La patrimonialización del espacio público: negocios en nombre de la cultura

 

 

  • De palacio municipal a museo en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

A Toj Balam, por preguntar

 

Palacio Municipal San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto: Anahid O. Egremy

Palacio Municipal San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Foto: Anahid O. Egremy

 

La entrada al siglo XXI coincide con un nuevo impulso al turismo como una actividad económica importante para el ingreso de divisas en el país. En el año 2001 la Secretaría de Turismo (SECTUR) impulsó el programa “Pueblo Mágico” como una iniciativa para reconocer ciudades que guardan una tradición histórica y riqueza cultural que pudieran capitalizar como un atractivo turístico. San Cristóbal de Las Casas ingresó a la lista en 2003, luego lo hicieron Chiapa de Corzo y Comitán, ambos el 9 de octubre de 2012. Antes, en 1974 San Cristóbal había sido declarada “Zona de Monumentos Históricos” y actualmente está postulada para ser reconocida como “Patrimonio Cultural de la Humanidad” que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entrando plenamente a la tendencia de la “patrimonialización” de la cultura.

En la primera parte de esta colaboración reflexiono sobre los retos que acompañan los procesos de patrimonialización en San Cristóbal en particular cuando con ello se afectan los espacios públicos ciudadanos, para ser destinados a favor de los turistas que visitan la ciudad, produciéndose su privatización. En mi perspectiva este el contexto en el que se inscribe el cambio del uso del palacio municipal a museo.

Para dimensionar el impacto de estas decisiones en el documento retomo algunas experiencias en México y en Argentina que sirven de contexto a los escenarios de lo que puede ocurrir en San Cristóbal ante su virtual patrimonialización desde la UNESCO.

En la segunda parte realizo una pequeña crónica de la lucha de resistencia civil en contra de la construcción del museo, comprendiendo que el debate no está en una oposición al museo en sí mismo, sino en el fondo del asunto: en una tendencia neoliberal de privatización de la cultura.

Concluyo esta colaboración recuperando un punteo de los reclamos esbozados por los actores sociales en resistencia plantados al frente del muro que fue construido para impedir el acceso al edificio municipal; las demandas son puntualizadas expuestas a manera de “decálogo”.

 

La patrimonialización de San Cristóbal de Las Casas y la privatización de los espacios públicos

En un primer momento en el segundo tercio del siglo XX, el concepto de “patrimonio” estaba asociado a la idea de nación y buscaba estimular la unidad nacional, los referentes como el charro, la música ranchera, la gastronomía y ciertos sitios históricos como las zonas arqueológicas y los lugares con arquitectura colonial, fueron identificados como “patrimonio nacional” lo que daba lugar a una intervención gubernamental para su impulso, protección y destino turístico, modificando el uso cotidiano que antes pudieron haber dado las poblaciones locales a esos espacios. Se configura de esta manera la noción de “patrimonialización del espacio público”.

En la actualidad el concepto de “patrimonio” ha perdido su énfasis nacionalista y ahora predomina la relación con el capitalismo. El turismo neoliberal está asociado a la idea del libre mercado en donde todo es susceptible de ser convertido en mercancía, con nuevas formas de consumo en donde la cultura y “lo exótico” es interés del mercado con fuertes tendencias hacia la privatización de los bienes culturales.

Para aumentar el flujo de turistas a San Cristóbal se han diseñado estrategias hacia su patrimonialización y se busca que sea reconocido como “Patrimonio Mundial de la Humanidad” que otorga la UNESCO, con ello acrecentaría su prestigio en las listas de los destinos turísticos mundiales aumentando el número de visitantes y en consecuencia la derrama económica.

Pero llegar a ese lugar implica un desafío. Son varios los lugares del mundo que compiten para ingresar a la privilegiada lista (ahora con más de mil sitios) y beneficiarse de los fondos y promociones que otorga tal reconocimiento. Manuel Velasco Coello ha sido su principal promotor, aún antes de ocupar el puesto de gobernador en el estado. En abril de 2010 siendo entonces senador de la República por el estado de Chiapas (2006-2012) logró el apoyo de su partido (Verde Ecologista de México, PVEM) y de otras bancadas para elevar a tribuna la propuesta de promover a San Cristóbal como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”. El objetivo era movilizar a las instituciones federales (la Secretaría de Educación Pública, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y a la Comisión Nacional de la Cultura y las Artes) para que ésas la postularan como candidata para incorporarla a la “Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO”. En su propuesta el senador explicó que una vez inscritas, el Comité del Patrimonio Mundial solicita la opinión consultiva de la Comisión de Cooperación Mexicana para emitir la declaratoria solicitada[2].

Mientras tanto otras políticas públicas en el ámbito del gobierno local empujaban hacia la reconversión de los espacios públicos para colocarlos como áreas destinadas al turismo. Por ejemplo algunas calles del centro histórico dejaron de ser lugares de tránsito vehicular y se convirtieron desde 2008 en andadores de uso peatonal ejerciendo una fuerte presión para el cambio en el uso del suelo de casa habitación a espacios comerciales. Pocas son las familias sancristobalenses que habiendo vivido en el hoy llamado “centro histórico” se resisten a deshacerse de sus lugares de vida; tal es el caso de la familia Rovelo Velasco cuya vivienda se ubica sobre el “Andador Guadalupano” que no aceptó vender su casona (construida en 1880) a favor del Grupo Samborns que intentó comprar el empresario Carlos Slim Domit[3].

Otras viejas familias empresarias se han reconvertido y son los dueños de los hoteles, restaurantes, bares y negocios en el centro histórico; ellos son los que ejercen presiones políticas y económicas para colocar a San Cristóbal en un mejor lugar en el mercado turístico; al mismo tiempo que algunas de esas familias se han metamorfoseado de empresarios a políticos para tomar decisiones desde el poder del Estado para beficiar a la industria.

 

Pintas de protesta por obras en el Palacio Municipal San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Foto: Anahid O. Egremy

Pintas de protesta por obras en el Palacio Municipal San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Foto: Anahid O. Egremy

 

Disputas por la resignificación del palacio municipal en San Cristóbal

Un reto de los empresarios turísticos de San Cristóbal es abrir nuevos lugares para ampliar los días de permanencia del turista en la ciudad, beneficiando al consumo. Para abonar a favor de esa necesidad, en noviembre de 2010 unos meses después que el senador Velasco Coello presentó su propuesta en el senado, el presidente de San Cristóbal Mariano Díaz Ochoa (Partido Revolucionario Institucional, PRI) ordenó desalojar el edificio municipal y trasladar todas las oficinas municipales a la edificación de la antigua fábrica de hilos y tejidos instalada en la periferia de la ciudad. El propósito era destinar el inmueble como un museo. La crónica de Elio Henríquez nos recuerda ese momento:

(…) la nueva sede de las autoridades locales será la antigua fábrica de hilados y tejidos, donde hasta hace algún tiempo funcionó una empresa textil de Camel Nacif, “el rey de la mezclilla”, informó el alcalde Mariano Díaz Ochoa. (…) Dijo que se pretende que en noviembre próximo se realice la mudanza de todas las oficinas a las nuevas instalaciones, lo que ‘descongestionará tremendamente el centro de la ciudad’, donde cada vez más se realizan obras para peatonizar más áreas. En entrevista señaló que el actual palacio, que se ubica en el centro de San Cristóbal, sólo quedará las oficinas de la dirección de turismo y el archivo municipal. Expresó que según los planes de las autoridades estatales, que serán las responsables de acondicionar el nuevo edificio que de manera efímera ha funcionado como Centro de Convenciones, para el próximo mes de noviembre se haría la mudanza. (…) Díaz Ochoa anunció también que se va a unir el andador Guadalupano con el de El Carmen-Santo Domingo, mediante la ampliación de banquetas en el parque central por el lado donde están algunas sucursales bancarias, los portales y la catedral[4].

Esta propuesta de cambio de la sede del gobierno municipal destinado a ser un Centro de Convenciones en el marco de las celebraciones del Bicentenario, no estaba considerada en el Plan Municipal de Desarrollo 2008-2010 y tampoco tal decisión pasó por una consulta ciudadana. Pero el cambio de sede no prosperó, básicamente por razones políticas. El 4 de enero de 2011 la nueva presidenta municipal de la ciudad, Victoria Cecilia Flores Pérez del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), dio marcha atrás por considerar que el edificio carecía de las condiciones para albergar al ayuntamiento y a su administración[5].

La decisión del edil Mariano Ochoa fue cuestionada por la ciudadanía. En primer lugar irritaba a la población lo lejos que quedarían ubicadas las nuevas oficinas con relación a los bancos y otros servicios que aún se encuentran en el centro histórico, por lo que el costo de los trámites municipales aumentaría para los usuarios. A muchos ciudadanos les ofendía el cambio ya que la antigua fábrica de hilos y tejidos era un derruido e inservible inmueble, por lo que tal decisión era considerada como una disminución de la imagen y liderazgo de la autoridad frente a la ciudadanía.

