Nuevo Obispo de San Cristóbal se compromete a continuar desarrollando una iglesia autóctona y liberadora

Rodrigo Aguiar Martínez, obispo de la Diócesis de San Cristóbal. Foto: Ángeles Mariscal

A su llegada a la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, el nuevo obispo, Rodrigo Aguilar Martínez, se comprometió a continuar con la labor pastoral de la iglesia autóctona y liberadora que mantiene los principios que fundamentó desde la segunda mitad del siglo pasado, el obispo Samuel Ruiz García.

Rodrigo Aguilar llegó en compañía del Nuncio Apostólico, Franco Coppola, y luego de una entrevista a medios de comunicación, fue recibido por indígenas tseltales, quienes encabezaron la ceremonia de “Profesión de Fe y Juramento de Fidelidad” en la Capilla del Seminario Diocesano.

En este ritual los indígenas oraron en tseltal y, acompañados por el humo del incienso, el sonido de una caracola y música tocada con instrumentos tradicionales, guiaron la nuevo obispo hasta el altar de la iglesia.

Ahí, Rodrigo Aguiar hizo la “Profesión de Fe y Juramento de Fidelidad” a la Diócesis de San Cristóbal, que tiene la particularidad de estar conformada por una mayoría indígena, quienes de manera activa realizan acciones en defensa de sus derechos y de su territorio; y han integrado su cultura a la de la Iglesia católica.

Antes de la ceremonia, el obispo saliente, Felipe Arizmendi Esquivel, hizo incapié en que se sigue la línea marcada en el III Sínodo Diocesano, aprobado por Samuel Ruiz García. Un proceso que, dijo, “no se debe detener”.

Arizmendi hizo una lista de los pendientes que deja, entre ellos la pobreza, la discriminación hacia los pueblos originarios, el desplazamiento de miles de indígenas de Chalchiuitán, las divisiones políticas en diversos municipios, el deterioro de la democracia de cara al proceso electoral de este año y la marginación hacia la mujer.

Ante este escenario, en entrevista, el nuevo obispo se comprometió a dar continuidad a la labor pastoral que caracteriza la Diócesis, aunque dijo, “con su estilo”.

Cuestionado por el reto que representa esta Diócesis con un alta conflictividad en cada una de las 44 parroquias Aguilar Martínez respondió:  “Si voy a ser el único que decida, el reto es enorme, no puedo con todo. Pero si me veo como compañero de una gran comunidad como lo es la Diócesis y sobre todo con la ayuda de Dios, es posible, pero es necesario que cada quien desde su responsabilidad y corresponsabilidad aportemos”.

El obispo dijo que vino a sumar y no a imponer, que no es diviendo como se puede caminar sino unidos todos, sean o no de la misma religión. Que sabe tolerar y respetar al diferente.

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