Desde antes del alba somos tigres-jaguares

El Calalá. Foto: Elizabeth Ruiz

Desde antes del alba somos tigres-jaguares.

Los  sonidos antiguos de la danza nos apartan de la piel de nuestra mujer, para introducirnos en  el traje del felino que nos habita.

Los sones  del tambor, del pito y las  chirimías, son ancestrales como también lo es el retorno del  jaguar con el oropel de  su seducción posesiva.

Danza del Calalá-Venado que nos llega de todos los orígenes, que  en ritmos fustigantes nos vuelve a la tierra para  que despertemos más raudos, fuertes  y resistentes.

En estos días moteados y amarillentos de Suchiapa, dejamos casa y labranza, porque ya  somos y estamos jaguar.

A vivo sol y bajo tejados vamos camino al río y a la montaña Buscamos la trilla de miel que nos guíe al tronco de la colmena donde descansa nuestra hallada fe.

Niño en ceremonia del Calalá. Foto: Elizabeth Ruiz

En Corpus Christi  cada tramo de calle es vértigo de danza, donde  con los universos de El Gigantón Emplumado, Los Gigantillos, El Calalá, Las Reinitas y Los Chamulas, nos hacemos uno solo.

Trepado en la crestería de meseta de donde el pueblo es un manchón de tejas rojas, me observo jaguar con mi sombra proyectándose sobre la  tradición y  la leyenda.

Este domingo concluyeron las festividades del Corpus Christi de Suchiapa.

La  Danza del Calalá que conjunta ceremoniales prehispánicos de fertilidad y vitalidad con los misterios de la fe, cerraron las actividades tradicionales realizadas durante una semana.

La  música del tambor,  el pito y las sonajas reunió  a los protagonistas de la danza: El Calalá,  El Gigante Emplumado, El Gigantillo, Los Tigres , Los Chamulas y las Reinitas.

Los personajes del Calalá. Foto: Elizabeth Ruiz