Rememorando a Lázaro Cárdenas

El miércoles 19 de octubre pasado, se cumplieron 50 años de la muerte del General Lázaro Cárdenas del Río. Recordé que en el espléndido curso de métodos en la investigación de la Historia impartido en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), el gran historiador michoacano Luis González y González, en alguna ocasión, dijo: “Los mexicanos en su mayoría pensamos como pensaba Lázaro Cárdenas”. En varias sesiones de aquel curso notable, Luis González y González se refirió a un Presidente de México que supo recobrar la soberanía de la nación e intentó un sueño socialista, que no se logró. Pero la historia posterior del país demostró, que aún con los gobiernos impuestos a base de fraude electoral, los mexicanos siguieron pensando como Lázaro Cárdenas y defendieron la soberanía nacional, se solidarizaron con los movimientos populares de América Latina, estuvieron al lado de las luchas de los pueblos centroamericanos contra un imperialismo voraz, dieron amplia solidaridad a Salvador Allende, traicionado por su propio ejército y asesinado en su oficina presidencial en el Palacio de La Moneda, en Santiago de Chile. El pueblo mexicano recibió a los exilados brasileños, argentinos, colombianos, chilenos, bolivianos, centroamericanos, que  encontraron en el país a la oportunidad de rehacer sus vidas. Lázaro Cárdenas había puesto el ejemplo por convicción además de por interpretar el sentimiento mexicano. No sólo expropió el petróleo y lo convirtió en la industria nacional sino que además combatió el fascismo y recibió a los luchadores republicanos que venían de España, después de sufrir la traición de Francisco Franco. El Presidente Cárdenas envió a Gilberto Bosques acreditado como Cónsul de México en Francia, para que rescatara de los campos de concentración franceses a los republicanos españoles, tratados de forma inhumana por el gobierno francés de la época. Aquella España popular, de alma humanista, de la que nos habla Pedro Tomé en sus textos antropológicos, permaneció en la lucha misma, como lo comprendieron Lázaro Cárdenas, Gilberto Bosques, Amalia Solórzano, en una palabra, el pueblo mexicano. La épica que realizó Gilberto Bosques no tiene parangón en la historia de la diplomacia mexicana. Cumpliendo al pie de la letra las instrucciones del Presidente Cárdenas, no sólo rescató a miles de republicanos sino también a perseguidos por la infamia fascista como los judíos, polacos, y en general, a los perseguidos por los regímenes fascistas de Alemania, Italia y España. Recordar a Lázaro Cárdenas es también rememorar aquella acción de lealtad y profunda convicción humanista que exhibió Gilberto Bosques y su familia. Sólo de los republicanos españoles llegaron al país cerca de 30,000 combatientes, entre ellos, médicos, intelectuales, poetas, escritores, economistas, sociólogos, antropólogos, toda una pléyade entre la que estuvo Pedro Garfias, León Felipe, Concepción Ruíz-Funes Adolfo Sánchez Vázquez, Agustí Bartra, Pedro Bosh-Gimpera, Juan Comas Camps, Ángel Palerm, Concepción Michavila García, Enriqueta Tuñón, Pedro Armillas, Claudio Esteva-Fabregat, Lucinda Urrusti, Manola Ruíz-Funes, Andrés Fábregas Roca, y tantas y tantos más. Si bien la Revolución Mexicana se fue decantando del sueño socialista a un capitalismo salvaje, persistió en el pueblo mexicano y persiste, aquel pensar de Lázaro Cárdenas del Río. Aquella “Arboleda Perdida” de la que escribió el poeta de Puerto de Santa María, Rafael Albertí, se reencontró en México con la España Heroica.

Para comprender ese período luminoso de Lázaro Cárdenas, el último de la Revolución Mexicana, sugiero consultar los varios volúmenes de sus Apuntes editados por la UNAM en 1972 y reeditados en 1986. Así mismo, es vital leer su Epistolario, publicado en 1974 por la Editorial Siglo XXI y, en esta misma editorial, Las Palabras y Documentos Públicos de Lázaro Cárdenas, 1928-1970, publicados en 1978. La obra más reciente es la de Ricardo Pérez Monfort, historiador, investigador en CIESAS-CDMX, que ha publicado dos volúmenes con el título de Lázaro Cárdenas. Un Mexicano del Siglo XX (México, Pinguin Books/DEBATE, 2018). Monfort ha logrado un texto de gran valía, con análisis muy penetrantes del Cárdenas Presidente que defendió la soberanía nacional, expropió el petróleo, repartió la tierra, creó instituciones básicas como el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, instaló el Primer Congreso Indigenista Interamericano en Pátzcuaro, Michoacán en 1940 y fue sencillamente un “Presidente de Polvo y Sol” al caminar México para conocer al pueblo y abrir caminos, escuelas, hospitales. Pero aunque el sueño socialista se truncó y la meta de lograr una sociedad mejor se perdió, el pueblo mexicano no abandona el recuerdo y el pensar de Lázaro Cárdenas. Veremos si el impulso de Lázaro Cárdenas reordena de nuevo a la sociedad mexicana y se inaugure un nuevo tiempo, ese tiempo en el que la mayoría del pueblo piensa. Lo cierto es que a 50 años de su muerte, la memoria de Lázaro Cárdenas del Río y de hombres como Gilberto Bosques, permanecen en los recuerdos históricos de México.

Ajijic. Ribera del Lago de Chapala, a 19 de octubre de 2020.

 

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