¿El rock no morirá jamás?

Por Raúl Trejo Villalobos

 

Carta abierta a Juan Pablo Zebadúa Carbonell

(con copia para Daniel Trejo Sirvent y José Natarén Aquino)

Estimado Juan Pablo:

A propósito de que no nos has sido posible concretar una charla sobre algunas de nuestras aficiones y, más ahora, con el confinamiento, me atrevo escribirte algunas líneas para platicar sobre el rock, a través de esta carta que hago pública.

Foto: Raúl Villalobos

Le he puesto el título de una canción de El Tri, del disco Niño sin amor (1987), entre signos de interrogación, pues nada más para abrir boca.

Lo primero que te quiero comentar es que a pesar de escuchar esta rola desde que salió (creo que todavía conservo mi cassette), apenas me entero que es una arreglo de otra que se titula My, my, Hey, Hey, de Neil Young, y no sé de qué año sea.

Hay tres cosas, de entrada, que me llaman la atención: 1. La que sentencia el título; 2. Las referencias que hace Lora a artistas y grupos (Javier Batiz, Luzbel, Botellita de Jerez, Cristal y acero, Miguel Ríos, Miguel Bosé, Mara, Enigma, Manolo Muñoz, Betsy Pecanins, Guillermo Briseño) y lo que afirma: “Bandas de rock vendrán, bandas de rock desaparecerán… Que el disco, que la salsa, que el heavy mierda… Pero el rock and roll, nunca muere”; y, 3. La idea central del tema: el rock no morirá jamás porque, como dice: “Está escrito en el cielo y en el fondo del mar”

Pongo entre signos de interrogación el título porque creo que en parte algo hay de cierto y en parte quién sabe. A decir verdad, no quiero hacer un ejercicio sesudo sobre el concepto del rock and roll, ni meditaciones sobre la puridad de los ritmos. A lo más, quiero hacer un ejercicio de memoria, con toda la carga subjetiva que esto conlleva; y un ejercicio de clasificación, para ponerme a mí mismo un poco de orden.  Te lo comparto y ya me dirás qué te parece.

Bueno. El primer punto tiene que ver con una clasificación de todos lo grupos y artistas que menciona Lora, pues los mete a todos a un mismo costal, por decirlo de alguna manera. En mi sentir, desde mis impresiones: Guillermo Briseño, Betsy Pecanins y Javier Batiz, pertenecerían a un grupo; Luzbel, Botellita de Jerez, Cristal y acero, a otro. En el primer grupo están los de la vieja guardia y que no fueron comerciales; y, en el segundo, están los nuevos y que fueron más comerciales y promovidos por los medios de comunicación de ese entonces (Siempre en Domingo, ¿recuerdas?).

¿Dónde colocar a Miguel Ríos, Miguel Bosé, Manolo Muñoz? Bueno, éste último se va al otro grupo de la vieja guardia, más vieja que la anterior, pero comerciales: con Angélica María, Enrique Guzmán, etc.  A Miguel Ríos y Miguel Bosé los incluiría en el segundo grupo, a propósito de aquello que salió a mediados de los ochenta y se le denominó Rock en tu idioma, pero al Bosé un poco más pop, quizás.

¿Dónde colocar a Mara y Enigma? No lo sé.

Otra clasificación es de orden temporal. Me refiero a los años 1984-1985. En estos hay un antes y un después. Muere Rodrigo González, Three Souls in my mind se convierte en Simplemente El Tri y los medios de comunicación, empresarios al fin y al cabo, empiezan a promover el rock de la más diversa índole, con varios adjetivos y las más insospechadas fusiones. Los botellos fundan Rockotitlán. Alex Lora, por supuesto, saltó de los hoyos funky a sus presentaciones en Televisa, manteniendo hasta cierto punto una línea.

En 1984, Rodrigo González dijo: “Justamente en estos momentos/ En que la confusión reina terriblemente en la atmosfera/ Como extraños microbios venidos de otras galaxias que mandan mensajes telepáticos/ Haciendo ver realidades que no corresponden a las dimensiones adecuadas/ El Profeta del Nopal se presenta de una manera y otra/ Aventando sus cotorreos desde el año de 1984/ Y en sus hibrídas visiones del rock and roll mexicano/ Me dijo una día de oníricos sueños y arquetipícos símbolos/ Que tenía que resetarles por las trompas de Eustaqio a todo el personal/ Estos mensajes del Profeta del Nopal”. Y, enseguida, efectivamente, nos resetó: Tiempos híbridos y el rancho electrónico.

Cabe destacar que estas palabras sobrevivieron en grabaciones de manufactura doméstica y que la banda hacía rolar en contextos y condiciones específicos, muy limitados, por cierto. En ese mismo año, y en circunstancias muy distintas, también aparecieron los botellos con el “Guacarock” y el “Charock and roll”.

Y de ahí, ¿ya qué te digo? Rock progresivo, Blues, Rock urbano, Rock en tu idioma, Rock pesado, Heavy metal; Punks, Pachucos, Cholos y Chundos. La descripción de los punk, con La chica banda, de los tacubos; el Pachuco, de Maldita vecindad; la descripición del cholo, en Más vale Cholo, de Molotov.

