Cinépolis, capital de las transas

Constantino Maldonado, Maribel Gallardo, Paola García Reina, Víctor Guerrero entre muchos más tienen en común que fueron víctimas de robo de identidad de sus tarjetas de Cinépolis y hasta cobros indebidos en las tarjetas de crédito, por los mismos empleados de la empresa.

 

Las anomalías parecieran que no fueran frecuentes en la mal llamada capital del cine, pero no es así, además de butacas en malas condiciones, baños que huelen peor que el Sabinal, y evaluaciones sanitarias reprobadas, continúan los robos de puntos, números y claves en Cinépolis.

Y bien que lo saben los gerentes pues obligaron a los empleados de los tres complejos cinematográficos de Tuxtla, a que cada vez que un cliente pagara con sus puntos éste les firmara por la cantidad restada. Y todo porque descubrieron que alguno, en dulcería, aprovechaba para robarse y desaparecer los beneficios que ofrece club cinépolis.

Esa «medida» no funcionó como esperaban pues «casualmente» mientras un asistente entra a X sala a lo lejos, en otro complejo, alguien más usa los puntos dejando sin nada o con apenas una docena, a pesar del «control» y actualizaciones de seguridad para «mejorar la experiencia» de la aplicación de Cinépolis.

Pero la experiencia ha sido mala y la excusa que dan a los estafados es que hay problemas con ¿Cinépolis Klic? No se alcanza a comprender cómo es que validan los descuentos si para ello es necesario tener el email y la clave de acceso para rentar las películas del catálogo ofertante. Esto indica que entonces el mismo personal encargado de controlar, respaldar, cuidar y vigilar la información de los «socios» de tan desventajoso club, son quienes manipulan a conveniencia la acumulación de cada punto que equivale a «dinero» virtual dentro del mismo sistema de esa empresa.

NO hay soluciones inmediatas. Los responsables de atender las quejas poco les importa resolver las demandas, les vale porque al fin y al cabo NO es su negocio, solo les importa cobrar la quincena y no la satisfacción de los clientes. Hasta se burlan si los amenazan con ser denunciados en Profeco. Para ellos basta con echarle la culpa a los de sistemas que son los “lentos”.

Recientemente, en el complejo Tuxtla Poliforum, le robaron a otro socio del club cinépolis más de 640 puntos que equivalen lo mismo en “dinero electrónico” (aplicados en esa empresa) luego de pagar en dulcería con puntos la cantidad de 181; sin embargo, personal del mismo complejo se dio a la tarea de cada uno, dos, 15 minutos o una hora rentaron en cinépolis Klic en horas de la madrugada.

La frecuencia de las rentas demuestra claras anomalías e incongruencias. Ante el reclamo a los de cinépolis no les queda más que aceptar las culpas pero NO solucionan. Dan plazos de respuestas que ni ellos mismos respetan y mucho menos quiere cumplir, especialmente el “asesor” de atención a membresías al socio Gabriel Ramírez Campos quien se limita a culpar a otros; mas no hay soluciones para detener estos robos constantes los cuales se han trasladado a cargos no autorizados en las tarjetas de crédito.

Ir a Cinépolis se ha convertido en una verdadera pesadilla porque no solo hay que cuidar cómo se compra y paga; además debe lidiar con el público insistente en hablar por teléfono o “chatear” durante la proyección de las películas; peor aún si le toca reclamar a quienes se dan a la tarea de patear el respaldo de las butacas a cada instante porque a fuerzas quieren subir las patotas como si estuvieran en sus casas y no en lugar público.

Lo peor es que NO hay otra opción de cines pues Cinemex tampoco se destaca por la calidad del servicio, allí hasta se quejan porque no funcionan los aires acondicionados o porque las películas inician con mucha demora además de la mala calidad en audio y video.

Y todavía se preguntan por qué la gente prefiere la piratería o el uso de equipos con streaming como AppleTv, Roku, Netflix, ChromeCast, Crackle, Amazon Prime y HBO Go. ¿Blim? Eso es para jodidos, como antes dijera el Tigre Azcárraga.

 

MAROMA

Quizá lo notó o NO, pero hace meses en este año, todos los empleados de los tres complejos de Cinépolis utilizaron cubrebocas. A decir del mismo personal de esa empresa es que fueron obligados porque NO aprobaron las revisiones que en materia de salud les hiciera la autoridad correspondiente. Solo Cinépolis de Plaza Mirador aprobó muy bien las revisiones, las demás NO. Ni Poliforum que se supone recientemente fue remodelada o el conjunto de Plaza del Sol, que se supone es el más nuevo pero es el Cinépolis que siempre apesta a drenaje y no es solo por los baños.

Por ello, les dieron un mes para corregir todas las anomalías encontradas so penas de sufrir multas millonarias y la clausura de los complejos cinematográficos.

Fumigaron, asearon mejor la zona de comestibles y de panzazo aprobaron las salas de Poliforum y Plaza del Sol. Al mes, dicen los mismos empleados, volvieron a ser evaluados pero ahora por personal de oficinas centrales de Cinépolis y de nueva cuenta, comentan dos encargados que pidieron anonimato so pena de ser despedidos, apenas lograron calificar con REGULAR. Nuevamente el complejo de Plaza Mirador logró muy buenos resultados.

Cinépolis Plaza Mirador, aparentemente, NO le genera ganancias a Organización Ramírez; solo opera por puro orgullo y para que ese espacio NO sea ocupado por la competencia; pero es donde el personal sí sonríe, son amables, el clima no congela los calcetines y los baños generalmente están limpios. Pero sobre todo, es el que (o el único) aprobó muy bien las normas sanitarias.

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