El “wee wala” llegó a comunidades colombianas

Una mujer y su hija en un hospital de Colombia durante la pandemia de COVID-19. Cortesía: OPS

*Rozental acentuó que la pandemia se vivió como un proceso de ajuste estructural del capitalismo global y colombiano que es violento.


Vilma Almendra y Manuel Rozental, integrantes de la organización Pueblos en Camino, compartieron que, cuando se declaró la pandemia en Colombia, en las comunidades se hablaba del “wee wala”, que es el mal que viene de fuera y los va matar, sin embargo, a este se sumaron los problemas estructurales, el sistema capitalista y patriarcal, y la dominación que enferma a la madre tierra, y al mismo tiempo a ellos.

Almendra añadió que, el virus es el resultado de un sistema depredador y explotador, y que por su existencia tienen al “wee wala” en el territorio, derivado de ello, las comunidades se inspiraron en el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), quien fue el primero en anunciar que cerraría sus fronteras debido a la pandemia.

Después de tres días del comunicado del EZLN, el Departamento del Cauca también anunció el cierre de fronteras, un hecho importante porque en los últimos cuatro años con la firma del Acuerdo de Paz, llenaron de falsas promesas a las comunidades.

Lo anterior, debido a que tomaron la agenda de los movimientos y la metieron con los actores armados, desmovilizando a las guerrillas -ahora se están reagrupando-, como a los movimientos más visibles, de resistencia y rebeldes.

Prácticamente quedan opacados porque se someten a una Agenda de Paz que viene del estado, con muchas promesas que no se cumplen, sino todo lo contrario lo que viene es una oleada de masacres y asesinatos selectivos sin precedentes, dijo Almendra.

Agregó que, están por cumplir 5 años de la firma de dicho acuerdo, con más de mil asesinados y asesinadas en los territorios, quienes se oponían al fracking, hidroeléctricas, monocultivos, y a los proyectos de muerte.

Almendra señaló que, el estado llamó al confinamiento, y a través de los medios de comunicación se generaba una cantidad de miedo y pánico, al ver que la gente se estaba muriendo.

La organización aboga por el cuidado de la tierra para sobrevivir y no en la explotación de la misma. Por este motivo, además de hacer frente a grupos armados se oponen a proyectos de multinacionales que se quieren instalar en sus territorios.

Sin embargo, hubo tres aspectos como respuesta comunitaria, el primero fue el encierro con las fronteras, en donde se reactiva la Guardia Indígena, una forma ancestral y milenaria del cuidado y la defensa de la madre tierra.

En segunda instancia, se empezó a retomar de una forma más visible los remedios propios y la espiritualidad, y el último aspecto es como la comunidad retoma los mercados comunitarios internos porque el sistema capitalista controla todo.

Almendra compartió que junto a Rozental asistieron a Caldono para hacer reflexiones sobre el Covid-19, donde la mayoría decía que el virus “los estaba matando”, mientras que los hablantes del nasa yuwe agradecieron al “wee wala” porque debido al coronavirus empezaron hacer una autorreflexión, que lo consideran educación propia no lo es, sino la exigencia del estado para que los financie.

Por otro lado, mencionó que los maestros empezaron a tomar las aulas en los territorios y a promover la siembra de comida y plantas medicinales.

Decían tenemos un desafío en la educación, tenemos educación propia, pero nos encerramos en cuatro paredes a explicarle a las niñas y a los niños un tema, y la pandemia nos obligó a salir del aula, a que las maestros y maestros vayan a la casa y se estrellen, porque una cosa es la guía pedagógica que exige el Ministerio de Educación, y otra cosa es cuando te encuentras a un niño y una niña en su territorio, dijo Almendra.

Es así como los docentes se incluyeron en las formas tradicionales que no se han podido borrar y que están ahí, pues no sacarían a las y los niños del contexto donde están reivindicando y reproduciendo el ser Nasa.

Almendra reconoció que con la pandemia despertó la importancia del territorio, pero también el encierro es para poder matarles más fácil, pues los primeros 4 meses de pandemia, los actores armados se reagruparon y se reinstalaron en los territorios, y las masacres eran de todos los días.

En el municipio de Suárez ocurrió una de las primeras masacres, a una familia completa, el argumento fue que debieron cumplir el confinamiento, pues después de las 18:00 horas no podían salir, y ellos estaban en una moto fuera del horario establecido.

Nos confinaron para masacrarnos, garantizar el despliegue de los actores armados en el territorio, para poder monopolizar la económica porque empezaron a prohibir los mercados comunitarios, solo se podía comprar en los supermercados, enfatizó Almendra.

Las actividades de respuesta a la pandemia en Colombia incluyen informar a la población sobre cómo protegerse para evitar el contagio del coronavirus. Cortesía: OPS

Por su parte, Rozental comentó que, en Colombia no hay un Sistema General de Seguridad Social en Salud, pues se realizó un cálculo sobre el gasto promedio en salud por familia, en donde las clases populares empobrecidas tenían entre un 15 y 25% del gasto de todos los ingresos, para las clases más privilegiadas era menos.

Dijo que, al realizar un cálculo econométricamente de cuánto dinero la gente ya estaba gastando en salud, nació un fondo con el pretexto de crear un Sistema General de Seguridad Social en Salud para anticipar y atender las necesidades de salud, con la perspectiva de que este iría creciendo con el tiempo, para tener cada vez más recursos, pero se lo entregaron a las entidades financieras más poderosas del país, y el resultado fue catastrófico.

Rozental mencionó que, antes de esta pandemia, entre 1995 se instauró dicho sistema de salud y el proyecto de ley lo presentó Álvaro Uribe Vélez, ex presidente de Colombia.

Cuando lo presenta al Instituto Nacional de Salud empieza a calcular el número de personas que mueren como consecuencia de la falta de atención o de la mala atención, para el 2010 habían muerto 1 millón y medio de colombianos y colombianas, si sumamos los 11 años siguientes, por lo menos 3 millones de personas han muerto como consecuencia de nuestro sistema de salud, eso quiere decir que el sistema de salud mata más gente que el conflicto armado que hemos tenido, puntualizó Rozental.

A su vez, mencionó que una de las razones por las que hubo un levantamiento popular que siguió a la de Chile y Ecuador, fue un plan de excepción de impuestos – 90 billones de pesos colombiano anuales- a las clases más pudientes, como a las empresas más poderosas nacionales y trasnacionales.

Es decir, antes de la pandemia, el gobierno hizo un plan para reducir los ingresos del estado de manera significativa y aumentar la deuda del estado, por lo que, piensan que la deuda externa que era del 30% del Producto Interno Bruto (PIB) ahora es de 60%.

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