«Chuvaj», un acercamiento a la locura según la concepción tsotsil

El nombre de Huixtán significa en náhuatl «Lugar en donde abundan las espinas», data de la época Prehispánica. Cortesía: Corazón de Chiapas.

*López Montaño, comenta que, este tema de investigación inició cuando una de sus profesoras organizaba un viaje a Chiapas y visitó San Juan Chamula, aunque ya tenía la idea de hacer un trabajo sobre etnomedicina en los Altos, posterior a ello, conoció a una señora de nombre Carmen, quien se convirtió en su primer contacto en esta travesía.


Jimena López Montaño, Antropóloga Cultural, quien realizó un trabajo de investigación denominado “Chuvaj, un acercamiento a la enfermedad tsotsil de la locura”, este se basa en un principio en el caso de Xun, un joven de San Gregorio ubicado en el municipio de Huixtán, que perdió la mente.

La antropóloga, por medio de bibliografías había identificado la enfermedad de la locura, que en la comunidad tsotsil se le denomina como Chuvaj, así que empezó a investigar con los integrantes de la familia del joven lo que conlleva este término.

López Montaño, comparte que, todos los familiares, se dirigían hacia Xun, haciendo mención que había perdido la mente y se comportaba como un niño, sin embargo, llegar al joven y escuchar su historia no se dio de inmediato, pero gracias a que se presentaba de manera continua se generó una relación de confianza, por lo que, meses después, fue él mismo quien la llamó y le contó lo que ocurrió.

A mí la enfermedad no me vino como cuando te viene una gastritis, no era natural, fue por un sueño, dijo Xun a López Montaño.

La antropóloga cuenta que, gracias a ese acercamiento, logró reconstruir la trayectoria médica de Xun, pero acentúa que, el primer momento de la enfermedad en el joven, se presentó cuando comenzó a escuchar voces, derivado de esto, terminó perdiéndose en el monte y escapaba de la gente porque él pensaba que querían hacerle daño.

Derivado de la enfermedad, cuenta que se desencadenó un proceso donde iba de un médico a otro porque no mejoraba, durante un año tomó antipsicóticos y visitó un psiquiatra, todo el tiempo fue entendido en términos de su cultura, además tuvo que abandonar la terapia y las medicinas, porque eran caras.

En un periodo de tres años, había visitado a 6 agentes terapéuticos, fue diagnosticado como esquizofrénico por un psiquiatra en San Cristóbal de Las Casas (…) Cuando yo empecé a ver sus síntomas y cómo los vivió, efectivamente había una parte donde él escuchaba voces donde lo querían matar, expuso la antropóloga.

Los cantos chamánicos de los indígenas tzeltales de los Altos de Chiapas tienen una función poética y curativa. Cortesía: Artes de México.

En la búsqueda de atención médica, López Montaño cuenta que, Xun y su familia llegaron a un último agente terapéutico, fue con un ah kin K’iche’ de Guatemala, quien le dio un diagnostico clave.

Le dijo que lo que le pasaba era porque tenía el don para curar, las voces que escucha son ancestros diciéndole cómo curar y tratar la enfermedad, añadió la antropóloga.

A su vez, puntualiza que, Xun al ser una persona con una enfermedad como el Chuvaj, el diagnóstico le cambió por completo la vida.

Ahorita, él está estable, por ello, me pudo contar mucha de estas cosas, cuando hable con él ya había pasado un año del proceso terapéutico que tuvo, explicó la antropóloga.

Ante el contexto del Chuvaj pidió que le dijeran el concepto de este, la respuesta fue acorde, todos mencionaron que era el loco o el que se enloquecía, que perdía la mente, para darle incluso más información usaban de ejemplo al joven.

Los entrevistados argumentaron que Xun era Chuvaj porque veía y escuchaba cosas, porque se iba a caminar de noche al monte sin ningún rumbo fijo, sin embargo, otros se referían a sus cambios de humor y sus repentinos ataques violentos.

López Montaño, menciona que, le contaron las historias de los abuelitos y sus remedios que manejan. Cortesía: Reina Roja.

Me contaron las historias de los abuelitos y sus remedios, los cuales se siguen utilizando. Escuchando a la gente percibí que había diferentes tipos de Chuvaj, diferentes experiencias de ‘estar loco, menciona la antropóloga.

López Montaño explica que, no es lo mismo el Chuvaj que se enferma de tanto pensar, que aquel que, es víctima de brujerías y envidias, en un contexto más moderno es quien sufre de amor y se suicida, o el que cuya locura revela un don.

Asimismo, menciona que los síntomas que caracterizan al Chuvaj, es que reflejan conductas indeseables para la sociedad tsotsil, un ejemplo de esto, son las personas que cantan, silban, gritan, hablan o susurran de manera irrespetuosa, pierden el apetito o se olvidan de comer, que se desnudan en público, utilizan ropa del sexo contrario, así como quedarse dormido en cualquier lugar y que caminen sin ningún rumbo.

Uno de los síntomas más frecuentes es que el enfermo pierde la capacidad de comunicarse con sus semejantes y de relacionarse eficazmente con su grupo, añade la antropóloga.

Aparte de los síntomas relacionados con el cambio de comportamiento, mencionó que están los físicos, como dolor de cabeza, sentimiento de debilidad en el cuerpo y mareos.

Por último, respecto a que lo ocasiona, López Montaño expone que se percibe como un sueño o encuentro violento entre dos ch’uleletik en el Yan Vinajel-Yan Balamil “Otro mundo – Otra tierra”, incluso como un ataque hacia el animal compañero en la montaña sagrada, también se le atribuye a que el ch’ulel recibe un golpe en la cabeza.

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