MORENA: De Píos, impíos, realidades y desafíos en Chiapas

POR: Eduardo López Hernández.

MORENA

MORENA

Ha quedado atrás el proceso electoral 2015 y hoy podemos revalorar esos resultados. En  Chiapas, el proceso se dio en dos tiempos: uno federal y otro estatal. Tuvo además, el debut de MORENA, partido que se ubicó en la tercera posición en la elección para diputaciones federales, tercera en las diputaciones locales (3 plurinominales) y séptima en las elecciones para presidencias municipales, solo arriba del PT y del MC, con todo el simbolismo que esto trae consigo. Qué pasó, veremos.

Como todos sabemos, el Movimiento de Regeneración Nacional, se incuba en el seno del PRD, desde la primera candidatura de AMLO en 2006, como resultado de las diferencias entre los modos y las prácticas de la dirigencia partidista perteneciente a los denominados “chuchos” y las visiones y estrategias políticas de Andrés Manuel López Obrador.

En una clara ruptura con la dirigencia perredista, El 12 de octubre de  2011, nace formalmente MORENA como Asociación Civil, con AMLO perfilado para su segunda candidatura presidencial. El 20 de noviembre de 2012, celebra su Asamblea Constitutiva, para pasar de movimiento social a partido político y el 19 de julio de 2014, después de un proceso legal para lograrlo, el INE le otorga su registro como partido político nacional.

DE PÍOS E IMPÍOS:

Mientras en México Vicente Fox hace de las suyas y en Chiapas Pablo Salazar hace lo propio, Pío Lorenzo López Obrador arriba a nuestro estado, con la encomienda de crear las “redes ciudadanas” como plataforma para sostener la primera candidatura presidencial de AMLO. Cobijado por el gobierno pablista, los liderazgos y la expectativa de la militancia perredista, pronto establece una base social importante. Pronto también muestra su talante arrogante. Gesticulador, choca con notables liderazgos sociales del momento y sintiendo el poder de cerca, empieza a caminar como “el hermano del próximo presidente de México”.

Junto con Pablo Salazar, maniobran para descarrilar a Rubén Velázquez, quien había comenzado su campaña a la gubernatura y convencen a AMLO para imponer al tristemente célebre Juan Sabines Guerrero, con los resultados  por todos los chiapanecos conocidos. Andrés Manuel pierde pero Pío Lorenzo gana con los seis años de sabinato.

Obnubilado con sus relaciones de poder, se establece en Chiapas para vivir una vida relajada y licenciosa. Son conocidas sus francachelas y excesos en lugares de postín, tan de moda en ese sexenio. Liderazgos regionales importantes, en diferentes momentos y por diversos medios, le hicieron saber a AMLO sobre la dudosa conducta de su hermano, sin tener respuesta a cambio. La sangre, es la sangre.

En las elecciones intermedias del 2009, Pío Lorenzo fue candidato a la diputación federal  por el distrito 9, Tuxtla oriente: perdió,  pero siguió ganando con Juan Sabines y siguió la fiesta. Pronto, en 2012,  llegó la segunda candidatura presidencial de AMLO y en Chiapas comenzó el coqueteo por la candidatura al gobierno del estado. La dupla Sabines-Pío convirtió el evento en chunga: hicieron desfilar a Set Yassir, al “Chapitas”, a Jaime Valls, a Ernesto Gutiérrez, para finalmente postular a “la nena” Orantes, como candidata a modo, en una competencia sospechosa de origen contra el “güero” Velasco, quien le dio 1 millón 300 mil votos de tributo a Peña Nieto. De nueva cuenta, Andrés Manuel perdió, pero Pío Lorenzo ganó con Manuel Velasco en Chiapas y la fiesta continúa. Tan es así que Pío,  contraviniendo acuerdos de no acercamiento con el poder cuestionado, asistió “en representación de MORENA”, a la toma de posesión del nuevo gobierno, como lo consignaron en su momento los medios locales.

Es necesario recordar que en 2012, MORENA estaba ya en vías de convertirse en partido político nacional, celebrando Asambleas para ese fin. En Chiapas, Pío Lorenzo es el encargado de coordinar los trabajos constitutivos y en octubre de 2012, impone al primer comité ejecutivo estatal, presidido por Marcelo Toledo y José Antonio Castillejos; uno, un obscuro personaje del sindicalismo Cobachense, y otro, gente gris, sin trayectoria, ni cultura política de izquierda. Un año después, en Congreso que debió ser electivo,  se autonombra como presidente del  primer consejo estatal de MORENA en medio de la rechifla de los congresistas. Para esos momentos, declaraba que MORENA  contaba ya con 17 mil afiliados y 46 comités municipales; por cierto, muchos de ellos, infiltrados y elegidos por las “asambleas de barrio” sabinistas.