Para otros era demasiado tener que renunciar a su ciudad y su patrimonio histórico y cultural para entregarlo al goce los turistas para beneficio de las familias que tenían negocios en el centro de la ciudad. De esta percepción participaban otras personas de esta multicultural y cosmopolita ciudad, hoy habitada por ciudadanas y ciudadanos del mundo, como aldea global que es, que han asumido a San Cristóbal como su ciudad y que perciben que el turismo masivo afecta la calidad de vida de toda la población, al disminuir el flujo de agua y aumentar el tráfico vehicular, entre otros problemas por el sobrepeso de la población flotante en la ciudad.

Para las familias de mayor raigambre la pérdida del palacio se percibe como una renuncia a la memoria de sus ancestros. El palacio municipal forma parte del relato de la construcción del ser cristobalense. El edificio es una joya arquitectónica del estilo neoclásico construido por Carlos Z. Flores siguiendo los cánones establecidos en el siglo XVI por el italiano Vignola (1858)[6]. El edificio comenzó a ser construido en 1863 y sustituyó al anterior palacio que sufrió un incendio durante enfrentamientos entre imperialistas y republicanos. Inicialmente el propósito del edificio era albergar la sede del gobierno del estado, pero ese proyecto monumental se canceló cuando en 1892 la capital del estado se trasladó por tercera ocasión -en una disputa de idas y venidas- y de manera definitiva a la liberal Tuxtla Gutiérrez. El proyecto arquitectónico ya no se concluyó en su totalidad y el edificio fue ocupado por el ayuntamiento de la ciudad en 1895.

Estas historias son aún recordadas por los habitantes de la antigua capital colonial quienes perciben en el inmueble un referente de identidad construido en una suerte de rivalidad entre los habitantes de la vieja y la nueva capital del estado. Así, primero en tiempos del liberalismo los sancristobalenses del siglo XIX pierden el palacio de gobierno porque la gubernatura se fue a Tuxtla Gutiérrez y, ahora en tiempos neoliberales están amenazados de perder el sentido de edificio edilicio para ser resignificado como un producto más para el mercado turístico. Como resultado de la presión que ejerce el mercado de convertir la cultura en mercancía, poco a poco la ciudad se va quedando sin historia propia; las historias que importan son los relatos de los guías para el consumo de los turistas.

La conversión del edificio municipal como un objeto turístico volvió a irrumpir en la última semana del mes de enero de 2015, en esta ocasión impulsada por el presidente municipal en turno Francisco Martínez Pedrero, empresario turístico con propiedades y negocios en el centro de la ciudad. En el primer mes del año en curso el munícipe decidió trasladar los poderes municipales a otro edificio y destinar el que construyó Carlos Z. Flores como un espacio para albergar un “museo de arte”. Frente a este nuevo intento otra vez la ciudadanía se opuso, pero ahora de una manera más organizada y activa, estableciendo un plantón enfrente del edificio en la búsqueda de firmas como una suerte de consulta en resistencia. En un primer momento el debate giró en torno al nuevo museo y opuso a los que estaban a favor y en contra. Visto de lejos, cuestionar la creación de un museo parecería un despropósito ¿Por qué oponerse a un museo? En realidad esta pregunta así planteada era un falso debate ya que allí no se encontraba el quid de la cuestión; sino lo que preocupaba era el por qué y el para qué.

En los primeros momentos el debate era fragmentado porque la información también era imprecisa. Inicialmente se dijo que se trataba de un “museo de historia”, con justa razón algunos analistas se preguntaron: en esas paredes ¿Qué Historia(s) se va a narrar? ¿Desde el punto de vista de quién? Leonardo Toledo se hizo las siguientes preguntas:

¿Será un museo dedicado a la ciudad o un museo que contará la historia de un grupo específico de sus habitantes? Porque sin duda será pagado con dinero público, pero ¿será administrado por un consejo ciudadano o se entregará a algún grupo en particular, quizá alguno especializado en la administración de inmuebles culturales? (…) ¿A quién le corresponde narrar San Cristóbal? ¿Qué versión de la historia contarán? ¿Será una historia de conquistas, de alcurnias, de toponimias y gentilicios? ¿Será una historia de anecdotarios, de hazañas y fechas memorables? ¿Será un museo que hablará de cómo se establecieron los oficios en los barrios pero olvidará mencionar como es que se han desvanecido? ¿Hablará de la diversidad étnica fundadora o sostendrá la versión de 40 familias de colonos españoles?[7]

Más adelante funcionarios del gobierno municipal informaron que en realidad se trata de un “museo de arte”, pero aquí también conviene preguntarse ¿De qué arte? ¿Desde qué perspectiva estética? Como bien observara Pierre Bourdieu en su clásico volumen de “La distinción”[8], los gustos por las cosas y el acceso a ciertos consumos unen a los grupos sociales y los separa de otros. Cada grupo social tiene un tipo de gusto, por ello se juntan; delicadezas que se encuentran legitimados en su “habitus”, es decir en su cultura. Cultura que no es algo abstracto, sino que está relacionado con una clase y un lugar que cada grupo social ocupa en la estructura social y en la organización social del trabajo.

A ello se refiere Maximiliano Korstanje cuando afirma que el turismo hace parte de un habitus de un grupo social específico con capacidad adquisitiva para la “contemplación” y lo pueden hacer porque disponen del tiempo y el dinero para el pago de la taquilla, hoteles y restaurantes. Son los que asisten al teatro y a los museos y consumen “la cultura” comercializada. A responder a su “buen gusto” suele estar destinada la actividad turística de los sitios patrimonializados; por lo que suele ocurrir que “(…) la búsqueda del ‘gusto puro’ por parte de los turistas, conlleva la idea de separación simbólica y espacial de la población local a quienes, por falta de ‘capital cultural’ se los relega a ocupar posiciones o trabajos no calificados.”[9].

Estas problemáticas suelen pasar desapercibidas desde los tomadores de decisiones y desde los desarrolladores turísticos, quienes ponderan las bondades de la industria como una actividad que busca vincular a grupos humanos entre sí y de esta manera generar empleo local e ingresos económicos; pero no se reflexiona sobre la posición de la relación entre el turista y el anfitrión dentro del sistema. El turismo en efecto establece una relación entre ambas categorías sociales que los une pero a la vez los distingue, esto ocurre particularmente con la población local del destino turístico. Grupos sociales colocados en un lugar subordinado en el papel de “exóticos” o “nativos”, son los que ocupan los roles inferiores en la organización social del trabajo de la industria turística. En el caso de San Cristóbal, los nativos del lugar son los empleados no calificados de los hoteles, restaurantes y comercios; espacios ocupados regularmente por los jóvenes indígenas, contribuyendo de esta manera a marcar de manera más nítida relaciones racializadas dentro de los grupos sociales que coexisten en el espacio turístico[10]; particularmente en el “centro histórico” que suele ser el lugar de intervención de las políticas de patrimonialización.

De tal forma que decidir el perfil de un museo, las obras que allí se expongan y el tipo de público que a tales actividades se espera, no es un debate estéril o irrelevante: tiene un sentido de hacía dónde está dirigida una política pública. Este es el fondo del debate y no en discutir sobre un “si” o un “no” frente a un museo, discusión que se convierte en un distractor y evade el fondo del asunto.

Es claro que el perfil del museo propuesto por el presidente Martínez Pedrero está dirigido hacia el “turismo culto”, aquellos que tienen dinero para pagar la taquilla y los consumos en los negocios en el interior de los museos, y no será un espacio accesible para todas y todos los sancristobalenses, sino para las élites que puedan pagarlo. En conferencia de prensa ante representantes de medios de comunicación Carlos Zepeda Trujillo, Secretario de Desarrollo Económico y Social del Ayuntamiento delineó el perfil del museo: “Cabe destacar que el Museo de Arte San Cristóbal de Las Casas, contará con una infraestructura adecuada para poder tener exposiciones de talla nacional e internacional, ya que las salas en de exhibiciones contarán con un sistema profesional de aire, luz, control de humedad, purificación y otras especificaciones que a través del proyecto museográfico, lo que permitirá, una vez concluida la obra traer dichas exposiciones de obras de arte.” Justamente a esta propuesta es a la que se oponen algunos grupos de jóvenes creadores que están en resistencia en contra de “el museo” porque contiene un diseño de institución de arte que los excluye.

Respecto al uso del edificio la misma fuente afirmó: “En lo que se refiere al Palacio Municipal ésta se dividió en dos partes, la primera contempla el Museo de Arte San Cristóbal de Las Casas, en la cual se realizará la restauración del edificio, una vez concluida esta obra se convierte al centro histórico en un espacio totalmente turístico, cultural y de arte, y la operatividad administrativa se manda afuera del centro de la ciudad.[11]”.

