La sangre no es bastante

Casa de citas/ 360

La sangre no es bastante

Héctor Cortés Mandujano

 

Y a lo pior tenés la vida menos segura

que la luz de ese candil

Del Valle Inclán,

en Tirano Banderas

 

Ramón del Valle Inclán (1866-1936) vivió en México y por eso varios hilos de su Tirano Banderas (Editores Mexicanos Unidos, 1978) muestran el color de nuestro Porfirio Díaz. Publicada originalmente en 1926, la novela alude a personajes mexicanos (las citas corresponden a mi ejemplar) como Chucho el Roto en la cárcel (p. 139), fray Bartolomé de las Casas (p. 173) y la cita casi literal de un verso del famoso poema “A Gloria” de Díaz Mirón (pp.169-170): “El pájaro tiene esperanza, y canta aunque la rama cruja, porque sabe lo que son sus alas”.

Santos Bandera manda en sus territorios sobre vidas y fortunas de todos; cuando se siente perdido mata a su hija (en un acto de amor a su modo, para que no se venguen en ella sus múltiples enemigos) y es despedazado por la turba.

Lo que me llamó la atención de esta novela es el lenguaje lleno de tropos, de preciosismos verbales, de poetizaciones. Lo mismo se puede decir de El señor presidente (1946), de Miguel Ángel Asturias, una novela de brutalidades escrita desde los juegos y recovecos del idioma; Yo, el supremo (1974), de Augusto Roa Bastos –la que más me gusta de las novelas sobre tiranos– usa también un despliegue no sólo de palabras inusuales, sino de estructuras complejas y, en su tiempo, novedosas.

García Márquez intentó lo mismo en su novela sobre el tema (El otoño del patriarca, 1975), en la que tensó las cuerdas del idioma y en la que usó constantemente la trascripción de poemas, especialmente de Darío; El recurso del método, de Alejo Carpentier, narra matanzas desde un título que hace analogía con El discurso del método, del filósofo Descartes, cuyas citas abren sus capítulos. Vargas Llosa, con La fiesta del chivo (2000), al contrario de los otros autores, no cambió su estilo literario ni su acostumbrada técnica de barajar por capítulos tiempos, espacios y personajes que habrán de acomodarse para que no sobren piezas en el rompecabezas…

Hay otras novelas sobre dictadores, evidentemente (esto lo escribo a vuela pluma), y hay aún, también, varios tiranos sin novela. Lo más seguro es que sigan habiendo unas y otros, por desgracia…

 

***

Primavera invernal. Foto: Luisa Vázquez

Aunque escribí un par de columnas sobre Las diecinueve tragedias, de Eurípides, me quedaron varias líneas sabias que ahora comparto. El libro es milenario, las citas corresponden a mi ejemplar: Porrúa, Sepan cuantos…, 1998.

En “Alcestes”, Admeto pide a su padre morir por él y se niega, aduce varias razones (p. 35): “¿Tú tienes tu vida? ¿La amas? ¡Cada uno tiene la suya y la ama también!”

En “Medea”, dice el Ayo (p. 52): “Todo hombre se prefiere a sí mismo sobre los demás”; un mensajero reflexiona largamente con Medea (p. 68): “¡No hay entre los mortales hombre feliz ninguno!: puede ser que acumule riquezas en torno suyo y a los otros supere… Pero, ¿está allí la dicha?”

En “Andrómaca” la protagonista dice algo que se dice mucho en las tragedias (p. 128): “No hay que llamar feliz a ninguno de los mortales, antes de ver su muerte y cuál fue su final momento cuando partía al mundo de allá abajo”; la idea de nuevo en “Las troyanas” (p. 272): “¡De los que véis dichosos nunca digáis que son felices antes de que hayan muerto!”

Piensa “Hécuba” sobre su propia experiencia (p. 170): “En la desgracia es cuando los amigos muestran su mayor cordura. La dicha, por sí misma, forja amigos”.

En “Las troyanas” dice Hécuba: “Muerte es la nada: vida, la esperanza”, y el Coro puntualiza (p. 284): “Todo se pierde en el olvido”.

En “Ifigenia en Tauris” ella dice (p. 301): “No hay hombre que en la desgracia piense lo mismo que cuando es feliz”.

Orestes ha tenido una familia terrible: su padre mató a su hermana Ifigenia y su madre mató a su padre. Tiene, sin embargo, un amigo maravilloso: Pílades; por eso dice (p. 428): “Bello es aquel proverbio: Adquiere amigos, la sangre no es bastante”.

Contactos: hectorcortesm@gmail.com

 

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