Desde su toma de posesión en 2012, Manuel Velasco fue seriamente cuestionado por la forma en que llegó al poder de la mano de Sabines. Voces ciudadanas se alzaron para pedir rendición de cuentas en relación al sobreendeudamiento y desfalco de las arcas públicas que el sabinato heredó. Surgieron grupos ciudadanos organizados que salieron a las calles para exigir alto a la corrupción y no a la impunidad, se ondearon banderas en contra del pago de la tenencia, en contra de la privatización del agua, a favor de la rendición de cuentas en la obra “Que viva el centro” y la exigencia de mayor participación ciudadana en la cosa pública; en fin, la capital de Chiapas tuvo y mantiene hasta hoy, una insurgencia ciudadana como resultado del hartazgo y cuestionamiento hacia las malas prácticas institucionales…y en todo ese tramo MORENA, ni pío dijo. Su dirigencia jamás se pronunció, ni convocó al acompañamiento social y mucho menos ha cuestionado los absurdos del poder.

Iniciado el pasado proceso electoral de 2015, el 29 de febrero, López Obrador llevó a cabo una reunión informativa, en la plaza de San Cristóbal, acompañado de los entonces precandidatos a puestos de elección y desde ahí,  instruyó a la dirigencia estatal presente en ese acto, para interponer “de inmediato” una demanda ante la autoridad correspondiente, en contra del “güero Velasco”, por tapizar el estado de verde y traficar con despensas, aludiendo a actos anticipados de campaña y derroche de los recursos públicos. Por supuesto que esa denuncia jamás sucedió; lo que sí sucedió es que días antes, en contra de los acuerdos y las estrategias políticas de MORENA, la dirigencia estatal encabezada por Pío Lorenzo, acudieron solícitos a palacio de gobierno para “escuchar el compromiso del gobierno del estado de garantizar equidad en la contienda electoral”, como lo atestigua el boletín-balconeo oficial de ese momento.

 

A partir de ese acto de entreguismo, ya no se volvió a ver a Pío Lorenzo en ningún acto formal de campaña en nuestro estado, lo que muchos interpretaron como una atinada decisión que solo pudo haber tomado, por fin, AMLO…y sin embargo, se mueve. (En palacio, 15/02/15: Pío Lorenzo, Marcelo Toledo y José Antonio Castillejos)

A partir de ese acto de entreguismo, ya no se volvió a ver a Pío Lorenzo en ningún acto formal de campaña en nuestro estado, lo que muchos interpretaron como una atinada decisión que solo pudo haber tomado, por fin, AMLO…y sin embargo, se mueve.
(En palacio, 15/02/15: Pío Lorenzo, Marcelo Toledo y José Antonio Castillejos)

 

 

REALIDADES:

En medio del derroche institucionalizado, con el andamiaje electoral puesto a modo y el apoyo clientelar de dos partidos locales a los candidatos oficiales, construidos y sostenidos con recursos públicos, los  candidatos a diputados federales por Morena, con apenas 20 mil pesos de apoyo y un mes para la campaña, se prepararon por cuenta propia para recorrer sus distritos.

Si bien, el patrimonialismo institucional que acapara medios, que compra e inhibe voluntades es un atentado a la sana competencia electoral, lo es más que dentro de la vida partidista la mezquindad sea la bandera de quienes lo dirigen. En su primera elección, MORENA no tuvo prerrogativas; pero tampoco tuvo dirigencia capaz de articular, en tres años, el capital político que, por sí solo, AMLO tiene en nuestro estado. Con una dirigencia acotada, que nunca se movió abajo para no hacer ruido arriba, la elección federal transcurrió en todo el territorio estatal sin estructuras municipales activas y las que había, en su mayoría estaban infiltradas por el oficialismo, sin padrón de militantes confiable y una dirigencia estatal ausente en el proceso.