Es evidente que en el discurso de los funcionarios municipales el uso de recursos públicos destinados a favorecer intereses privados, les parece como algo absolutamente normal y tratan de legitimarlo en el imaginario construido de que el turismo en San Cristóbal es una actividad económica que beneficia a toda la población, por lo que el uso de recursos públicos para ese fin se encuentra justificado. Y este es el punto del debate: la inversión que se usa para mejorar la infraestructura (en este caso para los cambios en el palacio municipal) se realiza con dinero público, mientras que las ganancias son para los entes privados. Sobra decir que el presupuesto gubernamental dirigido hacia la inversión a favor de la industria turística actúa en detrimento de otros sectores sociales más necesitados de esa infraestructura, en la periferia de la ciudad.

Como ha sido manifiesto en el plantón ciudadano frente al palacio municipal, el descontento social se nutre en la percepción del uso privado de las instituciones de la República. Ser presidente municipal permite tomar decisiones para decidir hacía dónde se van a dirigir las políticas de urbanización y a quiénes beneficiar, tal y como ocurrió por ejemplo con la ampliación de las banquetas, política conocida como “las banquetotas”, que restaron espacio a los peatones que acuden a los servicios ubicados en el centro histórico y cuyo propósito fue ampliar el área de los restaurantes del centro histórico para expandir los negocios de los restaurantes.

La perspectiva gubernamental que se lee en el discurso de la conferencia de prensa mencionada, normaliza la relación entre la empresa privada y los intereses públicos, como si éstos fueran la misma cosa, e impide al grupo político en el poder municipal imaginar el uso del palacio edilicio como un espacio cultural a favor de la sociedad y no para ser entregado a los empresarios. Por ejemplo en otra propuesta el museo podría ser un espacio de cultura para las y los jóvenes sancristobalenses, un lugar de encuentro entre los jóvenes creadores. Bien se sabe que en la actualidad gran parte de los problemas que aquejan al país es por la falta de oportunidades a este grupo de edad, quienes son arrojados fuera del sistema y a veces a la delincuencia organizada; por lo que preocupa que otra vez, desde este proyecto queden de nuevo excluidos. De aprobarse el cambio de uso del inmueble edilicio, el museo bien podría abrir espacios a múltiples expresiones de la cultura, sin excluir a ninguna.

Es importante enfatizar en que las y los jóvenes creadores de San Cristóbal son una comunidad numéricamente importante que carece de espacios públicos para expresarse, porque además han sido criminalizados, siendo poco a poco expulsados del centro de la ciudad. Recordemos que durante el trienio del presidente municipal Mariano Díaz Ochoa fue notable la criminalización de grupos alternativos de jóvenes, como los grafiteros, los hippies y otros grupos de jóvenes creadores con identidades juveniles y artísticas alternativas. Con tristeza e indignación hasta hoy se lamenta la muerte estéril y se guarda la memoria de Víctor Martín Penagos un joven de 16 años conocido por su tagga como “burla” que fue asesinado en 2009 por pintar un grafiti en la barda de un hotel!!!, en aplicación de un absurdo reglamento municipal que lo alentaba[12].

En otro orden, la orientación hacia la privatización de los espacios públicos del centro histórico son mandatos emanados desde los nodos del capitalismo neoliberal, en este caso las agencias de viajes transnacionales y a veces sus presiones adquieren la forma de amenaza. Es emblemática, por la arrogancia del tono de la misiva y por el carácter intimidatorio a la autoridad, la carta que envió la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes a las autoridades mexicanas en el mes de enero de 2015, en la que amenazaron con excluir a San Cristóbal como sitio turístico. La molestia se debía a que en la plaza de la Catedral de la ciudad, el gobierno local instaló toboganes y otras diversiones infantiles durante el periodo navideño de 2014. Conviene citar la reseña de la carta que publicó el periodista Isaín Mandujano porque es una perla que ilustra muy bien lo que Montserrat Balcorta llamó como “la pérdida del derecho a la ciudad” que amenaza a los sancristobalenses[13].

La carta firmada por la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes que aglutina a 19 asociaciones de agencias de viajes que engloban más de mil 180 casas centrales con aproximadamente 2 mil 700 puntos de venta, anunció a las autoridades estatales y municipales con copia al Instituto Nacional de Historia y Antropología (INAH), Secretaría de Turismo, Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, AC, y a la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) su decisión “de excluir a la ciudad de San Cristóbal de las Casas como uno de sus destinos turísticos del territorio mexicano”. Las razones de su determinación se debía a:

“(…) la preocupación que nos causan comentarios y quejas de clientes y minoristas de viajes y turismo respecto a la pérdida de calidad de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas como destino. (…) En fechas navideñas uno de los atractivos turísticos de la ciudad, la plaza de la Catedral, es ocupada por grandes atracciones invernales (pista de patinaje y rampa) como las que hay en muchas ciudades de Europa, por lo que no es típico de una ciudad de Chiapas, perdiendo todo su encanto. (…) No entendemos cómo las autoridades turísticas y de patrimonio histórico permiten y alientan estas instalaciones que arruinan la belleza singular de una ciudad colonial y monumental como San Cristóbal de Las Casas en el bello Chiapas (…) Por ello hemos decidimos, en consulta con nuestras asociaciones, no recomendar a San Cristóbal de Las Casas como destino turístico.”[14]

Llama la atención cómo hemos naturalizado el despojo de los derechos a la ciudad sacrificados a favor de la industria turística como si esto fuera algo normal y legítimo; y no reparamos en que el contenido de la carta mencionada es por demás amenazante y tiene un claro sentido colonizador en cuanto que el capital transnacional reclama el derecho que los turistas tienen por encima de los habitantes de la ciudad; que en este caso tiene la agravante de disputarle a las niñas y los niños el derecho a disfrutar de lo que queda como espacio público en la ciudad para su goce gratuito; ya que el resto ha sido patrimonializado o mejor dicho, privatizado.

La misiva, de acuerdo al relato del periodista, concluye conminando a las autoridades a “que recapaciten en sus políticas públicas”; es decir les pide que renuncien a su mandato de servir a la ciudadanía y poner entonces, todos los espacios públicos del centro histórico de la ciudad como un museo sin vida, destinado únicamente para la contemplación estética de los que pueden pagarlo.     Desde la perspectiva de las empresas turísticas transnacionales los lugares patrimonializados deben de ser únicamente eso: sitios inertes destinados a la contemplación, en donde se espera que sus habitantes limiten su rol a meseros y vendedores. Destino que desde ya se está configurando para la infancia sancristobalence, según la misiva de las agencias de viajes españolas que le molesta que la ciudad pueda ser ocupada por sus niños. En mi perspectiva, es deseable que las autoridades municipales no se sientan intimidadas por los intereses de mercado de afuera y de adentro, y que en el próximo periodo invernal las niñas y los niños de esta ciudad vuelvan a reír con la experiencia de los toboganes.

Mediante ese tipo de medidas dirigidas a restringir el carácter de libre uso para las y los ciudadanos y en su lugar se destinan como espacios para el disfrute de los turistas, es cuando se produce una privatización. Con el cambio de uso del palacio municipal a museo se avanza un paso más en esa tendencia; de tal forma que cuando algunos actores sociales que se encuentran en resistencia plantados enfrente del edificio municipal para impedir que éste se convierta en museo, denunciaban que el inmueble estaba siendo “vendido”, no estaban lejos de nombrar lo que en verdad está aconteciendo. Ciertamente tal “venta” es por ahora simbólica, pero existe el riesgo que ocurra plenamente cuando el espacio sea ocupado por los empresarios turísticos que harán de su interior un mercado al colocar una taquilla en su ingreso y varios negocios adentro.

 

Patrimonialización y privatización: algunas lecciones

Lo que acontece en San Cristóbal es una tendencia global[15]. En este sentido al estudiar el proceso de patrimonialización del barrio San Telmo, Buenos Aires Argentina, Dhan Sebastian Zunino[16] documenta fenómenos de desplazamiento de los habitantes de antaño en los espacios patrimonializados. Esto ocurrió con las familias que antes vivían en el centro del Barrio San Telmo, un lugar pintoresco que antes fue habitado por personas de los sectores populares pero que cambió radicalmente su fisonomía cuando personas identificadas como “gente bien” compró los inmuebles del barrio, después de una agresiva política pública del ayuntamiento municipal dirigido hacía el embellecimiento del lugar y la revalorización del suelo. Refiere el autor que con ese cambio del perfil de las personas que lo habitaban se produce un fenómeno al que se le ha llamado “gentrificación” (derivada de la palabra inglesa gentry); término que quiere decir burguesía o gente bien. El concepto fue utilizado por primera vez en los años sesenta por la geógrafa marxista Ruth Glass para nombrar el proceso de sustitución de sectores de bajos ingreso por otros con mayor poder adquisitivo en los proceso de renovación.

