No hay patrones bueno, todos son malos: EZLN

Zapatistas
Foto: Isaín Mandujano

“Está en marcha una nueva guerra de conquista de los territorios de los originarios, y la bandera que porta el ejército invasor a veces lleva también los colores de la izquierda institucional. O luchan y defienden, incluso hasta la muerte, esos territorios, o no hay de otra, pues”, dijo hoy el Subcomandante Galeano, líder político militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En una primera entrega de la extensa misiva a dos manos, “Una finca, un mundo, una guerra, pocas probabilidades”, una primera parte está escrita por el Subcomandante Insurgente Moisés, en la que detalla de nueva cuenta como funciona el capitalismo imponiendo capataces en los diferentes países del mundo.

Hace un símil en el sistema de fincas, donde el patrón es el capitalismo y los capataces son los presidentes que se imponen, estos a su vez tienen un mayordomo, que son los gobernadores y el caporal que son los presidentes municipales.

En esta estructura del poder, el que manda es el de hasta arriba, no esl capataz, ni el mayordomo ni el caporal, sino el fiquero, el dueño de todo, el patrón, el capitalismo pues. Y que en este nuevo escenario “no hay patrón bueno, todos son malos”.

Moisés dijo eso ya pasó con sus abuelos que vivían como peones y acasillados en las fincas, eran explotados, los chicoteaban, es lo que va a pasar de nuevo, pero ahora ya no sólo en el campo, sino que ahora también en la ciudad. 

“Porque no es lo mismo el capitalismo de hace 100 años, 200 años, ya son diferentes su modo de explotación y no sólo nomás en el campo explota ahora sino también en la ciudad.  Y su explotación cambia de modo, decimos, pero igual es explotación.  Como que es la misma jaula de encierro, pero cada tanto la pintan, como que es nueva, pero es la misma”.

Que tras el alzamiento armado del EZLN en 1994 fueron liberando peones, gente que vivía como esclavos, pero que tenían miedo a la libertad, porque no sabían como iban a vivir sinesos patrones que los explotaban.

“Es ahí donde comprobamos que hay gente que ya está hallada pues a la esclavitud. Y si tienen su libertad, pues no saben qué hacer, porque sólo saben obedecer. Hay gente que no quiere la libertad, sino que ya se halló a obedecer, y entonces sólo busca un cambio de patrón, de capataz, que no sea tan cabrón o sea que igual explote pero trate bien”, dijo.

Y es lo que está pasando, agregó, en esta finca llamada México.

El Subcomandante Insurgente Galeano fue más alla en su análisis, el mismo que debió haber leído completo en el Encuentro de Redes de Apoyo al Concejo Nacional Indígena (CIG) y su Vocera Marichuy, hace dos semanas. Pero ahora es la versión ampliada que hará en varias entregas.

“Lo que nosotros vemos a nivel mundial es una economía depredadora. El sistema capitalista está avanzando de forma de conquistar territorios, destruyendo lo más que pueda. Simultáneamente hay un ensalzamiento del consumo.  Parece que el capitalismo ya no parece preocupado por quién va a producir las cosas, para eso están las máquinas, pero no hay máquinas que consuman mercancías. En realidad, este enaltecimiento del consumo, esconde una explotación brutal y un despojo sanguinario de la humanidad que no aparecen en la inmediatez de la producción moderna de mercancías”, dijo Galeano.

Galeano se explaya sobre la sociedad de consumo galopante en donde la explotación de la fuerza de trabajo le es fundamental.

“No es la existencia del trabajo la que define al capitalismo, sino la caracterización de la capacidad de trabajo como una mercancía que se vende y se compra en el mercado laboral.  Esto quiere decir que hay quien vende y hay quien compra; y, sobre todo, que hay quien sólo tiene la opción de venderse”, apunta Galeano.

Dice que la máquina quiere ganancias y es insaciable.  Y que no hay un límite para su glotonería.  Y el afán de ganancias no tiene ética ni racionalidad.  Que si debe matar, mata.  Si necesita destruir, destruye.  Aunque sea el mundo entero.

Dice que el sistema avanza en su reconquista del mundo.  No importa lo que se destruya, quede o sobre: es desechable mientras se obtenga la máxima ganancia y lo más rápido posible.

Que antes se despojó a los pueblos originarios de las planadas, los territorios fértiles, donde estaba el agua y otros recursos, en el proceso de agotamiento, ahora va por las montañas a donde arrinconaron a esos pueblos originarios.

Que ahora han visto riqueza en esas montañas que despreciaron y a donde mandaron a vivir a esos pueblos en una primera etapa de la conquista,  pero que ahora en la segunda etapa de la conquista también van por esos territorios.

