Tuxtla se pinta de colores

Tuxtla ciudadana. Foto: Cortesía

Tuxtla ciudadana. Foto: Cortesía

 

Por Caro Mendoza

En lo que va del sexenio verde, el estado de Chiapas ha transitado de escándalo en escándalo, si hacemos un recuento de acontecimientos encontramos que en días recientes se conoció de una cuantiosa inversión en publicidad, en la que se le pagó honorarios al ex director técnico de la selección mexicana Miguel “el Piojo” Herrera, por 15 millones de pesos; quien tenía como misión promocionar las bellezas naturales y culturales del estado. Pero en ésta campaña sólo dejó ver el escaso conocimiento de la entidad y su real interés por promocionar la figura de un personaje que pretende escalar popularidad nacional con miras a las elecciones del 2018.

De la misma manera se puso en evidencia la falta de proyectos sociales que atiendan las necesidades más elementales de la población vulnerable de la entidad; según datos del reporte anual del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), Chiapas se ha posicionado como la entidad con mayor pobreza de México, los servicios de salud pública que se ofrecen no cuentan con los estándares de calidad que exige la Norma Oficial Mexicana (NOM).

Las vías de comunicación distan mucho de ser seguras y transitables, en contraste con sus riquezas naturales, la pobreza y la nula inversión campea en todos los aspectos, en educación las cifras nos colocan en la entidad con mayor rezago, apenas hace unos días la COPARMEX anunciaba que la generación de empleos había sido nula en el último trimestre. Chiapas es un estado paralizado en todos los aspectos, debido a la inexperiencia de un joven gobernador que juega a ser mandatario, que como niño caprichoso impone sus preferencias políticas a una población que en estos días ha dicho basta.

La intervención evidente del aparato de estado en las elecciones locales fue la gota que derramó el vaso en la entidad, la coacción y la compra del voto fueron las acciones más presentes en lo que se ha calificado como el mayor fraude electoral de los últimos tiempos. Atropellar la voluntad del ciudadano de hoy, en su derecho a elegir democráticamente a quienes serían sus representantes ante el congreso local y a nivel municipal los llevó a organizarse con creativas y novedosas formas de protesta, y que ante lo sucedido fueron obligados a abandonar su apatía y aparente zona de confort ante los problemas sociales. Problemas que por mucho tiempo habían omitido, en ocasiones por ignorancia y en la mayoría de las veces por comodidad. El influjo de las redes sociales, el acceso a la información pero sobre todo el cúmulo de atropellos de éste y gobiernos pasados hizo que despertarán, que exigieran, que hablaran y dejaran de permanecer callados y complacientes ante la autoridad.

Hasta ahora, la contienda que sigue provocando controversia y disgusto es la que se llevó a cabo en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. En donde el candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Fernando Castellanos Cal y Mayor, a través de su equipo de trabajo, generaron diversas acciones para coaccionar el voto entre los sectores más vulnerables de la población. Empleando los viejos métodos populistas y clientelares como el regalo de despensas, la compra del voto y en donde encontraron frágil resistencia, amenazaron con retirar el apoyo gubernamental en caso de no votar por los candidatos verdes el día de la elección, como en los viejos tiempos priístas se hizo presente el robo de urnas y embarazo de las mismas.

Sin embargo ante lo que se veía previsto por los ciudadanos, se generaron brigadas para localizar a las personas encargadas de comprar, amenazar o vigilar a los votantes que habían recibido algún tipo de “regalo” por parte del partido del tucán, y gracias a la ayuda de las redes sociales se logró captar diversos momentos en donde personal del partido oficial hacía de las suyas durante la contienda. A partir de esto los tuxtlecos generaron denuncias ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y se apostaron afuera de las instalaciones del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) para asegurar su voto no fuera robado, pero éstas acciones no fueron suficientes para impedir el “gane” del candidato del verde.

Es por eso que ante tal fraude, los tuxtlecos se encuentran indignados y con ganas de luchar para que su derecho a una elección libre y sin imposición sea respetada. Ante lo acontecido podemos ver a una sociedad con más empatía a los conflictos sociales, sintiéndose partícipe de lo que acoge a su ciudad, promoviendo un moviendo ciudadano, sin exclusión de clases sociales o edades, apartidista, alejado de la guerra sucia entre los partidos políticos, pero sobre todo pacifico, un movimiento que se pinta de colores neutros, sin preferencias, y con el único objetivo de mejorar la estabilidad de su casa, Tuxtla Gutiérrez.

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  1. Tuxtla se pinta de colores | Pulso Oriente - 3 septiembre, 2015

    […] Fuente: Chiapas Paralelo […]

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