La designación de un lugar como Patrimonio Mundial de la Humanidad ya de sí contiene un sentido excluyente. Al aceptar en “la lista” de la UNESCO a un lugar como Patrimonio, no lo hace reconociendo a todo el municipio o poblado, sino únicamente a lugares específicos del mismo, regularmente el centro histórico. Así en México, los sitios reconocidos como Patrimonio Cultural de la Humanidad son los centros históricos de Oaxaca, ciudad de México y Puebla, Guanajuato, Morelia, Zacatecas, Querétaro, y Campeche, así como la zona de monumentos históricos de Tlacotalpan, Veracruz; por lo que los beneficios están orientados hacia esos lugares, excluyendo a sus periferias. De lo que resulta previsible que al ser nombrado San Cristóbal como Patrimonio Mundial de la Humanidad ocurran fenómenos de desplazamiento de las familias que residen en el centro histórico cuando, eventualmente, éste amplíe su perímetro y progresivamente las personas con menos ingresos se verán presionadas a vender sus propiedades, abandonando el centro de la ciudad por “gentrificación”.

Otros autores llaman la atención sobre el aceleramiento de la privatización cuando un lugar obtiene el reconocimiento de la UNESCO, profundizando la concentración del negocio turístico en pocas manos; así lo hace destacar José de Jesús Hernández[17] al estudiar el caso de Tequila en el estado de Jalisco. Este lugar es reconocido como un Pueblo Mágico y como Patrimonio Cultural de la Humanidad, el autor pone de relieve a ciertas familias como las principales interesadas que fueron las que realizaron los trámites hasta conseguir esos reconocimientos, percibiéndolo como una inversión. La especificidad cultural que caracterizaba al lugar (de la que era portadora toda la población del lugar) fue convertida en mercancía cuando se produjo su patrimonialización; proceso que se aceleró al ser beneficiados por la decisión de la UNESCO. Los empresarios que invirtieron en la gestión del reconocimiento son los dueños de los negocios que reciben el flujo turístico bajo rutas delimitadas, que muestran al turista un menú de lugares que ellos controlan.

Al ser reconocido como patrimonio de la humanidad el sitio se convierte en una suerte de “marca” cosificando las imágenes y todo tipo de representaciones culturales. Los negocios de los souvenir’s, los tours y la delimitación de los espacios turísticos entre otras “ofertas turísticas”, pasa por complejos procesos de regulación que requiere de cada una de ellas la autorización; perdiéndose la creatividad empresarial del pequeño comercio. Esos permisos son otorgadas precisamente por quienes controlan el negocio mediante complejas redes clientelares económicas y políticas; es decir se agudiza la privatización de la cultura tangible e intangible y, lo que antes fue patrimonio de todas y todos, se convierten en patrimonio de unos pocos.

La investigación mencionada “da cuenta de la transformación de determinados perímetros de un pueblo que gradualmente ha devenido, de zona rural, a un importante destino turístico en el Occidente de México, así como un referente en la construcción de una nueva identidad nacional ligada a mercancías exitosas en el contexto de la globalización”. En la conclusión el autor sostiene que: “esa forma de patrimonializar se sustenta en una política cosmética, dado que al mismo tiempo que se restauran y embellecen ciertas zonas por su valor histórico–cultural y potencial turístico, se ocultan las necesidades y las condiciones reales de vida de la gente.” Y, agrega: “Las experiencias tenidas en otras partes del mundo muestran que efectivamente el arribo de turistas a localidades patrimonio aumenta cada año, pero, contrario a lo planeado, la inconformidad social, la privatización maquillada como patrimonialización son algunos de los efectos no previstos pero recurrentes.” [18].

Estas experiencias ilustran que los discursos gubernamentales triunfalistas que invitan a celebrar los logros de la patrimonialización de San Cristóbal ante su eventual reconocimiento por la UNESCO, contienen nuevas amenazas sobre los que conviene reflexionar.

 

Los escenarios de San Cristóbal como Patrimonio Mundial de la Humanidad

El gobernador Velasco Coello no es ajeno a los negocios de la ciudad y miembros de su familia también lo son; tal es el caso del actual presidente municipal de San Cristóbal, el empresario hotelero Francisco Martínez Pedrero con quien, se afirma, los unen vínculos de parentesco y ambos están comprometidos en lograr que San Cristóbal se incorpore a la selecta lista de la UNESCO. Al asumir la gubernatura del estado, Manuel Velasco (PVEM) (2012-2018) intentó convencer al voluntariado de la Unesco para orientar sus buenos oficios a favor de San Cristóbal. Apenas tenía cinco meses en el gobierno cuando fue anfitrión de la “Cumbre Internacional de Voluntariado de la Unesco” del 6 al 11 de diciembre de 2012, celebrado en San Cristóbal con la participación de un centenar de delegados internacionales[19]. De esa inversión obtuvo por lo menos una “carta de intención” para la declaratoria de San Cristóbal como Patrimonio Cultural de la Humanidad[20].

Han pasado más de dos años y tal vez es el momento para el desenlace de la postulación. Un escenario es que quizá todavía es temprano para saber cuál será la suerte de esa carta de intención, la cosa no es sencilla, la UNESCO tiene establecido que para ser incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad un sitio debe tener un «valor universal excepcional» y debe satisfacer al menos uno de los criterios de selección -los hay de carácter histórico y cultural-[21] y son varios lugares compitiendo. El criterio que podría acercarse más al perfil de San Cristóbal es número dos: “II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico”.

Los beneficios que se obtienen por estar en la lista de la UNESCO son motivo de interés del gobierno del estado. Palenque es reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1987 por: “III. Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida”[22], por lo que con tal reconocimiento ya fluyen varios miles de dólares (¿millones de dólares?) a las arcas del estado. En un reporte con información de 2009 sobre los beneficios que reciben los lugares que son reconocidos como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se menciona:

Los lugares considerados Patrimonio de la Humanidad acceden a una serie de beneficios que van desde el prestigio internacional, una mayor conciencia entre los ciudadanos relativa a la preservación de esta herencia, hasta el acceso a un fondo de 4 millones de dólares destinados a asistir a los países en la identificación, promoción y preservación de estos sitios, contando con la posibilidad de asistencia de emergencia para la reparación de daños en caso de desastres. Adicionalmente, se tiene acceso a la elaboración e implementación de planes para la administración del patrimonio, en conjunto con capacitación técnica de expertos a los grupos encargados locales. El fondo mencionado anteriormente se obtiene de contribuciones directas de los países participantes, y de contribuciones particulares; de hecho toda persona puede contribuir a esta noble causa realizando una donación, para contribuir así a financiar el proceso de nominación de los sitios, la cooperación técnica, entrenamiento, actividades educativas y promocionales[23].

Un segundo escenario es que el gobierno del estado y municipal ya tengan noticias adelantadas sobre su posible pronto reconocimiento. Es de llamar la atención que desde el año 2014 y más recientemente en enero y febrero del año en curso, el centro histórico está saturado de obras de albañilería: calles cerradas y docenas de trabajadores realizando reparaciones en las fachadas de edificios públicos y hoteles; al mismo tiempo que varios kilómetros de cables han sido introducidos debajo de la carpeta asfáltica tal y como lo establecen los cánones de este tipo de sitios; además de un compulsivo revestimiento de las calles más próximas al centro de la ciudad: tal vez la noticia ya está en camino.

Un tercer escenario es que estos esfuerzos son inversiones en una coyuntura de campaña política y/o también para gastar de manera acelerada los recursos públicos antes que el trienio municipal concluya y de esa forma pagar los favores de las constructoras a las candidaturas.

El interés por convertir toda manifestación cultural en mercancía, condujo al gobernador Velasco Coello a impulsar otros reconocimientos de patrimonialización. La inversión que realizó el gobierno del estado para la recepción al voluntariado de la UNESCO en diciembre de 2012 comenzó a tener resultados al obtener información adelantada sobre otras convocatorias. El gobernador apostó a una segunda estrategia: postular a San Cristóbal como parte de la “Red de Ciudades Creativas” de la UNESCO en la categoría de “artesanías y arte popular”. Aparentemente el gobernador obtuvo información privilegiada sobre esa nueva red ya que, según se lee en la nota periodística que lo informa, esta es la primera propuesta de postulación que recibe la UNESCO para integrar dicha red:

San Cristóbal de Las Casas es la primera ciudad a nivel nacional que busca la declaratoria como Ciudad Creativa de una red que establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés). Al obtener la declaratoria, San Cristóbal de Las Casas apoyaría las economías locales y barrios mágicos como parte del desarrollo económico. La localidad es postulada en la categoría correspondiente a “Artesanías y arte popular” al considerar que estas actividades forman parte del desarrollo económico de la ciudad y fomentando a San Cristóbal como ciudad cultural en el país y el mundo.” [24].

Este anuncio debería ser motivo de alarma. En el capitalismo todo es susceptible de privatización para ser convertido en mercancía, “patrimonializar” las artesanías y el arte popular es una gran amenaza que puede dar lugar al despojo de los saberes colectivos, porque eventualmente algún particular decide patentar o reconocer bajo su propiedad un saber colectivo; abriendo paso también a disputas entre los pueblos en un escenario de derechos de autor sobre los mismos. En lo personal considero que esta es una aberración más del capitalismo y promover la patrimonialización de los saberes colectivos -de lo que suele ser llamada como “artesanía”- es un gran riesgo para las y los productores y para los pueblos.

