Aumentan 59% las agresiones a periodistas con EPN

Mapa de Agresiones

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  • Es el año con más agresiones documentadas desde 2007, señala Artículo 19

El reporte que este día da conocer la organización artículo 19 es tajante, las agresiones en contra de periodistas y trabajadores de medios han aumentado en un 59 por ciento en el primer año de gobierno del priísta Enrique Peña Nieto.

Este, señala la organización dedicada a la defensa de la libertad de expresión, es el año con más agresiones documentadas desde 2007. “En México se agredió a un periodista cada 26.5 horas”.

Y son, sostiene la organización que dirige Darío Ramírez, cuyo domicilio fue allanado unas horas antes de que se presentara el informe, “autoridades gubernamentales quienes están detrás de la mayoría de los actos de intimidación, amenaza y agresión de quienes ejercen el periodismo en México”.

“Las autoridades agreden de un lado, el crimen organizado asesina del otro. En medio, quienes ejercen el periodismo en México. En tres de los cuatro casos de periodistas asesinados en 2013 se identificó a la delincuencia organizada como principal perpetrador”, en el resto de las agresiones documentadas 6 de cada 10 periodistas fueron víctimas de un funcionario público.

La organización también señala que si bien la problemática se centra en estados con alta incidencia del crimen organizado –Veracruz, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas– también se ha podido constatar “un patrón de diseminación de violencia hacia otros estados”, pues las agresiones aumentaron en el Distrito Federal, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Tlaxcala, Baja California y Zacatecas.

Aunque es en Veracruz en donde la violencia contra la prensa es por mucho el mayor foco de atención.

“En Veracruz se ha asesinado a 10 periodistas desde enero del 2011; simultáneamente las agresiones contra periodistas en crecieron dramáticamente, al pasar de tres en 2012 a 14 en 2013”.

Otro de los datos relevante del informe es el crecimiento de las agresiones en la capital el país que se generan durante la cobertura de protestas callejeras, en 2013 se documentaron un total de 34 agresiones contra periodistas, el mayor número desde 2007.

A nivel local Puebla mantiene el mismo número de agresiones que en los años previos con 6 casos, Tlaxcala en cambio pasó de 2 casos promedio entre 2007 y 2012 a 25 casos en el ultimo año.

Autocensura, cierre de medios…

Tras las agresiones sufridas, el saldo reportado por Articulo 19 es negativo: “el miedo a sufrir nuevas agresiones sin protección del Estado los llevó a modificar su actividad profesional. En ocasiones, dejan de cubrir sucesos policiacos, se autocensuran o directamente cierran los medios”.

Así ocurrió con el portal Ojinaga Noticias tras el asesinato de Jaime González, su director. “Tomé la decisión de cerrar el portal”, informó el editor web del portal, “debido a que tenía mucho miedo de las consecuencias que pudiera tener contra mi persona. Mi nombre no se conoce. He eliminado todas las publicaciones de Facebook que me vinculan”.

En otros casos, la autocensura ha sido la única opción para poder trabajar sin agresiones. Así le ocurrió al periódico El Piñero de la Cuenca, que se edita en Loma Bonita, Oaxaca, región compartida con Veracruz. Roberto Hernández, director del medio, optó por dejar de publicar información sobre el gobernador veracruzano Javier Duarte luego de una serie de agresiones y amenazas contra los voceadores que ofrecían el periódico en los municipios veracruzanos.

“Nos las sentenciaron”, dijo Hernández. “No podíamos entrar a vender el periódico. Encontramos la manera de regresar cuando dejamos de hablar del gobernador”.

La periodista bajacaliforniana Carmen Olsen, detenida por policías municipales de Playas de Rosarito, disminuyó su ejercicio profesional tras la detención. No solo por el temor de vivir una nueva agresión, que las ha vivido, sino por la persecución judicial que enfrentó tras la denuncia penal de sus atacantes, que en venganza la acusaron penalmente por los delitos de agresión y difamación.

La incapacidad oficial para garantizar el ejercicio periodístico de las víctimas ha mermado los ingresos familiares de los agredidos, dependientes de su actividad profesional. Es la situación del periodista desplazado Mario Segura, quien después de huir de Tamaulipas, por una privación ilegal de la libertad que sufrió, sobrevive gracias a un show de payasos y botargas que ofrece en fiestas infantiles y supermercados.

Mario fue el primer periodista en acogerse al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. A poco más de un año, su condición sigue siendo precaria y vulnerable.

De Baja California a Oaxaca, la situación de los periodistas agredidos o amenazados por su labor es similar. Hay temor, afectación en el ejercicio de la profesión, ausencia de estado, incertidumbre y nulo acceso a la justicia.

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