Mundo maniqueo (II y última)

Capitolio de los Estados Unidos. Imagen: Cortesía,

En la guerra mediática que ha significado el conflicto Rusia-Ucrania, sobresale el hecho del apoyo internacional a Ucrania que Estados Unidos encabeza y va desde los enormes fondos para pertrechos de guerra y, por supuesto, la campaña mundial en los medios de comunicación que, prácticamente, es donde se dirime el conflicto.

Decíamos anteriormente que Estados Unidos sabe muy bien esta estrategia, le funcionó en las dos Guerras del Golfo Pérsico y ahora la despliega en un momento cuando este país salió derrotado de facto en su intervención en Afganistán y necesitaría empoderarse como potencia mundial de primera línea. La “invención del enemigo” pasa por el control de los medios y de lo que se dice y argumenta en una guerra (pos) moderna como la que se desarrolla ahora.

Es obvio que, en esta parte del mundo, “occidente” va ganando la guerra, porque no hay prácticamente ningún medio de comunicación, ni periodista, ni analista de medios, que no repita la consiga que se ha desarrollado desde el inicio de la guerra, en el sentido de un loco solitario, un dictador y genocida, ha iniciado sin ningún motivo una guerra que puede convertirse en mundial. Repetimos aquí que no apoyamos la iniciativa bélica de Vladimir Putin que, como ya hemos visto, sus propuestas, en ese sentido, han sido corroboradas como violentas y sin ningún ápice de negociación, como sucedió en la invasión a Chechenia y el “rescate” de rehenes en el teatro Dubrovka, en Moscú, en 2022.

Tampoco es necesario seguir aclarando la ausente solvencia moral de los Estados Unidos para liderar un conflicto en el que forma parte protagónica por el cual haya guerra entre dos países. En la segunda guerra contra Irak, el gobierno de esa nación mintió al mundo; hizo creer que Sadam Hussein tenía “armas de destrucción masiva” y lo que se logró fue casi la destrucción total de la infraestructura de ese país. Anteriormente, la “salvación” de Kuwait, en nombre de la democracia, significó la toma de una de las formidables reservas estratégicas de Medio Oriente. Pero los jeques siguieron siendo dueños de ese pequeño país. Ahora mismo, están todavía en el poder. ¿Democracia? No. Usurpación masiva de bienes económicos, tanto en Kuwait y en Irak. El petróleo, como motivo de conquista imperial.

Y a nadie se le ocurrió decir que George Bush padre y George Bush Jr., fuesen autócratas, locos, sanguinarios (casi dos millones de muertos, en los conflictos bélicos de medio oriente en los noventa). Es mas. La ONU dio su aval a la masiva aventura militar donde otra vez la mitad de mundo se enfrascó en una idea emanada de los Estados Unidos.

Lo que aquí se señala es la posibilidad de que el mundo se vuelva de nuevo bipolar, como antaño, en la Guerra fría, y que de nuevo estemos ante la presencia de otro “orden mundial” en el que, después del COVID, el “bueno-malo” sea el acceso por el cual se comprenda todo lo que tiene que ver con política y, peligrosamente, con la cultura mundial. Sucedió hace menos de un mes, cuando en apoyo a Ucrania se suspendieron y reprimió cualquier atisbo de la cultura rusa en el mundo, desde la música, artes, conocimiento en general. Nos recuerda muchos pasajes de la “noche de los cuchillos largos”, en la década de los treinta, en Alemania. y en la famosa hoguera donde se hicieron cenizas los textos que no simpatizaban con el gobierno en turno, pero ahora en pleno siglo XXI.

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