Es una tragedia observar cómo ignorando los derechos autonómicos constitucionales de los Pueblos Indígenas garantizados en el artículo segundo constitucional, ésos son violentados cuando el Estado se abroga la representación de los saberes colectivos de los pueblos promoviendo su mercantilización. Desde la lógica gubernamental neoliberal los pueblos indígenas tienen derecho a la existencia sólo sí son productores de bienes susceptibles de ser convertidos en mercancías. En el capitalismo lo que impartan son los productos y no las personas.

Así, en el contexto del amurallamiento del palacio municipal de San Cristóbal para su intervención, ocurrió un hecho lamentable que da cuenta de lo antes dicho. Es reprobable el desplazamiento que el gobierno de la ciudad realizó en contra de las mujeres artesanas que vendían en la Plaza de los Héroes, ubicado en la parte trasera del palacio municipal y que también fue cerrado para impedir el acceso de las y los ciudadanos. Con esta medida medio centenar de mujeres indígenas artesanas que tenían en esa plaza su único lugar de venta, fueron desalojadas; antes también sido retiradas de la plaza de la Catedral. Lo que da cuenta que desde el poder del Estado las personas son desechables y de ellas lo único que importa es lo que puede ser convertido en producto para el mercado.

 

No a la cultura como negocio, pinta en Palacio Municipal de San Cristóbal. Foto: Anahid O. Egremy

No a la cultura como negocio, pinta en Palacio Municipal de San Cristóbal. Foto: Anahid O. Egremy

 

Crónica de un museo no anunciado y ninguneo a los derechos a la ciudadanía

A diferencia de Mariano Ochoa y de Victoria Cecilia Flores en cuyas administraciones la iniciativa de modificar el uso del edificio municipal no prosperó para dar paso a un museo y con ello aumentar el número de atractivos turísticos en la ciudad, en esta ocasión parece ser que el cambio si podrá ser realizado. Para lograrlo el presidente Francisco Martínez Pedrero decidió actuar por su cuenta, ignorando la decisión del Cabildo, atropellando las leyes así como los derechos de la ciudadanía sancristobalense, según han denunciado organizaciones sociales y activistas en la ciudad, como he de dar cuenta en esta crónica.

En la primera semana de febrero de 2015 periodistas y ciudadanos hombres y mujeres, iniciaron manifestaciones de inconformidad en contra de la reconversión del edificio del gobierno local como un espacio museográfico, abriendo un debate ciudadano en las redes sociales entre los que estaban “a favor o en contra del museo”[25]. El tema pronto se clarificó, el punto a discusión no era la cuestión de la oposición a la instalación de un nuevo museo en la ciudad, lo que sería un despropósito (como ya mencioné páginas atrás); sino que la cuestión estaba en la forma y en el fondo de cómo se estaban haciendo las cosas. Respecto al fondo ya abundé páginas arriba, aquí me referiré a la forma.

La mayor irritación se centraba en que la decisión presidencial violentó derechos de la ciudadanía sancristobalense. El primero fue el derecho a la información. El día 25 cuando se cerró el edificio municipal no hubo ningún aviso o anuncio que lo hiciera saber por lo que todas y todos los ciudadanos que llegaban a realizar trámites a las ventanillas municipales no obtuvieron información sobre el lugar en dónde podrían atenderlos. La segunda cuestión era la ausencia a una consulta ciudadana como requisito para la decisión del traslado de la administración municipal, incluyendo la oficina del presidente que es la sede oficial del poder municipal, legalmente registrado.

La molestia irrumpió en un contexto de acumulación de antecedentes que lo configuraban como una particular forma de gobernar de “ninguneo a la sociedad”, tal y como lo ha llamado el periodista Pepe Crocker en su dirección de Facebook “Recoletos”. Así, no es solamente el rechazo al museo en sí mismo lo que alimenta el descontento, sino que éste parece ser el punto de quiebre que movió a las y los ciudadanos a salir a la calle, instalarse en un plantón frente a la obra procediendo a su virtual clausura simbólica. El repudio al museo -concretada en la evidencia de casi cinco mil firmas recabadas en una semana- es, en realidad, una manifestación de rechazo en contra de una forma de gobierno, distante y evasiva de la ciudadanía, además de ilegal en varios sentidos.

El 25 de enero de este año 2015 el palacio municipal amaneció cercado con un muro de madera pintado de color blanco y con policías que impedían el acceso al edificio ¿Qué estaba pasando y en dónde estaban las autoridades municipales? Nadie ofrecía una explicación aumentando el desconcierto. Dos días después el 27 de enero de 2015, Carlos Zepeda Trujillo Secretario de Desarrollo Económico y Social concedió una entrevista en una radio local informando que el palacio se había cerrado porque se realizaban obras de remodelación para albergar en su seno un museo. La noticia causó primero sorpresa y después indignación. No se tenía información previa de la misma ya que la obra no había sido promesa de campaña y tampoco estaba programada en el Plan de Desarrollo Municipal[26].

La noticia movilizó de inmediato a los medios y a la sociedad organizada. La obra que después se supo tendría una inversión inicial de 20 millones de pesos no había sido resultado de una consulta popular según ordena la Ley Orgánica Municipal en su artículo 36, que reza: “CAPÍTULO V. DE LAS ATRIBUCIONES DE LOS AYUNTAMIENTOS. Artículo 36.- Son atribuciones de los ayuntamientos: (…) XVIII. Formular el programa municipal de desarrollo urbano que se someterá a consulta popular y una vez aprobado publicarlo conjuntamente con las declaratorias de provisiones, usos, reservas y destinos de aéreas y predios;” [27] y esto se constituyó en uno de los principales reclamos[28].

Pero no sólo se incumplió el derecho de consulta, sino también se violentó la Constitución nacional y estatal así como los derechos de las y los regidores. El 28 de enero el periodista Edgar Rosales[29] obtuvo una entrevista con el regidor Fernando Pérez Jonapá (PRI) quien afirmó que los regidores no estaban enterados del proyecto del cambio del uso del edificio municipal y que el Cabildo no avaló la decisión de convertirlo en museo. Un día después el regidor Marco Antonio Sánchez del Partido Acción Nacional (PAN) en entrevista realizada por el periodista Carlos Herrera[30] confirmó que los regidores carecían de información. Ellos igual que el resto de los trabajadores se enteraron de la noticia cuando fueron notificados por la administración para que desalojaran el edificio ya que toda la documentación sería retirada del inmueble[31].

El hecho no era aislado y no era la primera vez que ocurría. En San Cristóbal el gobierno no era ejercido por el ayuntamiento sino por la figura del presidente municipal; en un excesivo presidencialismo con violaciones a la Ley Orgánica Municipal. Concepción Avendaño una de las figuras visibles de la sociedad civil que protagonizan el descontento ciudadano documentó violaciones al artículo 34 de la Ley Orgánica Municipal cuando al entrevistar a regidores recogió información que daban cuenta que desde marzo de 2014 el presidente municipal no convoca a Cabildo abierto[32], las sesiones de Cabildo las convocaba el presidente municipal a modo, además de escasas eran cerradas y cuando ésas se realizaban, en ocasiones se celebraron fuera del edificio municipal; por lo que la activista interpuso una demanda[33].

Evitar el Cabildo abierto ha sido una manera de evadir el contacto con la sociedad, de huir a los cuestionamientos de la prensa y de ignorar la rendición de cuentas. A esta forma de relación sociedad-gobierno es a la que alude la percepción de “ninguneo” de la sociedad. Pese a esas prácticas, sin embargo el Congreso local ha sido omiso en su intervención.

Finalmente fue hasta el día 29 que el ayuntamiento convocó a una conferencia de prensa, con la destacada ausencia del Cabildo, para informar sobre el proyecto de lo que a partir de entonces se le llamaría “Museo de Arte San Cristóbal de las (sic) Casas”[34]. En la conferencia de prensa liderada por Carlos Zepeda Trujillo, Secretario de Desarrollo Económico y Social del Ayuntamiento se emitió un comunicado que posicionaba el proyecto[35].

Llama la atención el primer punto ya que de inmediato se deslindaba al gobernador Velasco Coello de ser el principal interesado en la iniciativa y de su intervención en las políticas de la ciudad, pese a las evidencias arriba documentadas. En el comunicado de prensa se lee: “El rescate del Palacio Municipal para instalar en parte de su espacio el ‘Museo de Arte, San Cristóbal de Las Casas’, ha sido posible gracias a la gestión que realizó desde el principio de su administración, el Presidente Municipal Francisco José Martínez Pedrero, ante el Gobierno del Estado de Chiapas para a su vez presentar el proyecto al Congreso de la Unión.”. Se informó que el proyecto está avalado con los permisos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) (aunque éstos no se presentaron, y tampoco son visibles en ningún lugar de la obra), y hasta la fecha en que se relata esta crónica (10 de febrero) el INAH no se ha pronunciado públicamente.

