Los desesperados elogios de Aguilar Gordillo

El secretario de educación, Ricardo Aguilar Gordillo. Foto: ICOSO.

El secretario de educación, Ricardo Aguilar Gordillo. Foto: ICOSO.

De enero a la fecha, el secretario de Educación, Ricardo Aguilar Gordillo ha mostrado un marcado interés por alabar al gobernador Manuel Velasco. Se nota una esmerada intención de congraciarse con él más allá de lo que dictaría el protocolo institucional. Se acerca mucho a la lisonja.

“Con apoyo de Manuel Velasco, Chiapas es potencia en campeonatos mundiales de robótica”, “El Gobierno de Manuel Velasco Coello, a la vanguardia de los retos centrales de nuestro tiempo”, “Gobierno de Manuel Velasco Coello, comprometido con el profesorado”, “En cabal cumplimiento a estrategia marcada por el Gobernador Manuel Velasco, Chiapas se posiciona como primer estado del país en Educar con Responsabilidad Ambiental”, “El Gobernador Manuel Velasco prioriza la profesionalización de maestras y maestros”, “ El Gobernador Manuel Velasco prioriza con sensibilidad la educación de hijos de migrantes”, elogian los titulares de los comunicados emitidos en las últimas semanas por la dependencia estatal.

La labia es exagerada: “El programa Educar con Responsabilidad Ambiental, imprescindible y prioritario para el Gobernador Manuel Velasco Coello, no sólo ha tocado las partes más sensibles de Chiapas sino que ha trascendido al plano nacional y empieza a hacerlo al internacional”.

La adulación al titular del Ejecutivo no es gratuita. Por ser herencia del gobierno anterior, Aguilar Gordillo tiene que congraciarse permanentemente con quien aún lo sostiene en el puesto. Quiere construir un lazo de pertenencia que lo una al poder más allá de sus vínculos políticos que lo llevaron a la Secretaría de Educación, más allá de la defenestrada lideresa magisterial Elba Esther Gordillo y del repudiado exgobernador Juan Sabines. Está consciente de que las influencias que lo apuntalaron perdieron fuerza y se siente vulnerable en una dependencia ambicionada por muchos debido al presupuesto de más de 23 mil millones de pesos que ejercerá este año.

En esta coyuntura, los bonos de Aguilar Gordillo están devaluados. Sobre todo en el aspecto de la calidad educativa y en lo relacionado con la implementación de la reforma educativa federal. Durante un buen tiempo, presumió sin recato los “avances” de la educación básica, según los resultados de la prueba de Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (ENLACE) que ubicaban a Chiapas entre los primeros tres estados con mayor aprovechamiento escolar. Sin embargo, el teatro se le cayó cuando el propio Secretario de Educación federal, Emilio Chuayffet, a principio de este mes descalificó el examen por corruptelas en su aplicación y calificación: la prueba ENLACE “pervertía” la verdad sobre la calidad educativa, aseveró; fenómeno por cierto advertido en su momento en este espacio (http://chiapaspost.blogspot.mx/2013/09/sumidero-insurgencia-magisterial.html).

Por supuesto, el secretario chiapaneco ha preferido guardar silencio sobre el asunto pues sabía perfectamente que jugaba con cifras falsas, producto de la deshonestidad de los maestros que “orientaban” a los alumnos sobre la respuesta correcta o bien corregían los errores ya entregada la prueba. ¿La razón? A mejores resultados, mayores recursos federales para la institución y los profesores.

Aguilar Gordillo tampoco ha dicho nada sobre el pésimo resultado del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial, cuando el 11 de octubre del 2013 aseguró ante representantes de la SEP y del Inegi que, “sin demora de ninguna especie, en tiempo y forma, en marzo de 2014 Chiapas estará, junto con otras entidades federativas, entregando el resultado total del Censo que requiere el Gobierno Federal de parte del sistema educativo nacional y específicamente de nuestro estado”.

No obstante la promesa, el censo –instrumento fundamental para la reforma educativa— sólo pudo aplicarse en menos de la mitad (49.6%) de 19 mil 758 escuelas, 99.9 por ciento de los casos por negativa de maestros sindicalizados en desacuerdo con las reformas constitucionales respectivas.

Con estos pasivos a cuestas, el secretario de Educación, Ricardo Aguilar Gordillo, resulta un funcionario poco confiable para el proyecto educativo de Chiapas, para la reforma educativa nacional y para enfrentar la batalla que viene: la que prepara el magisterio de la Sección 7 del SNTE en mayo próximo contra la instrumentalización de la reforma y ante el posible cese de los docentes que se rebelaron a ser censados. Tampoco saldrá bien librado cuando en marzo se presenten los detalles del censo, que evidenciará más irregularidades en el sistema educativo chiapaneco. Pese a los halagos desmedidos al gobernador, sus engaños lo dejan en una posición vulnerable.

JUAN CONTRAATACA A PABLO.- El exgobernador Juan Sabines Guerrero está muy pendiente de la política en Chiapas, sobre todo de lo que hace por sí o a través de otras personas, el también exmandatario estatal Pablo Salazar Mendiguchía. A juicio de Sabines, constantemente informado por sus incondicionales, Salazar no está cumpliendo con el “pacto político” que permitió su liberación después de estar recluido más de un año en “El Amate” acusado de varios delitos. Y para darle un “calambre” sus abogados solicitaron al Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Séptima Región, en Acapulco, Guerrero –lugar de residencia de JSG—, reviviera en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la acusación por homicidio culposo en el caso de la muerte de 24 bebés en el Hospital de Comitán entre 2002 y 2003. La Primera Sala del máximo tribunal del país conocerá el amparo en revisión y analizará la presunta responsabilidad de Salazar Mendiguchía.

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