A propósito de una exposición

Escribir acerca del arte es una tarea especializada que me rebasa. Los renglones que siguen están escritos desde el ojo de un antropólogo que ha disfrutado de la pintura además del contacto con el arte de varios pueblos. En Chiapas en particular, me atrevo a afirmar, se carece de una crítica especializada en pintura y en arte en general, además de que el llamado “mercado” de la pintura es débil. Pero lo que podríamos nombrar “la pintura en Chiapas” tiene una tradición, con exponentes muy interesantes, como César Corzo o Luis Alaminos. Igualmente, en el grabado, los artistas de Chiapas han fundado escuela, como lo hizo Máximo Prado. Tambiñen es importante en Chiapas la presencia de la pintora Veracruzana (de Misantla), Ninfa Torres, que seguramente contará como una influencia importante en las nuevas generaciones.

En el texto que sigue, me introduzco en la pintura de tres artistas que me son muy cercanas, pero de quienes escribo porque su obra es singular y en el contexto de Chiapas representan el inicio de nuevas exploraciones estéticas. . El tiempo nos lo dirá.

Obra de Luis Alaminos.

La pintura es otra expresión del lenguaje poético, y la elaborada en Chiapas no es la excepción de ello. Quienes pintan en Chiapas muestran la percepción del mundo desde los oteros locales; son miradas que a su vez revelan las múltiples formas de pensar y expresar nuestra contemporaneidad. Es un arte-la de la pintura-que abraza al complejo orbe chiapaneco, signado por la pluralidad cultural y un lenguaje de lenguajes en el arte. La antropología, en su versión de arqueología, ha tenido y tiene en el arte una de las fuentes más sólidas, más estimulantes, para comprender los significados culturales del pasado. Así, Palenque es una ciudad de la ciencia expresada en códigos artísticos. Pero también la etnografía se apoya en el arte, como signo de un momento o, incluso, de una época. El arte es un lenguaje cultural que desvela los modos de pensar, de reflexionar  las existencias propias y la de los demás. Sí, es así: la pintura es una forma de exploración de hasta dónde llega nuestra propia comprensión de un mundo en el que vivimos, hasta dónde esa comprensión es compartida y por lo tanto, transmitida por la colectividad social a la que pertenecemos. Aquí está la clave: lo humano, la humanidad, es el centro del que partimos para entender destinos, creaciones, actitudes, en una palabra, lo propio nuestro que es la Cultura.

El arte habla de nuestro tiempo y registra no sólo las emociones de la vida cotidiana, sino también las visiones del mundo del que se nutre el artista. En reciente exposición en Tuxtla Gutiérrez, tres pintoras de Chiapas desplegaron su obra, mostrando las posibilidades infinitas de expresión que posee la pintura. Mari Carmen Fábregas Puig, Olga Rodríguez Fábregas y Sofía Rodríguez Fábregas, la madre y las hijas, muestran a través de la expresión pictórica, diferentes visiones del entorno, del mundo, de la cotidianidad, aun procediendo del mismo ámbito familiar. Mari Carmen Fábregas no tiene antecedentes familiares que la vinculen con la pintura, sino más bien con la reflexión social, la literatura y las tradiciones de Tuxtla Gutiérrez, que asimiló en su entorno familiar. Desde niña, se expresó a través del dibujo y la pintura, la creación artesanal y dedicó su vida a transmitir a la niñez de Tuxtla su pasión por el arte. Sus hijas mismas, Olga y Sofía, asimilaron ese lenguaje que Mari Carmen Fábregas expresa en los paisajes que pinta, las naturalezas muertas, los entornos, que en su caso, revelan una impronta de identificación con sus alrededores, los ámbitos en los que creció y en los que convive. Olga pinta rostros, emocionada ante la variedad humana, la belleza singular de los tipos humanos. A su vez, su pintura se posiciona como un llamado oportuno para disfrutar de la Cultura en sus múltiples manifestaciones, una invocación para desechar el racismo y colocarnos en la perspectiva de que uno es el género humano.

Sofía pinta los lados misteriosos del alma, explora las profundidades de sus propias percepciones y muestra la complejidad que implica entender no sólo al mundo inmediato sino a nosotros mismos. En la pintura de Sofía Rodríguez Fábregas continúan las eternas preguntas que acompañan a la humanidad desde sus orígenes: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos?

La exposición referida es un cruce de fronteras al interior del ámbito familiar. Quien se acerque a la obra de estas pintoras chiapanecas, podrá no sólo disfrutar de un momento estético, sino testimoniar tres formas de expresión y preguntarse qué las configuran.

La exposición de la obra de las tres pintoras tuxtlecas, chiapanecas, mexicanas, reafirma la continuidad de una reflexión a través de la estética del arte. Es singular su importancia por el vínculo familiar, estrecho, que las une. Ello no obsta para que las visiones que trasmiten revelen la individualidad creativa y las miradas singulares que les corresponden. Las une la pasión por la pintura, por compartir un lenguaje con el que se expresan y con el que significan su entender de esta contemporaneidad que hacemos. Pero cada una lo hace desde su propio otero interior, desde una forma de mirar, una particular perspectiva de interpretar al mundo. A través de su obra, reafirman la amplitud del lenguaje artístico ofrecido por  la pintura. Hay generosidad en esta exposición, apertura para mostrar cómo se origina un linaje artístico en la intimidad de la familia, como se rompe esa liga para seguir unida a ella, pero desde la creatividad propia. La exposición es colectiva pero la visión es plural. Tanto Mari Carmen Fábregas Puig, como Olga y Sofía Rodríguez Fábregas, junto a otras pintoras de Chiapas, aportan visiones sustanciales de un mundo cambiante, en el que hasta el paisaje no es el mismo con el correr de los años. Pero queda la obra, como un sustrato de la memoria y de los momentos vividos por las artistas, constituyéndose en legado y patrimonio de una comunidad cultural  que en su pluralidad, encuentra el sentido de crear.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala. 10 de diciembre de 2019.

 

Un comentario en “A propósito de una exposición”

  1. mari fabregas
    11 diciembre, 2019 at 18:41 #

    gracias andres fabregas puig,tu texto sobre la exposicion me gusto mucho,gracias por esa manera
    de describirnos a cada una a traves de las pinturas.hermano me encantaron tus palabras.

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