Se dijo que apenas el día 17 de diciembre el INAH había otorgado la licencia lo “que permitió el proceso de licitación de la obra” es decir que ésa se realizó durante el periodo de vacaciones decembrinas y en un tiempo record, ya que el día 25 de enero las obras de construcción habían iniciado, lo que pudo haber violentado la regulación al respecto. En la conferencia de prensa estuvo presente el Director de Estudios y Proyectos de la Secretaría de Infraestructura del gobierno del estado, quien a pregunta expresa de los medios informó que la obra había pasado por las licitaciones de ley, pero no aportó ningún dato respecto al proceso; según fue visible en los vídeos que circularon en las redes sociales del Facebook en esas fechas. No obstante, el funcionario informó que la licitación “la había ganado” la Empresa Técnicos Especializados de Chiapas (Techisa)[36].

Es probable que el comportamiento errático de los funcionarios municipales sobre el proyecto de cambio en el uso del edificio tenga su explicación en la falta de certeza sobre una verdadera necesidad del uso de ese espacio. Primero se dijo que sería un centro de convenciones (2010); luego que sería un museo de historia (enero, 2015), más recientemente se ha dicho que será un museo de arte (febrero, 2015). En realidad, todo parece indicar que para las autoridades el nuevo destino del inmueble es irrelevante; lo que importa es lo que allí se vaya a vender; lo que traiga más dinero a la taquilla; lo que convoque a más consumidores a la cafetería o lo que venda más souvernir’s; en suma lo que permita un mayor negocio con la cultura. Por desgracia para esta ciudad, desde el grupo de poder que la gobierna no se ha reflexionado sobre cuáles son las necesidades de la sociedad en materia de cultura; lo mismo le da un museo de arte que uno de historia, por lo que consultar a la ciudadanía sobre cómo usar ese espacio podría ser una buena medida para tomar una mejor decisión.

A diferencia del proyecto que impulsó Mariano Díaz Ochoa (que en su oportunidad también fue cuestionado por la sociedad organizada) que presumía un abandono total del edificio como sede del poder municipal para destinarlo en su totalidad a museo, en esta ocasión el discurso es matizado: “El Palacio Municipal es y seguirá siendo de los sancristobalenses, la administración del inmueble estará a cargo del Ayuntamiento, nuestro Palacio Municipal no perderá su carácter de Palacio Municipal porque permanecerán, una oficina administrativa, el archivo histórico municipal, así como la dirección de Turismo, la Sala de Cabildo y la oficina del presidente para Actos Protocolarios.”. Se celebran estos matices ya que abren la posibilidad del debate, de retomar la discusión, pensarla colectivamente para hacer del inmueble un espacio de uso libre y ciudadano.

En dicha conferencia de prensa se informó de otros 70 millones que son invertidos en la construcción del edificio de la Unidad Administrativa Municipal en el sur de la ciudad y que para el mes de diciembre apenas había avanzado en un 20 por ciento[37]; lo que hace suponer que por lo menos durante tres meses no habrá sede de gobierno; lo que desafía las normas constitucionales. En este contexto irrumpen inquietudes ciudadanas, particularmente las expresadas por Concepción Avendaño. La defensora de los derechos humanos ha manifestado su preocupación sobre el lugar y destino de los archivos de la actual administración: conocer la ubicación en donde se encuentra; su resguardo; protección y seguridad; para evitar que ésos sean editados a modo, ya que se presume que se guardan en domicilios particulares.

Y esta presunción se fundamenta en que el gobierno del presidente Francisco Martínez Pedrero ha sido cuestionado por problemas de opacidad; por lo que resulta problemática la situación de virtual secuestro de la documentación oficial, ya que en pocos meses habrá cambio de ayuntamiento y deberá procederse a diversas auditorías tal y como lo marca la ley. Frente a este escenario de vulneración a las normas, el Congreso local también fue omiso al autorizar el ejercicio del presupuesto para la obra.

Así las cosas, en la percepción de los actores movilizados las razones de su inconformidad se fundan en contra de la decisión unilateral del museo, pero se radicaliza porque esta decisión hace parte de un patrón, de una práctica recurrente de “ninguneo” a la ciudadanía. Se denuncia que el presidente municipal no buscó el diálogo con los inconformes, por el contrario hubo una intención de amenaza en contra del periodista Carlos Herrera de parte del síndico municipal, según reveló el periodista en su muro del Facebook. Pese a la protesta ciudadana, la obra continua y el ingreso de materiales de construcción se realiza a espaldas de los manifestantes. Para evitar que impidan el avance de la obra, un cordón de policías protege el trajín de los trabajadores.

Desafortunadamente, las manifestaciones de inconformidad ciudadana no parecen ser un motivo suficiente para repensar el destino de un palacio municipal que, por cierto, no es propiedad de una familia, sino de los sancristobalenses todas y todos.

 

A manera de reflexión final

La decisión de cambiar el uso del palacio municipal a museo llevó a varias docenas de personas a manifestarse al frente del edificio estableciendo una mesa de información y espacio de adhesiones en rechazo de lo que se percibe como la privatización de ese inmueble. No es necesario vender literalmente el edificio para que se produzca su privatización; lo que está en juego es el uso comercial de este espacio público al ser colocada una taquilla para ingresar en él y comercializar la oferta cultural que eventualmente allí se ofrezca. Estas son las razones de fondo que alimentan la irritación social.

De manera resumida me parece que la demanda allí planteada se puede compendiar en el siguiente punteo escrito a manera de “decálogo”; planteamientos todos ellos expuestos en las pintas en el muro; en las entrevistas a los actores movilizados; así como en el debate en las redes sociales, particularmente en el Facebook:

1.- Voluntad de negociación del presidente municipal con la ciudadanía organizada. Establecer una mesa de diálogo para debatir sobre el palacio municipal y el museo, pero también sobre las políticas públicas y de cultura de la ciudad.

2.- Suspender la construcción del museo hasta que no haya un consenso ciudadano sobre el uso de ese espacio.

3.- Someter a consulta ciudadana el cambio de uso del palacio municipal como un museo destinado para el consumo de los turistas, tal y como ahora está formulado.

4.- Presentación de un detallado informe sobre el estado del archivo vivo del actual ayuntamiento y colocarlo en un lugar de acceso público.

5.- Presentación del permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia que autoriza los cambios en el edificio municipal.

6.- Transparentar la información del proceso de licitación de las empresas que realizan los cambios en el palacio municipal.

7.- Restauración de la legalidad con la reinstalación del Cabildo abierto.

8.- Transparentar el proceso de patrimonialización de San Cristóbal de Las Casas en la UNESCO.

9.- Establecer una política pública con fondos suficientes a favor de las y los jóvenes creadores de arte alternativo que abra espacio a sus manifestaciones y detener su criminalización.

10.- Restituir a las mujeres artesanas su espacio de venta de artesanías.

Es deseable que el gobierno municipal responda a los reclamos y que esta coyuntura sea vista como una oportunidad para un re-encuentro entre el poder público y la ciudadanía sancristobalense y sirva de contexto para avanzar en una reflexión colectiva sobre la ciudad; al mismo tiempo que es recomendable que el tema de la patrimonialización con privatización que ahora ocurre, sea materia de debate en los nuevos espacios culturales que se desea y se aspira aperturar.

 

[1] Profesora-investigadora del CIESAS-Sureste.

[2] “San Cristóbal de Las Casas, Patrimonio Cultural de la Humanidad, propone el PVEM”, Boletín del Senado de la República, a 28 de Abril de 2010. http://www.partidoverde.org.mx/pvem/2010/04/san-cristobal-de-las-casas-patrimonio-cultural-de-la-humanidad-propone-el-pvem/. Consultado en febrero de 2015.

[3] Mariscal, Ángeles, 2013, “Familias de San Cristóbal conservan edificios históricos”, en Portal Chiapas Paralelo, 23 de julio de 2013. Disponible en: https://www.chiapasparalelo.com/trazos/2013/07/familias-de-san-cristobal-conservan-edificios-historicos/. Consultado en febrero de 2015.

[4] Henríquez, Elio, 2010, “Adiós palacio municipal adiós un jeans de Camel Nacif serás”, 01 de agosto de 2010, Semanario Di, San Cristóbal de Las Casas. Disponible en: http://periodicodisc.blogspot.mx/2010_08_01_archive.html. Consultado en febrero de 2015.

[5] Martínez, Manuel, 2011, “Retornan oficinas a palacio municipal”, Diario Cuarto Poder, 4 de enero de 2011, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

[6] Bermúdez Hernández, Luz del Rocío, 2011, “Carlos Z. Flores y el neoestilo arquitectónico en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas”, en Anuario 2011, CESMECA, Tuxtla Gutiérrez, pp. 122-136.

[7] Toledo Garibaldi, Leonardo, 2015, “De museos y de historias”, en Portal Chiapas Paralelo, 5 de febrero de 2015. Disponible en https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2015/02/de-museos-y-de-historias/. Consultado en febrero de 2015.

