Gabriel García Márquez en Chiapas

Los poetas de la Espiga Amotinada, después de leer El coronel no tiene quien le escriba, pensaron que su autor era chiapaneco y decidieron indagar sobre su paradero.

Era mediados de los sesenta: Gabriel García Márquez no era conocido en México, no había escrito Cien años de soledad, no había inaugurado el realismo mágico y vivía más bien en el anonimato de la corresponsalía en Nueva York de Prensa Latina.

Eraclio Zepeda Ramos, nuestro cuentero mayor, ha relatado en varias ocasiones el impacto que le causó a los Amotinados la lectura de El coronel, pero lo sintieron tan cerca, tan chiapaneco, que pensaron que su autor era un escritor nacido en la Costa o en el Soconusco.

Supieron, tiempo después, que era colombiano, que era periodista y que ya había publicado algunas obritas (La hojarasca y La mala hora) ignoradas por la crítica.

La sensación de cercanía de El coronel, como de todas las obras de García Márquez, fue una constante en los lectores latinos. Para un chileno Crónica de una muerte anunciada era lo que había pasado en incontables pueblos de su patria, y lo mismo pasaba con El amor en los tiempos del cólera o la monumental obra Cien años de soledad para un mexicano, venezolano o guatemalteco.

Gabo conoció Chiapas, incluso planeó, según se comentó en su momento, en escribir sobre José María Melo Ortiz, expresidente colombiano, asesinado en La Trinitaria. Y Melo merece en sí su propia novela de su estadía en nuestra entidad, de cómo se enroló al ejército de Ángel Albino Corzo, de cómo defendió los ideales de Reforma y de cómo fue derrotado cuando dirigía una fuerza de caballería de cien jinetes para atacar al general conservador Juan Ortega.

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A finales de los ochenta, García Márquez emprendió su propia investigación para dar con los restos de su compatriota muerto en tierras chiapanecas. Para no pasar por ignorante, al ser entrevistado Jorge Obrador Capellini, delegado de la Reforma Agraria, sobre las actividades del escritor dijo que no estaba ajeno y que él mismo era un admirador de “los versos” del colombiano.

Aunque era cierto que el premio nobel había escrito poemas cuando estudiaba el bachillerato, una vez convertido en novelista renegó de esa etapa de poeta. Era conocido por sus obras en prosa, pero eso lo ignoraba Obrador Capellini.

El proyecto del general Melo quedó inconcluso, de lo contrario tendríamos una novela en donde figuraría Chiapas como un lugar de referencia en la narrativa de García Márquez.

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  1. Gabriel García Márquez en Chiapas - Revolución Tres Punto Cero - 22 abril, 2014

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