Masificar los retos: el caso del Everest

Hace ya algunas décadas Allen Guttmann escribió una obra de prolongado alcance y discusión titulada From Ritual to Record.The Nature of Modern Sports(1978), en ella señalaba alguna de las características del deporte moderno y que lo diferenciaba de prácticas rituales anteriores. Además de remarcar su relación con el proceso de racionalización y burocratización, con claras resonancias a las propuestas de Max Weber, consideró que otra de las peculiaridades del deporte era la búsqueda del récord. Este último se convierte en un ejemplo de las virtudes individuales y de la idea de superación capitalista, tan próxima a los estándares capitalistas de producción y desarrollo, al igual que muestra la idea de que los más aptos, los más capaces, serán quienes logren los récords y consigan los retos que se proponen.

Como parte de esa lógica desde el siglo XIX la conquista de hitos que enfrentaban desafíos ante la naturaleza se convirtió en una constante que todavía se recuerda, al igual que quienes lograron encararlos con éxito. El Everest, la montaña más alta del mundo, se ha significado como uno de los principales retos mundiales. De ahí que Edmund Hillary y su guía nepalí, Tenzing Norgay, se convirtieran en leyenda cuando en mayo de 1953 lograran llegar a la cima de la montaña. Una repercusión que sigue presente cuando el nombrado Sir Edmund Hillary es la imagen del billete de cinco dólares en su país natal, Nueva Zelanda.

Lo que fue un reto, un desafío individual con continuidad a lo largo de los años y siempre con la presencia de sherpas (guías) del Nepal, hoy en día se ha trocado gracias a los avances tecnológicos en una posibilidad abierta para un mayor número de personas. Esto es lo que ha ocurrido recientemente, en concreto en el mes de mayo de este año cuando, con la debida preparación o sin ella, la montaña del Everest se llenó de escaladores como se comprueba con los casi 400 permisos para escaladores otorgados por el gobierno del Nepal. Las colas creadas para llegar a la cima se pueden observar en las fotos tomadas por los mismos montañistas. La consecución de la cima, que era un trabajo realizado casi siempre en equipo y donde participaban pocas personas en los últimos metros del ascenso, hoy se ha convertido en un espectáculo masificado.

Un panorama perfectamente detallado en el artículo del The New York Timespublicado el 26 de mayo de este año y titulado, en nuestra traducción, <<“Era como un zoológico”: muerte en un Everest ingobernable y atestado>>. Situación definida por un médico de Arizona, Ed Dohring, y testigo en persona: “Los escaladores empujaban y empujaban para tomar selfies. La parte plana de la cumbre, […], estaba repleta de 15 o 20 personas”. Una tesitura que condujo a la muerte, por lo menos, de 11 personas y donde los propios escaladores certificaban esa realidad pasando al lado de los cadáveres. <<Fue aterrador>>, <<Era como un zoológico>>, afirmó el médico estadounidense. La ayuda a otros escaladores, como saben los que tienen experiencia en ello, podría haber causado la propia muerte de quienes hubieran apoyado a quienes estaban más cercanos al fallecimiento por falta de oxígeno o por congelación.

Foto: Purja.

 

La previsión para el año 2019 es que alrededor de 800 personas logren alcanzar la cima del Everest. Récord, con toda certeza, en número de cumbres obtenidas en la más alta montaña del mundo, pero que por la propia masificación irá demeritando, en la propia lógica del récord, la ascensión a una de las montañas convertidas en ícono de los desafíos humanos frente a la naturaleza.

Democratizar las posibilidades de llevar a cabo ciertas acciones, y desplazarse por el mundo con una facilidad impensable hace pocas décadas gracias a la expansión del turismo, también está significando una masificación que debe relacionarse con la competencia capitalista y con la conversión en espectáculo de la propia vida. La unión de ambos aspectos lleva a despropósitos como el ocurrido en el Everest, pero lo que podría ser considerado una anécdota lamentable y funesta viene a refrendar sucesos y situaciones que vivimos en nuestras sociedades, hechos erigidos en retos para su análisis e interpretación.

 

 

 

 

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