Señala que todo este sistema ha provocado una combinación de tres crisis, una de ellas es la crisis ambiental que está pegando en todas partes del mundo y que es producto también del desarrollo del capitalismo: la industrialización, el consumo y el saqueo de la naturaleza tienen un impacto ambiental que altera ya lo que se conoce como “planeta Tierra”. 

Y que el meteorito “capitalismo” ya cayó y ha modificado radicalmente la superficie y las entrañas del tercer planeta del sistema solar.

La otra segunda crisis es la de la migración. Pues se están pauperizando y destruyendo territorios enteros y obligando a la gente a migrar buscando vida. 

Y que la guerra de conquista, que está en la esencia misma del sistema, ya no ocupa territorios y su población, sino que pone a esa población en el rubro de “sobras”, “ruinas”, “escombros”, por lo que esas poblaciones o perecen o emigran a la “civilización” que, no hay que olvidarlo, se sostiene sobre la destrucción de “otras” civilizaciones.  Si esas personas no producen ni consumen, sobran.  El llamado “fenómeno migratorio” es producido y alimentado por el sistema.

Y que una tercera y última crisis es el agotamiento de los recursos que hacen andar “la máquina”: los energéticos. 

Que los llamados “picos” finales en reservas de petróleo y carbón, por ejemplo, ya están muy cerca.  Esos energéticos se agotan y son muy limitados, su reposición duraría millones de años.  El previsible e inminente agotamiento hace que los territorios con reservas -aunque limitadas- de energéticos, sean estratégicos.  El desarrollo de fuentes de energía “alternas” va demasiado despacio por la sencilla razón de que no es rentable, es decir, no se repone rápido la inversión.

 Y que estos tres elementos de esa crisis compleja, ponen en entredicho la existencia misma del planeta.

En este escenario, dice Galeano, se están construyendo muros legales, muros culturales y muros materiales para tratar de defenderse de la migración que ellos mismos provocaron; y se está tratando de volver a mapear el mundo, sus recursos y sus catástrofes, para que los primeros se administren para que el capital mantenga su funcionamiento, y las segundas no afecten tanto a los centros donde se agrupa el Poder.

Y que ahora los pueblos originarios porque durante mucho tiempo, en la etapa previa de desarrollo del capitalismo, los pueblos originarios o luchan y defienden, incluso hasta la muerte, esos territorios, o no hay de otra, pues.  Porque no habrá un barco que los recoja cuando naveguen a la intemperie en las aguas y tierras del mundo.

“Está en marcha una nueva guerra de conquista de los territorios de los originarios, y la bandera que porta el ejército invasor a veces lleva también los colores de la izquierda institucional”, alertó.

Que hoy, el mundo entero se fragmenta; proliferan los muros; la máquina avanza en su nueva guerra de ocupación; cientos de miles de personas descubren que el nuevo hogar que les prometió la modernidad es una barcaza en altamar, la orilla de una carretera, o el hacinamiento de un centro de detención para “indocumentados”; millones de mujeres aprenden que el mundo es un gigantesco club de caza donde ellas son la presa a cobrar; la infancia se alfabetiza como mercancía sexual y laboral; y la naturaleza pasa la cuenta del largo debe que, en su saldo rojo, acumula el capitalismo en su breve historia como sistema dominante.

Pero falta ver lo que digan las mujeres que luchan, los otros de abajo (para quienes, en lugar del glamur de los closets entreabiertos de arriba, hay desprecio, persecución y muerte), quienes pernoctan en las colonias populares y se pasan el día trabajando en la ciudad del capital, los migrantes que recuerdan que ese muro no estuvo ahí desde el principio de los tiempos, los familiares de desaparecidos, asesinados y encarcelados que no olvidan ni perdonan.

Las comunidades rurales que descubren que fueron engañadas, las identidades que se descubren diferentes y suplen la vergüenza por el orgullo, y todas, todos, todos los desechables que entienden que el destino no tiene que ser el de la esclavitud, el olvido o la muerte mortal.

“Porque otra crisis, que pasa desapercibida, es la emergencia y proliferación de rebeldías, de núcleos humanos organizados que desafían no sólo al Poder, también a su lógica perversa e inhumana.  Diversa en su identidad, es decir, en su historia, esta irrupción aparece como una anomalía del sistema.  Esta crisis no cuenta para las leyes de probabilidad.  Sus posibilidades de mantenerse y profundizarse son mínimas, casi imposibles.  Por eso no cuentan en la cuenta de arriba. De las rebeldías, para la máquina, no hay que preocuparse.  Son pocos, pocas y pocas, si acaso lleguen a 300”, concluye Galeano.

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  1. Chiapas: Comunicado EZLN (primera parte) UNA FINCA, UN MUNDO, UNA GUERRA, POCAS PROBABILIDADES | Blog SIPAZ - 22 agosto, 2018

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