Inicia misión internacional de observación de derechos humanos en la frontera de Guatemala y México

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La mesa transfronteriza lanza hoy la misión internacional de observación de derechos humanos en la frontera de Guatemala y México

Ciudad de Guatemala, 10 de noviembre de 2016

La Mesa de Coordinación Transfronteriza Migraciones y Género (MTMG); red de organizaciones de Guatemala y México , tras diez años trabajando y trazando una trayectoria por comprender, actuar e incidir en los territorios de su frontera común; convoca a la Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos en la Frontera Guatemala – México (MODH), del 10 al 16 de noviembre de 2016, como una estrategia para posicionar a los grupos de base como referentes para el accionar de alternativas que atiendan las problemáticas migratorias desde una perspectiva de derechos humanos y seguridad humana, reconociendo la importancia de la vinculación y el hermanamiento con otros movimientos y luchas en la región.

Para las organizaciones y movimientos que conformamos la MTMG, la movilidad humana en su expresión actual es resultado de las políticas del modelo de desarrollo impuesto por el capitalismo, que implican la violación sistemática de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de los pueblos. Reconocemos también las causas múltiples y relacionadas de la migración en las que predominan situaciones de exclusión, violencia social y política, impunidad del sistema de impartición de justicia; pero también con formas de movilidad que están plenamente incorporadas en las estrategias de vida de comunidades y regiones que han conformado una tradición cultural migratoria.

Es a partir de lo anterior que proponemos y organizamos la presente Misión Internacional de Observación de Derechos Humanos, en el complejo contexto de la región transfronteriza, la MODH se plantea el análisis de tres ejes interdependientes pero interrelacionados entre sí:

 

Los planes y programas de desarrollo implementados por los gobiernos Los territorios transfronterizos son parte de un modelo con proyectos extractivistas inscritos en políticas gubernamentales y acuerdos internacionales de libre comercio que conllevan implícita la explotación de los recursos naturales bajo el paraguas del desarrollo económico de la región. Estos proyectos profundizan en el despojo del territorio de mujeres y hombres que se ven forzados a desplazarse a las ciudades o a otros países, en la precarización de la vida de las comunidades campesinas y/o indígenas, aumentando la carga de trabajo y el estrés de las mujeres que se quedan a cargo de las tierras y la casa.

El enfoque de seguridad nacional y la militarización El sofisticado proceso de militarización en la región transfronteriza con enfoque de seguridad nacional se ha justificado como un medio para detener el terrorismo, la expansión del crimen organizado, el tráfico ilegal de personas y el paso de las drogas por la frontera sur de México hacia los Estados Unidos y ve su más dura expresión en políticas gubernamentales, especialmente en México, como el Programa Integral para la Frontera Sur a partir de agosto de 2014, el cual está provocando un aumento exponencial de detenciones y deportaciones de personas centroamericanas por parte del Estado mexicano. Y como otro ejemplo en la región el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, que incluye a Guatemala, Honduras y El Salvador.

Así, el aumento de la presencia de los retenes policíacos, militares y de migración supone un riesgo permanente para migrantes y refugiados/as que están forzados a utilizar los cruces y caminos más difíciles en los territorios transfronterizos para evitar ser detectados. Estos caminos son espacios de poder para el crimen organizado y la corrupción, en donde se verifican mayores violaciones de derechos humanos hacia migrantes, solicitantes de refugio y defensoras/es de derechos humanos y del territorio.

Personas Migrantes, Inmigrantes, Refugiadas y vulneración de los derechos humanos La región se caracteriza por un fenómeno histórico de flujos migratorios transfronterizos, internos y circulares. Sin embargo, varias organizaciones han documentado a partir de 2012 el continuo aumento de personas centroamericanas que están llegando a la frontera entre Guatemala y México por todas las causas antes apuntadas. Ha incrementado la proporción de mujeres de casi el 20 por ciento, la incidencia tanto de familias completas como de niñez y adolescencia acompañada y no acompañada y un dramático incremento de personas solicitantes de refugio que llegan sobre todo desde Guatemala Honduras y El Salvador.

Sin embargo, existe una evasión por parte del gobierno mexicano para fortalecer su política de asilo y refugio y permitir que estas personas accedan a la protección internacional a la que está obligado el Estado mexicano por los compromisos suscritos. Por el contrario existe una política de detención y de deportación contra estas poblaciones, vulnerando su acceso a derechos y limitando sus posibilidades de inclusión social.

Ante las políticas que refuerzan la securitización y la intensificación del control fronterizo en la región, el actual modelo extractivista y los preocupantes resultados electorales en Estados Unidos, con un candidato electo que despliega un discurso racista y que amenaza con ejecutar deportaciones y revisar las solicitudes de peticiones de asilo de millones de personas migrantes y refugiadas, ahora más que nunca hacemos un llamado al fortalecimiento, al trabajo y la reivindicación política desde la base para contrarrestar estas políticas que despojan y violentan de manera estructural la dignidad humana. Reconociendo que los distintos espacios de incidencia son también la posibilidad de construir alianzas transnacionales con fuerza social y política.

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