[8] Bourdieu, Pierre, 2000, La Distinción: criterio y bases sociales del gusto, Taurus, Madrid.

[9] Korstanje, Maximiliano E., 2011, “Un estudio crítico sobre el patrimonio turístico: capitalismo Vs (des)protección”, en Revista Hospitalidade, Núm. 2, Vol. VIII, Dezembro, Sao Paulo, pp. 03-37. P. 14.

[10] Para el estudio de la discriminación y el racismo en San Cristóbal de Las Casas, véase: Gutiérrez Narváez, Margarita de Jesús, 2014, Identidad, racismo y familia en San Cristóbal de Las Casas, CESMECA, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; París Pombo, Dolores, 2003, “Discriminación laboral y segregación espacial en ciudades del sureste mexicano” en Alicia Castellanos Guerrero (Coord.), Imágenes del racismo en México, Plaza y Valdes, pp. 143-180.

[11] “El palacio municipal es y seguirá siendo de los sancristobalenses”, Imparcial, 31 de enero de 2015. Disponible en: http://imparcialchiapas.com/web/?p=6400. Consultado en febrero de 2015.

[12] “Sobre la muerte de un grafitero”, LaNeta en Chiapas, 27 de mayo de 2009. Disponible en: chiapas.laneta.org/documento.php?id=170. Consultado en febrero de 2015.

[13] Balcorta Sobrino, Montserrat, 2014, “El Museo de Arte San Cristóbal y la discriminación de la voz ciudadana”, en Seminario Mirada Sur, Núm. 272, 05 de febrero de 2015, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

[14] Mandujano Isaín, “Agencias de viajes españolas excluyen a San Cristóbal de sus destinos turísticos”, Semanario Proceso, 6 de enero de 2015. Disponible en: http://www.proceso.com.mx/?p=392268. Consultado en febrero de 2015.

[15] Además de la bibliografía citada puede consultarse: Villaseñor Pérez, Abraham, Guadalupe Margarita González Hernández, 2014, “Disyuntivas de la patrimonialización del centro histórico de Zacatecas”, en Revista de Investigación en turismo y desarrollo local”, Vol. VII, Núm. 16, junio-julio, Universidad de Málaga, España. Disponible en: http://www.eumed.net/rev/turydes/16/centro-historico-zacatecas.html. Consultado en febrero de 2015; Javier Marcos Arévalo, Javier Marcos, 2010, “El patrimonio como representación colectiva. La intangibilidad de los bienes culturales”, en Gazeta de Antropología, 26 (1). Disponible en: http://www.ugr.es/~pwlac/G26_19Javier_Marcos_Arevalo.html. Consultado en febrero de 2015; Chaves, Margarita, Mauricio Montenegro y Marta Zambrano, 2010, Mercado, consumo y patrimonio, en Revista Colombiana de Antropología, vol.46 no.1, enero-julio, Bogotá, Colombia. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0486-65252010000100001&script=sci_arttext.

[16] Zunino Singh, Dhan Sebastian, 2008, Los usos económicos de la cultura en los procesos de renovación urbana. Las políticas de patrimonio y el turismo en el caso del barrio de San Telmo (Casco Histórico de la ciudad de Buenos Aires), Tesis de maestría. Maestría en Sociología de la Cultura y el Análisis Cultural, Instituto de Altos Estudios Sociales, Universidad Nacional de San Martin, Argentina.

[17] Respecto a la protesta social en los lugares patrimonializados ver Hernández Ramírez, Javier, “El patrimonio activado. Patrimonialización y movimientos sociales en Andalucía y la ciudad de México”. Disponible en: http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=1722. Consultado en febrero de 2015.

[18] Hernández López, José de Jesús, “Tequila: centro mágico, pueblo tradicional ¿patrimonialización o privatización? En Revista Andamios, Núm. 12, Vol.6, diciembre, pp. 41-67. P. 59.

[19] “Inicia Cumbre Internacional del Voluntariado, UNESCO”, 6 de diciembre de 2012. Disponible en: http://sancristobal.gob.mx/2012/12/06/inicia-cumbre-internacional-del-voluntariado-unesco/. Consultado en febrero de 2015.

[20] “Firma Manuel Velasco Carta de Intención para Declaratoria a SCLC como Patrimonio Cultural de la Humanidad”, 11 diciembre, 2012. Disponible en: http://www.icosochiapas.gob.mx/2012/12/11/firma-manuel-velasco-carta-de-intencion-para-declaratoria-a-sclc-como-patrimonio-cultural-de-la-humanidad/. Consultado en febrero de 2015.

[21] Los criterios son: “I. Representar una obra maestra del genio creativo humano; II. Testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura o tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico; III. Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida; IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana; V. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando éste se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles; VI. Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal. (El comité considera que este criterio debe estar preferentemente acompañado de otros criterios.); VII. Contener fenómenos naturales superlativos o áreas de excepcional belleza natural e importancia estética; VIII. Ser uno de los ejemplos representativos de importantes etapas de la historia de la tierra, incluyendo testimonios de la vida, procesos geológicos creadores de formas geológicas o características geomórficas o fisiográficas significativas; IX. Ser uno de los ejemplos eminentes de procesos ecológicos y biológicos en el curso de la evolución de los ecosistemas; y X. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y el conservacionismo.”

[22] Cfr. “Wikipedia, patrimonio de la humanidad”. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Patrimonio_de_la_Humanidad. Consultado en febrero de 2015.

[23] “Posibles candidatos a Patrimonio de la Humanidad en Palestina”. Disponible en http://www.diariodelviajero.com/asia/posibles-candidatos-a-patrimonio-de-la-humanidad-en-palestina. Consultado en febrero de 2015.

[24] Cfr. “Postulan a San Cristóbal de Las Casas ante la Unesco”. Disponible en: http://www.radiotvycine.chiapas.gob.mx/Cultura-y-Tradiciones/postulan-a-san-cristobal-de-las-casas-ante-la-unesco.html. Consultado en febrero de 2015.

[25] Por ejemplo, el Diario de Chiapas publicó la opinión del Dr. Jorge Paniagua, Cronista Titular de la Ciudad, quien manifestó su posición a favor del museo. Cfr. “Respaldan proyecto del museo de San Cristóbal, Diario de Chiapas, 4 de febrero de 2015. Disponible en: http://www.diariodechiapas.com/region/13555-respaldan-proyecto-del-museo-de-san-cristobal. Consultado en febrero de 2015.

[26] “Plan de Desarrollo Municipal, 2012-2015”. Disponible en: http://www.ordenjuridico.gob.mx/Documentos/Estatal/Chiapas/Todos%20los%20Municipios/wo95198.pdf. Consultado en febrero de 2015.

[27] “Ley Orgánica Municipal del Estado de Chiapas”. Disponible en: http://www.congresochiapas.gob.mx/index.php/Legislacion-Vigente/ley-organica-municipal-del-estado-de-chiapas.html. Consultado en febrero de 2015.

[28] Valencia, Valeria, 2015, “Consulta popular antes que museo”, en Seminario Mirada Sur, Núm. 272, 05 de febrero de 2015, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

[29] Noticiario “Edgar Rosales Informa”, 28 de enero de 2015, Radio Activa F.M, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

[30] Herrera, Carlos, 2015, “Gobierno destruye patrimonio cultural en San Cristóbal”, en Seminario Mirada Sur, Núm. 271, 29 de enero de 2015, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

[31] Noticiario “Edgar Rosales Informa”, 28 de enero de 2015, Radio Activa F.M, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

[32] Ley Orgánica Municipal del Estado de Chiapas. “CAPÍTULO IV, DEL FUNCIONAMIENTO DE LOS AYUNTAMIENTOS (…) Artículo 34.- El cabildo es la forma de reunión del Ayuntamiento, donde se resuelven, de manera colegiada los asuntos relativos al ejercicio de sus atribuciones de gobierno políticas y administrativas; sus sesiones serán ordinarias, extraordinarias o solemnes; según el caso y serán públicas, con excepción de aquellas que a su juicio deban ser privadas, cumpliendo con’ los requisitos y formalidades que señale esta ley y su reglamento interior.” (…) CAPÍTULO VI. DE LOS PRESIDENTES MUNICIPALES. (…) Artículo 39.- (…) XXXI.- Rendir a la población del municipio en sesión solemne de cabildo un informe pormenorizado de su gestión administrativa anual, a más tardar el último día del mes de septiembre;”.

[33] Hernández, Alberto, 2014, “Demandan a alcalde y regidores de San Cristóbal por falta de sesiones de Cabildo”, Sie7deChiapas, 7 de febrero de 2014. Disponible en: http://www.sie7edechiapas.com/demandan-a-alcalde-y-regidores-de-san-crist%C3%B3bal-por-falta-de-sesiones-de-cabildo.html. Consultado en febrero de 2015.

[34] Tomado de la página oficial del Facebook del Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas. https://www.facebook.com/AyuntamientoSanCristobal/photos/a.543556362383983.1073741855.395245340548420/830387243700892/?type=1&theater. Consultado en febrero de 2015.