A pesar de lo anterior, con cerca de 90 mil votos, MORENA se ubicó como tercera fuerza política en Chiapas. Obtuvo el 70 por ciento de ellos en 5 distritos federales: Palenque (1), Tuxtla (6 y 9), Villaflores (10) y Tapachula (12), siendo el distrito 6, representado por el Ing. Jorge Ordoñez Ruiz, ex Rector de la UNACH, quién más votos le aportó al Movimiento de Regeneración Nacional

La elección federal, evidenció la ausencia de trabajo organizativo consistente y la incapacidad, por decir lo menos, de su dirigencia. Chiapas fue el único estado que tuvo  dos procesos electorales en 2015, por lo que ante esta situación, la dirigencia nacional decidió nombrar a comisionados para hacerse cargo de la conducción del proceso local. A 15 días para el registro oficial de los candidatos, Morena solo contaba con 40 de 122, lo que hacía ver el desorden imperante. Los números son fríos y el cuadro lo dice todo:

La cifras de MORENA

La cifras de MORENA

 

Como podemos ver, sumados los votos de la mitad de los municipios del estado, Morena no alcanza los 2 000 sufragios.  Es más, en 44 de los municipios no llega a los 50 votos; en 20 apenas llega a 10, y lo que es peor, en 5 municipios obtiene cero votos.

En contraste, 6 municipios concentraron 62 618 votos, lo que representa el 70% de total de sufragios para Morena.

Chicoasén 1 242

Villaflores 3 411

Ixtapa 3 787

San Cristóbal de Las Casas  9 401

Tuxtla Gutiérrez 15 382

Tapachula 29 395

Morena obtuvo 144 149 sufragios, 8.58% de la votación estatal, en cuanto a diputaciones locales, lo que le dio derecho a tres por la vía plurinominal (aunque en realidad eran cuatro, que por extrañas razones dejó ir una para el partido verde); Así mismo, 97 074 sufragios, 5.31% de la votación, para presidencias municipales (ganó solamente una: Chicoasén), y se quedó con 23 regidurías en 18 municipios.

Más allá de que Morena haya plantado su bandera en el municipio de Chicoasén, para el presente análisis, llama la atención los casos de Tuxtla e Ixtapa. En el primero, fue evidente la forma abusiva y tramposa como Pío Lorenzo López Obrador, trató de maniobrar hasta el último momento su inscripción oficial ante el IEPC, para desplazar de la candidatura a la presidencia al Prof. Víctor Manuel Ancheyta, quien fue elegido en Asamblea municipal. No lo logró ahí, pero se la cobró en el momento en que, transcurrido el proceso electoral y conocido los resultados, con actas en mano, el Prof. Ancheyta, en una acción que lo ennoblece, le alzó la mano a Paco Rojas, como el ganador de la contienda, como así lo vimos todos los tuxtlecos bien nacidos. Ese acto fue suficiente para que sus monaguillos, el presidente del Comité estatal, Marcelo Toledo y de testigo un brigadista venido del estado de México, lo sindicaran ante la Comisión de Honor y Justicia de Morena, como traidor a la causa y le suspendieran sus derechos partidarios por un año, violando sus garantías individuales y su legítimo derecho a dirigir a MORENA.

En el caso de Ixtapa, la mezquindad no tiene límites. A 5 meses de las elecciones, la dirigencia de Morena ha abandonado no solo  al Ing. Nemecio Rodríguez, quien fuera el candidato de ese partido, sino a todo un pueblo que quiere romper con el cacicazgo de la familia Aguilar. Para ello, mantienen un plantón en la entrada de la presidencia municipal del lugar, demandando que se limpien las elecciones pues la diferencia es apenas de 250 votos con respecto al “junior Aguilar”, abanderado del partido verde, o en su defecto, se conforme un Consejo Municipal para darle gobernabilidad al municipio.

La pregunta es ¿Por qué Tapachula fue tan defendido en su momento, cuando la diferencia con respecto al primer lugar era de más de 10 mil votos? ¿Qué compromisos son más fuertes que se ningunea el apoyo a una causa común? ¿Por qué el Consejo estatal, encabezado por José Antonio Castillejos, quien además es oriundo del lugar, no se ha pronunciado contundentemente al respecto?

La realidad es que el primer proceso electoral de Morena deja muchas lecturas, confirmaciones e interrogantes. Sin duda es un gran esfuerzo de AMLO, su líder indiscutible, quien es entendible, no puede estar al tanto de todo lo que sucede en la cotidianidad de la vida partidista en todo el país; sin embargo, el Proyecto Alternativo, en el que muchos creen, hoy por hoy está por encima de nombres o personas, incluyendo a su familia. Por cierto, alguien sabe de qué vive y dónde trabaja Pío Lorenzo?

La suspensión de los derechos partidarios de Víctor Manuel Ancheyta Bringas, para impedirle contender en el Congreso Distrital, se enmarca dentro de la lógica patrimonialista conque algunos personajes ven a Morena. En esa misma línea, se inscribe la suspensión de los derechos partidarios de Jorge Ordoñez Ruiz y de Alfredo García Berrmúdez, a quienes les fue negada la participación para contender en el Consejo estatal, aduciendo absurdos como el acarreo de militantes y la participación en dos asambleas distritales al mismo tiempo, respectivamente.

