Lucha magisterial y nueva cultura

 

 © Participación desde abajo. Sin mediaciones. Tuxtla Chico (2010)


© Participación desde abajo. Sin mediaciones. Tuxtla Chico (2010)

 

El 17 de septiembre encontramos en algún grupo de uasap del que formamos parte, un mensaje que de pronto nos pareció ordinario, gastado e incluso provocador. De esos que dan ganas de borrar, marcar con un “¡Pero cómo fastidian!”, o señalar con las frases “No me gusta” o “No estoy de acuerdo”. Aunque… para nuestro infortunio, los usuarios de las redes sociales no disponemos, para expresar tales ideas, del icono del pulgar y puño hacia abajo, el mismo que servía a las autoridades del imperio romano, para indicar que el contrincante vencido debía ser rematado por el vencedor.

El mensaje de 63 palabras tiene dos garrafales errores de ortografía, dos conectores de más, y varias comas y dos puntos en donde no deben ir, o en donde su lugar debería ocuparlo un punto. Todo el texto va en letras altas, sin tildes, cuando ya, todas las academias españolas del mundo han asumido que hasta los letreros mismos, en altas y versalitas, deben ir acentuados. La última oración está marcada con letras cursivas y… toda la cláusula va acicalada con viñetas redondas, azules y rojas, dos manos que escriben y un par de asteriscos. El texto pretende la ironía, la chanza y hasta la burla en contra de los maestros de la CNTE, tras el paro magisterial de más de 120 días; el más largo en la historia de la educación en México.

El mensaje aludido, es el siguiente, si bien hemos tomado la libertad de corregir y agregar, mediante corchetes, algunos vocablos para facilitar su lectura. Reza así: “Maestro. Ahora que ya estás laborando, recuerda no comprar en Walmart, [en] Soriana, [en] Fábricas de Francia [y] en Liverpool; no ir a las plazas que bloqueaste, no consumir productos de empresas trasnacionales como Cocacola [y] Sabritas. Consume productos de pequeños comerciantes, locatarios de [los] mercado[s]. Consume productos mexicanos naturales. Que la lucha contra el capitalismo no sea batalla olvidada. Hagamos de ella un estilo de vida”.

Leo y releo la nota, y observo en ella una idea notable, verdaderamente plausible: no obstante la imposibilidad de producir o al menos conducir la derogación de las reformas constitucionales asociadas al campo educacional… tal cual son, la CNTE y en general los profesores de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, e incluso el magisterio del Sindicato Nacional en su conjunto, debían impulsar en sus actos individuales y colectivos; en las aulas, en su discurso pedagógico y en las tareas propiamente escolares, una nueva cultura, la cultura del consumo informado, racional y crítico; la cultura de la racionalidad, la producción orgánica y la preservación de los recursos naturales.

Toda la experiencia acumulada durante esta larguísma jornada; toda la concienciación que para sí han construído los maestros respecto de los grandes males de la Nación, expresados en las empresas trasnacionales, el gran capital y la corrupción gubernamental, pudieran ser canalizadas (experiencia y concienciación) hacia una especie de campaña permanente; lucha frontal en contra del gran capital y el sistema imperante. Disputa frontal contra la mundialización financiera y sus efectos; globalización en tanto que forma o fase ulterior, renovada del capitalismo.

En otras palabras, colegas profesores: enseñar y construir con el ejemplo eso que buscamos todos, o algunos… probablemente los más educados:

 

  1. No al cultivo y consumo de transgénicos. 2. No a los autos y otras manufacturas altamente contaminantes. 3. No a las industrias depredadoras del agua dulce. 4. No a las grandes hidroeléctricas que diezman el medio ambiente y nuestros referentes culturales. 5. No a las minas a cielo abierto pues afectan la salud y los recursos naturales. 6. No a las trasnacionales sino a las marcas locales-regionales. 7. No a la promoción y al consumo de alimentos chatarra (las mencionadas aguas negras dulcificadas, refrescos embotellados y botanas sintéticas), sino a los productos orgánicos de la tierra. 8. No a las gigantescas plazas comerciales sino a los tianguis y mercados públicos y, sobre todo: 9. No a la corrupción y sí a la transparencia pública y a la rendición de cuentas.

 

En síntesis: Podrían oponerse los maestros, y oponernos todos, la sociedad entera, en los hechos y en la práctica social —praxis individual y colectiva—, a la trasnacionalización del gran capital y a la globalización de los mercados. Esto, sea de paso plenamente aclarado: sin claudicar en sus demandas laborales y organizacionales, que más adelante seguramente replantearán. De modo que los maestros y el movimiento magisterial, aquí y ahora, en el Suroccidente de México, estarían llamados a liderar esta Nueva Cultura… para no desperdiciar lo hasta hoy ganado en términos de conciencia sindical e impacto favorable hacia y desde la sociedad.

Por lo demás, y ya como colofón, van dos ideas: 1. Aquí y en la República Popular China, en las antiguas Grecia y Roma, y en los contemporáneos Japón y Estados Unidos, las tareas concernientes a la enmienda constitucional, las reformas profundas, la institucionalización de las leyes y su derogación o revocación, son y han sido, desde la institucionalización de la democracia, oficio que corresponde a los representantes válidos: diputados, senadores, asambleas o congresos. No a los ejecutivos, premieres, primeros ministros o presidentes.

  1. Por desgracia, es y sigue siendo ahora un reto enorme para el Estado Nacional, la reconducción de la o las políticas públicas abocadas a la educación nacional. Ello con total independencia de los colores, intereses e ideologías partidarias que lo gobiernan. Urge la restitución de la rectoría del Estado, ahí, en aquellos ámbitos en que, por negligencia y desidia institucional, se haya de cualquier forma perdido.

 

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