[35] “El palacio municipal es y seguirá siendo de los sancristobalenses”, Imparcial, 31 de enero de 2015. Disponible en: http://imparcialchiapas.com/web/?p=6400. Consultado en febrero de 2015.

[36] “Rehabilitan el edificio de Palacio Municipal”, Diario Cuarto Poder, 31 de enero de 2015, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

[37] “Supervisa Gobernador Manuel Velasco la construcción de la Nueva Unidad Administrativa del municipio” en Eje Central, 29 de septiembre de 20114. Disponible en: http://www.ejecentral.com.mx/manuel-velasco-convertira-el-palacio-municipal-san-cristobal-de-las-casas-en-museo-de-historia/. Consultado en febrero de 2015.

2 Comentarios en “La patrimonialización del espacio público: negocios en nombre de la cultura”

  1. María Luisa Armendáriz
    9 septiembre, 2015 at 15:49 #

    Araceli, agradezco mucho a Humberto Pérez Matus que me pasara este artículo tuyo que no había leído. Ya volví a mis libros y sólo consulto, de manera muy general, tweets y encabezados porque el único refugio verdadero acaba siendo un libro.

    Esto que escribiste me hizo pensar en una reflexión de una persona que es magnífica para expresar justamente el fenómeno global que estamos viviendo: Se llama Saskia Kassen y es argentina. Me la recomendó una de esas personas que se ha dedicado a mejorar, no para el turismo, la vida de los centros históricos y espero que ella pueda, Alejandra Moreno Toscano, contarnos cómo el debate que expones se convierte cada día en una discusión universal: expulsión en vez de la integración.

    Aquí el link: https://www.youtube.com/watch?v=7Rz_bDzqC5g

    Como promotora cultural que he sido toda mi vida, me preocupo de pensar en que la tesis de patrimonización que expones sea como un bien para un turista. Ahora quisiera con toda mi voluntad poder ayudar a que haya recursos públicos federales (como en este caso fueron los del Palacio) para que el INAH restaure por dentro dos obras de arte de todos los sancristobalenses: el templo de Santo Domingo que ya se convirtió en un nido de palomas que han destruido una buena parte de los oleos, en especial los de la cúpula y la iglesia de Caridad a la que no he podido entrar por mi condición pero me dicen que igualmente está en muy mal estado. Me preocupa sobremanera que pensemos que la petición que ya se perdió ante la UNESCO de forma definitiva para la declaratoria del Patrimonio Histórico en el centro de la ciudad fuera una batalla empresarial y no una lucha por defender el enorme valor que tiene nuestro patrimonio. En efecto, las ciudades que están en tal categoría, como Oaxaca, Zacatecas, Campeche o (la más reciente) San Luis Potosí entre otras bellas ciudades de San Cristóbal reciben un monto anual para la conservación de sus edificios, lo que no difiere mucho de lo que da SECTUR a los pueblos mágicos.
    Lo que desconocemos internamente son los arreglos que efectivamente se hacen para que el destino de esos recursos se vaya a banquetas que alteran el trazo histórico de nuestra ciudad, le restan originalidad y la afectan patrimonialmente CON consentimiento del INAH. O la fachadización de los espacios, que ha estado en boga desde la creación de los andadores comerciales. Mi pobre casa, sin embargo, padece tres problemas a este momento: el paradero de combis que la convirtió en un periódico mural derruido de la peor manera, no aguanta ni tres meses la pintura o los repellos y hace un par de meses me pusieron un antro en la esquina que hace que retumbe la casa todo el día. En las mañanas despierto con la cándida música de los repartidores de agua o de gas, si no con los estéreos y arrancones de las combis. Es imposible vivir ahí, me he recluido al cuarto de mi padre, al fondo. ¿Qué hago? ¿Me mando a hacer mi andador?
    Todo esto, quiero decir,

    Na Bolom, el histórico museo de Frans y Trudy ha sido el más amolado desde que se crearon los museos primero del ámbar que cada vez es más un concepto de tienda y no de museo y que naturalmente se comercializa ahora para eventos sociales, por el nacimiento de otros espacios turísticos que luchan por la generación de sus propuestas, como las orquídeas de Moxviquil o el Museo de Santo Domingo, que fue beneficiado con 81 millones de pesos del erario y que combatimos muchos años por razones sobradamente públicas, principalmente porque la colección fue donada para un fin que no se cumple a una ciudad y no a un banco y al final la gran beneficencia de City Bank fue quedarse, efectivamente, con el inmueble.

    Coincidimos en la mayoría de los temas que son de obligada reflexión. Advierto que nosotros estamos a duras penas sosteniendo dos centros culturales incluyentes y con un gran valor patrimonial y social. Me apena que no se hable de la infraestructura cultural del Municipio que no tiene ni para plumas o para arreglo del piano. Los teatros, las bibliotecas, una hemeroteca y principalmente la casa de cultura que usaron para oficinas públicas.

    Abrazo con entusiasmo el trabajo del maestro Pedro Cruz y su maravilloso equipo: apoyo todo lo que hace con tanta humildad y sencillez. Me motiva y alienta saber qué historia vamos a contar entre todos: no la de un lado, el conquistador. No la de otro, el ilustre fundador. Ambas.

    Y desde ya digo que si apoyo como persona y apoyamos como Na Bolom esta iniciativa desde los tiempos en que fuimos perseguidos por el sabinato, no quiere decir que aceptemos participar ni en su ejecución ni mucho menos en su operación de ninguna forma. Ni nos lo han propuesto ni mucho menos lo haríamos, como signamos en la carta debe ser un edificio del Ayuntamiento con un museo no de sitio, sino una historia que no ha sido contada. No está en ningún lugar.

    No creo que nadie supiera realmente lo que ahí iba a pasar. Está pasando porque las grandes obras van hablando, van contando su historia y cuando tienes por fin un concepto claro es como ir pelando una zanahoria, nuevos temas van surgiendo. Pero ese es el diálogo del restaurador con el edificio y es, debe ser, el diálogo que entre todos debemos construir.

    La competencia del sector turístico es enorme. Es cierto que de eso viven los museos y que con ese recurso debiera ser suficiente para pagar su mantenimiento. No es el caso de los museos del INAH ni de los ingresos que se van por ejemplo de los boletos por ingresar a Palenque, todos ellos sabes que se van a la gran bolsa de la tesorería.

    Pero volviendo al Palacio debe el recurso que bajó Francisco Martínez vía Congreso Federal servir para mejorar el Monumento llamado Palacio Municiapal, que fue constantemente intervenido desde su reconstrucción hasta 1976: no me cabe en la cabeza tanta información de la cantidad de entrepisos y muros que construyeron para que cupiera tantísima gente. Sería bueno preguntar cuántos eran, cuántos metros cuadrados ocupaban y cuántos tienen ahora en las nuevas oficinas.

    Nos pareció razonable que si el Palacio Nacional ha podido ser la sede y al mismo tiempo funcionar como museo así se pudiera hacer en este y por eso lo he y lo hemos apoyado. La función de la historia, que tan bien y también contemplas en tu presentación es didáctica y hemos venido pidiendo que esté cimentada en todos los textos que hay al alcance, pero muy principalmente el de Aubry que compila maravillosamente todos los trabajos anteriores y que funciona sobre la base de linea del tiempo. No hay todavía una propuesta final de parte del equipo que nos ha consultado pero les daré tu nombre si me lo permites, y el de tantos historiadores que no conozco para que ese empeño que traen de que contenga todas las voces sea realmente fructífico.

    Hemos insistido en que las instalaciones del archivo sean tratadas con el mayor respeto posible: la UNICACH parece ser quien mejor ha hecho ese trabajo en Chiapas con el centro archivístico que tienen y es la mayor aportación; se consultó a Justus y él planteó que son los mejores. En fin, hemos buscado sumar, apoyar, no descalificar y construir de manera que la participación de la ciudadanía sea y se de en los términos de cordialidad, diálogo, reconocimiento y respeto.

    De los diez puntos aplaudo la mayoría. No estoy de acuerdo en que ahí haya venta de artesanías, y aplaudo que se privilegie la cultura local, los actos cívicos y los programas didácticos para nuestra gente.

    Mil perdones por no haberte leído antes, un magnífico artículo.

  2. Francisco Álvarez Quiñones
    15 febrero, 2015 at 14:56 #

    NEGOCIOS PRIVADOS EN NOMBRE DE LA CULTURA PÚBLICA, Y CON INVERSIONES DEL ERARIO PÚBLICO: Muy pertinente y revelador ensayo que contiene abarcantes investigaciones y planteamiento profundos y propositivos, para encauzar nuestras reflexiones y acciones en torno a estas impositivas maneras de colonizar nuevamente y capitalizar salvajemente el patrimonio, los bienes culturales y la creatividad de los sectores populares, constantemente utilizados y explotados, pero discriminados, abaratados, ningunizados, despojados y vueltos a utilizar, con las nuevas formas de soberbia y corrupción características de esta depredadora época.

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