Manuel Velasco y su mundo de juguete

Manuel Velasco y su Mundo de Juguete

Por David Iturbe*

En el mundo de juguete de Manuel Velasco es importante ser amigo de Cristian Castro y Aleks Syntek, y compartirlo en las redes sociales. En ese mundo perfecto no existen problemas y, por lo tanto, la toma de casetas, los bloqueos de carreteras y pasos fronterizos, la quema de alcaldías y la destrucción de bienes públicos y privados, no merecen su atención, ni comentarios en video. Eso es un desperdicio de tiempo y de recursos.

En su mundo fantástico es importante hacer el bien ofreciendo un gran concierto gratuito con el cantante de moda, o colocando una pista de patinaje sobre hielo en la plaza pública, para disfrute de los ciudadanos. Y ¿Por qué no? patinar ahí.

En su mundo de juguete Manuel Velasco comparte la mesa con personajes de la farándula y construye historias del corazón para presumir su sonrisa de pasta dental. Pero es incapaz de dirigir una reunión de trabajo para analizar a fondo los problemas y resolver (**).

En su mundo de juguete Manuel Velasco da muestra cotidiana de su falta de carácter para enfrentar los problemas. Tres escenas registradas en diferentes momentos de su administración reflejan claramente esta condición:

1) Se dejó cachetear públicamente por un colaborador suyo, en un esfuerzo mediático por aligerar cuestionamientos sobre presuntos actos de prepotencia.

2)  Indígenas chamulas indignados por un presunto fraude electoral destrozaron los cristales de Palacio de Gobierno. La respuesta fue tapizar la fachada y el perímetro del inmueble y levantar una fortaleza para evitar nuevas agresiones. Y no se responsabilizó a nadie de los millonarios destrozos. No hubo ninguna cosecuencia.

3) El magisterio intransigente y violento genera caos en la ciudad, destroza bienes, humilla y secuestra a servidores públicos que únicamente cumplen con su deber. La respuesta: se le premia con una negociación que exonera a presuntos autores de actos vandálicos y de homidicio imprudencial. Qué importa si se sienta el precedente de que todo es negociable, hasta la Constitución que juró hacer respetar.

La mano blandengue de Manuel Velasco es suficiente en su mundo de juguete, porque no necesita firmeza en la toma de decisiones. En su mundo ideal, viajar a Italia para ir a saludar al Papa Francisco es más importante que poner orden en un Estado de Derecho vulnerado.

En su mundo de juguete Manuel Velasco juega a ser candidato presidencial e invierte tiempo, dinero público y esfuerzo, en esa tarea.  El Chiapas real que los ciudadanos padecen todos los días dista mucho de aquel lugar fantástico donde él se desenvuelve.

Probablemente miles de chiapanecos estén equivocados y deban observar la realidad desde otra perspectiva, para estar alineados a los disparates del gobernante que no gobierna. Probablemente la respuesta esté en promover una alucinación masiva que coloque a todo mundo en trance para entender por qué la Constitución no se hace respetar, por qué se permiten tantos desmanes, destrozos y violaciones a la ley, afectaciones graves a terceros, por qué tanta pasividad, por qué reina la frivolidad en este liderzgo propio de Los Ilusionistas. Lo cierto es que no existe una conexión entre su mundo de juguete y la realidad que padece cada día el estado de Chiapas.

La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico que alude trastornos mentales crónicos y graves, caracterizado por conductas que resultan anómalas para la comunidad y alteraciones en la percepción de la realidad.

Más que esperar a que Manuel Velasco renuncie buscando su postulación a una candidatura presidencial, los chiapanecos deberíamos preguntarnos, con toda sensatez, si no lo urgentemente necesario es exigir que decline en el cargo porque es, a todas luces, incompetente para ejercelo. Padece una suerte de esquizofrenia que, con todo respeto, los chiapanecos no tenemos necesidad de padecer.

(**) Sobre cómo se convulsiona Chiapas con bloqueos y reclamos sociales, aquí algunos temas en los que Manuel Velasco no figura, no declara, no propone, no resuelve: Incumplimiento de pagos a constructores por obras realizadas; manifestaciones de inconformidad contra las concesiones mineras; protestas de cafetaleros afectados por la roya; bloqueos de campesinos desplazados por sus creencias; protestas contra construcción de la presa Chicoasén II; policías acusados de desaparición forzada, tortura y ejecución de un dirigente Chol; casi 5 meses de conflicto poselectoral en Oxchuc; afectaciones al turismo por bloqueos y abusos en carreteras; linchamiento de 2 personas en Chamula; malversación de recursos públicos en las administraciones salientes de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula. Todos, perfectamente documentados por la prensa y hechos públicos en las semanas recientes.

*Comunicador con treinta años de experiencia en relaciones públicas y medios de comunicación. Chiapaneco indignado.