuando estaba a punto de culminar la licenciatura de Economía Marlene necesitaba realizar una investigación y ella como siempre orgullosa de sus raíces, decidió hacer su tesis acerca de la producción y comercialización de las artesanías en Chiapas en donde realizó un estudio de cómo la globalización económica afecta a lxs artesanxs, pero también conoció cómo podía ser la globalización “un canal para que nosotrxs lxs artesanxs salgamos de Chiapas para el mundo y dar a conocer nuestra artesanía” platica Marlene.

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Después de concluir su carrera y ya con la ayuda de la investigación que realizó, junto con su familia decidieron formar un grupo que inició de manera informal para después convertirse en la sociedad cooperativa llamada “Manos Mágicas Chiapanecas” conformada por 9 socios y 30 beneficiados indirectamente, en donde hacen un rescate del bordado a mano y además han hecho de la artesanía una activad para mejorar la económica de lxs artesanxs.

Marlene es la representante legal de Manos mágicas chiapanecas que lleva más de 7 años en acción y platica que dentro de la asociación se dedican a la producción del bordado a mano, cuentan con 4 bordadorxs y 3 costurerxs pero por lo general todxs se apoyan para realizar un trabajo hecho con amor y de calidad, un trabajo que satisfaga a ellxs y a lxs compradorxs.

En la sociedad trabajan 8 horas al día y tienen un salario también por día, realizan tiras de bordados a mano en diferentes medidas las cuales son parte de los vestidos de chiapanecas, posteriormente las costuran sobre los vestidos. Marlene platica que dentro de la sociedad apoyan a mujeres que son viudas, madres solteras o mujeres de edad avanzada ya que conoce las dificultades que se tiene. “Ahí no hay capacidades diferentes, todas somos iguales, todas somos creativas”.

Otra de las actividades que realizan son los talleres gratuitos que imparten los fines de semana a niñxs en donde con los retazos o pedazos de tela que sobran de las tiras, les enseñan a hacer los bordados a mano así como también por parte de ICATECH les dan talleres de corte y confección. “Se trata de compartir, de dar, de recibir y de aprender porque algunas veces somos maestrxs y otras también somos alumnxs” comenta Marlene. Algunos lugares a los que han enviado sus trabajos han sido a Chiapa de Corzo, Tuxtla, San Cristóbal, Oaxaca, Puebla, D.F y Sinaloa.

Marlene platica cómo muchxs artesanxs mandan sus hijxs a la ciudad a estudiar y al terminar para ellxs vale más una carrera que un oficio de artesanía. “No puede ser que se acabe esto aquí sólo porque ya tenemos una carrera no nos olvidemos que seguimos siendo artesanxs, al contrario tenemos que tener bien firmes nuestras raíces, solamente unidos vamos a acabar con la pobreza” dice al mismo tiempo que esta forma de pensar ha impulsado a los artesanxs a que se interesan y se unen al proyecto.

BORDADOS ESTILIZADADOS

Actualmente Marlene está trabajando junto con su familia una forma diferente de hacer bordados, se trata de hacer bordados en prendas de ropa estilizadas que van desde faldas de 5 diferentes estilos hasta bolsas, diademas y mucho más. La idea surgió ya que haciendo cuentas vieron que eran pocos los vestidos de chiapanecas que hacían, ya que sólo se utilizan en ocasiones especiales. Fue entonces cuando su hija Arlin le propuso que hiciera ropa para jovenxs ya que aunque el vestido de chiapaneca sea uno de los más bellos en nuestro estado, no pueden ser utilizados durante un día de trabajo.

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Marlene platica que realizaron una investigación sobre la ropa estilizada “encontramos que se refiere a la ropa estrecha, pegadita al cuerpo y dijimos aquí es donde debemos de trabajar pero sin olvidar lo tradicional” es por ello que actualmente trabajan vestidos de boda y con tul de colores pasteles para vestidos de XV años con el estilo de chiapanecas.

En enero comenzaran a llevar cursos de moda estilizada para poder hacer más prendas con los bordados originales del vestido de chiapaneca pero en ropa moderna para que los bordados se puedan llevar en diferentes prendas.

Todo esto ha sido posible gracias al trabajo de años y de planeación que ha hecho junto con su familia para “dejar de malbaratar nuestro trabajo y hacer que tenga un valor agregado” platica Marlene. Aunque ahora ya están trabajando de manera más formal y eso implica una gran responsabilidad para Marlene sigue siendo su amor y orgullo de ser artesana lo que la mueve a seguir dando a conocer el trabajo y pasión con los que están hechos cada bordado.

Pueden encontrarlxs en Ixtapa, Chiapas, en la calle Central sur No. 9-B Barrio Jastik o en los teléfonos 9612381828 y 9616559070, en Facebook como manos mágicas.

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