Villacorzo, la tierra prometida de la democracia

Por falta de recursos, y de tiempo, me fue imposible cubrir la ratificación de mandato, pero como soy profesor de comunicación, tengo alumnos dispersos por casi toda la sinuosa geografía chiapaneca. Uno de ellos, que está iniciando la carrera, se enteró de mis afanes por cubrir las elecciones y, un poco a destiempo es verdad, me mandó su reporte desde Villacorzo, un pueblo que impuso récord nacional de participación ciudadana. Transcribo su reporte:

Villacorzo, Chiapas, a diez días del mes de abril del tercer año del glorioso mandato de nuestro prócer, ciudadano Licenciado Andrés Manuel López Obrador.

            Desde esta tierra prometida de la democracia de México, me permito informar de la votación récord, digno de conservarse en los anales de la historia por la participación del 91.09 por ciento del padrón electoral de este municipio. 

            Aquí, en este rincón del país, que antes fue granero de maíz y que ahora es granero de votos para nuestro partido, sabemos de la responsabilidad ciudadana de votar. 

            Manifestamos con alegría nuestro respaldo al presidente con urnas repletas de sufragios. En Chiapas hay electores apáticos, como los de San Cristóbal de Las Casas, que apenas alcanzaron el 15.57 por ciento del padrón, o como los de Tuxtla, que se quedaron en el promedio nacional de 17.74 por ciento. 

            En Villacorzo participamos todos, todas y todes, un poco es cierto tomados de la mano del presidente municipal. A las casillas llegó gente del cerro, de las hondonadas, de las reservas ecológicas, de todos lados que, con mano firme, cruzaron el sí a favor de la continuidad de nuestro presidente. 

            Si los europeos vieran nuestras cifras de participación, seríamos dignos de estudio por tanta responsabilidad. Aquí votaron personas de la tercera edad que apenas podían moverse y que llegaron en silla de ruedas, en camilla, con oxígeno, con covid, vacunados y sin vacunar, como pudieron, pero cumplieron con este país y con la democracia.

            Llegaron también paisanos que trabajan en Cancún, en la Ciudad de México, en Texas o Florida a cumplir con su responsabilidad de ratificar al ciudadano presidente de la República y sus programas sociales.

            Mire nomás nuestras cifras:

            En la casilla 1831, rebasamos el cien por ciento. Ciento punto cero seis por ciento, para ser exactos. El récord lo impusimos en las casillas 1847 y 1850, en donde dejamos el registro nacional de 100.84 por ciento de participación electoral. De 1426 votamos 1438. Doce más del padrón. Algunos dirán que votaron hasta los muertos, pero no, fuimos los meros vivos. 

            Las otras casillas ubicadas en nuestro pueblo, que debería llamarse Villacorzo de Obrador, porque amor con amor se paga, quedó de esta manera el marcador: 

 

 

1828, 93%

1829, 88%

1830, 79%

1838, 94%

1839, 97%%

1841, 98.5%

1842, 89%

1843, 99.5%

1844, 98.5%

1846, 99.5%

1848, 98.5%

1849, 99.5%

 

            Hubo una casilla, la 1840, que solo registró el 31.5% de participación ciudadana. Es una casilla en donde viven puros malos ciudadanos de la zona urbana que no comprenden la responsabilidad histórica con nuestro país. Deberían ser expulsados y no ser llamados hijos de Villacorzo. 

            Fuera de estos datos, y como mero apunte de civilidad, debo informar que, pese a la nutrida participación por la democracia, no hubo ningún accidente que lamentar; solo la ponchadura de una llanta del repartidor de pollos asados y de sobres amarillos dirigido a los eficientes integrantes de las casillas, quienes cuando fue necesario prestaron su mano para completar el trazo de las papeletas en esta fiesta de la democracia.

            Es cuanto! Hasta aquí mi reporte. 

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