Quien acusa, el C. José Antonio Castillejos, es quien se beneficia, ya que limpiado el camino, hoy es el presidente del Consejo estatal y obtuvo el cargo precisamente, con los votos de acarreados provenientes de San Lucas, Totolapa y Chiapilla, donde paradójicamente, Morena obtuvo 1, 4 y 12 votos, respctivamente, en las elecciones locales, como se podría constatar fácilmente.

 

 

LOS DESAFÍOS.

Gramsci dice que hay tres condiciones que definen a un partido político: su base social, su orientación ideológica y su estructura organizativa.

En Chiapas, viven 5 millones de personas, de las cuales, tres cuartas partes sobreviven en condiciones de pobreza, resume rezagos estructurales, producto de los agravios históricos de los tres órdenes de gobierno y de los poderes fácticos e institucionales que han coincidido en tiempo y espacio, en ausencia y presencia, dentro de su territorio.

Para muchos sectores de la población, MORENA representa la esperanza de un cambio para mejorar sus condiciones de vida. Morena tiene en nuestro estado la oportunidad de convertirse en un verdadero referente social, en la medida que no repita los vicios y las prácticas de los partidos tradicionales.

Es indiscutible que Andrés Manuel López Obrador tiene un importante capital político y base social en nuestro estado, que rebasa ampliamente a su partido. Como lo hemos visto, esa base social se focaliza en las zonas urbanas que vienen siendo las mejores informadas y que se mueven por sí solas. Sin embargo, hoy priva en el ánimo social un deseo de dejar de ser meros electores, para pasar a ejercer la ciudadanía. Y eso debe representar un reto para cualquier partido político, incluido Morena.

Si Morena se presenta en el espectro ideológico como un partido de izquierda, sus  documentos, posturas y prácticas gestivas deben ser correspondientes.  Si, como dice Andrés Manuel: “Morena representa la posibilidad de una regeneración intelectual y moral”, entonces es un deber cultivar el debate hacia adentro y hacia afuera, así como interesarse en y promover la autocrítica. Morena, como se cuestionaba así mismo en sus orígenes, no solo debe ser partido, sino también movimiento. El riesgo de cuando la burocracia se impone ya lo ha dado el PRD.

Como ha sido evidente, a Morena le ha faltado una estructura organizativa capaz de articular ese capital político que AMLO tiene regado en el estado. La lección del pasado proceso electoral, en donde pareció que la consigna era no ganar, debería de tomarse en serio. Sí la lección se aprende, valdría la pena preguntar entonces: quiénes son los píos y quiénes los impíos. No es posible que quienes no solo han dado la cara, arriesgando prestigio y recursos, sino también le dieron el primer piso social formal a Morena, hoy sean excluidos arteramente.  Sin embargo, el riesgo de que la historia se vuelva a repetir está latente, ya que quienes por acción u omisión no han estado a la altura de las circunstancias, hoy nuevamente están al frente de Morena, incluyendo a Pío Lorenzo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 Comentarios en “MORENA: De Píos, impíos, realidades y desafíos en Chiapas”

  1. Luca Cashlan
    1 febrero, 2016 at 17:25 #

    todo queda en familia aca en palenque la sobrina Manuela Obrador Narvaez debarato y abarato todo en morena, pues el entregismo con el verde fue evidente. todos los candidatos fueron del PVEM y el distrito uno los limpio de «indios» como peyorativamente se refirio a los comites indigenas Cho’les, y los cuales desarticulo por ordenes de sus tio Andres, Pio y el Verde… como bien comenta Laura Perez MORENA es el retrato de una muerte anunciada en el distrito 1.

  2. Laura Perez
    30 enero, 2016 at 19:11 #

    Qué puntual y certero lo que escribe Eduardo López, muchos militantes de morena desde la contienda electoral a la Presidencia Mpal de Tuxtla vivimos en descontento, nos sentimos solos por la falta de liderazgo de morena y el actuar de del trio de fantásticos: Pío López, Jose Antonio Castillejos y Marcelo Toledo que nada más cambiaron de puesto dejan mucho que decir; aunado a la indiferencia de AMLO, a la practica de acarreo que mis ojos vieron y que en verdad es lo que mas es molesto a la militancia la expulsión de quien dejó el mayor capital politico en Tuxtla Victor M Ancheyta, o cambian los rumbos o morena tiene muerte anunciada en la capital del Edo

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