Si le hacemos caso a Rodrigo, creo que el rock sí murió; o, mejor dicho, se desvaneció entre tantos adjetivos, la hibridez y todas las fusiones inimaginables.

Y, sin embargo, también creo que no ha muerto. Para esto, vuelvo a elaborar una clasificación, mencionando a otros grupos y artistas que no aparecen en la lista de Lora en ese año y en ese disco.

Guillermo Briseño, Javier Batiz, Rodrigo González, Three Souls in my mind, Jaime López, Cecilia Toussaint, Real de Catorce, Chac Mool, pertenecen a un grupo. El sello distintivo es que no fueron comerciales, como si lo fue todo un grupo que se constituyó  y se inscribió, en mayor o en menos medida, en el proyecto comercial Rock en tu idioma: Caifanes, Maná, Maldita vecindad, Café Tacuba, además de los argentinos y españoles. Aunque uno de los botellos dice que eso del Rock en tu idioma fue una jalada que no los tomó en cuenta, lo cierto es que también tuvieron otra suerte en comparación con Rodrigo González. Un tercer y último grupo, que Lora no menciona, porque la mayoría son posteriores a 1987 y tienen cierta herencia de él, lo constituyen: Banda Bostik, El Haragán, Charly Montana, Tex-Tex, Lira ´N Roll, Interpuesto, por ejemplo.

A reserva de tu mejor opinión, creo que este tercer grupo se le puede inscribir en el denominado de Rock urbano (aunque El Haragán y Charly Montana hayan manifestado descuerdo en ello). Algo que coincide entre el primer y el tercer grupo consiste en que no fueron comerciales, ni fueron promovidos por los medios de comunicación en los noventa y principios del nuevo milenio. Algo que los distingue consiste en que los del primer grupo, además de ser músicos de profesión, son conocidos principalmente en el ámbito universitario, mientras que los segundos, son más líricos y manifestación más espontánea de ámbitos marginados: Neza, Tlalnepantla, Ecatepec, Chimalhuacán y algunos barrios del entonces Distrito Federal.

A partir de esta clasificación creo que el Rock no ha muerto porque hay una línea de continuación en las letras desde El chavo de onda (1976) hasta El vaquero rockanrolero (2014), de Charly Montana, pasando por las expresiones y descripciones que se hacen en Three Souls Boogie (1976), Mente rockera (1985), de El Tri; y, El pobre rockanrolero (2006), de Tex Tex. No quiero dejar de mencionar Abran esa puerta (1987), de Banda Bostik, aunque se pueda analizar después.

A reserva de revisar el papel que han jugado los medios de comunicación, las intenciones y posibilidades comerciales de las disqueras, el surgimiento de los videoclips y programas como MTV, la historia de los dispositivos (televisión, radios, grabadoras, computadores, celulares), los formatos (vinil, cassette, CD, USB), las redes sociales, el contexto de génesis de estas canciones y horizontes de proyección y recepción. A reserva de revisar todo eso, te decía, y si revisamos las letras de las rolas que te menciono, creo que podemos ver algunos líneas de continuidad.

Aquí va, a manera de muestra:

Chavo de onda (1976): “No importa si es en un concierto o en una audición/ yo siempre me siento contento en el reventón/ me paso a cotorrear las chavas/ cuando a las tocadas voy/ yo soy un chavo de onda y me pasa el rock and roll”.

Mente rockera (1985): “Cuando en la escuela comenze a ir mal/ Mi Jefe me mando llamar/ Quería pelarme como militar/ Y ponerme a trabajar/ Mi mente dijo que no/ Mi cuerpo dijo que no/  Mi sangre dijo que no/ Y aqui me tienes en el Rock and Roll”.

Pobre rockanrolero (2006): “Soy un pobre rockanrolero/ Que apenas tengo para vivir/ Mi familia me esta presionando/ Quieren que cambie mi existir/ Quieren que me corte el cabello/ Y que use un calzado más formal/ Que abandone la guitarra/ Y que me ponga a trabajar…

“Pero tengo un extraño talento para poder describir/ Lo que pasa por dentro, muy adentro de mi…

“Me preguntan si no tengo miedo/ Si no le temo a la vejez/ Yo no dependo del dinero/ Sino de la alegría de vivir/ Solamente le pido a Dios/ Que me libre de la frustración/ Del olvido y el abandono/ Que no me olvide del rockanroll”.

Aunque irónico y crítico, en el fondo se mantienen algunas similitudes con Vaquero rockanrolero(2014): “Dices que eres la bandota/ Que eres bien rockanrolero/ Se te nota con tan tremenda matota/ Todo lleno de tatuajes/ Y luego hasta traes aretes/ Y tu camiseta de Metallica/ Quien te viera pensaría/ Que eres una estrella de rock/ Pero nadie imaginaba la neta, ¡oh!/ Te fuiste a ver a los Tigres/ A Limite y a los Tucanes”.

No creo que haga mucha diferencia el hecho de que un rockero vaya a ver a Los Tigres del norte (incluso, hay un homenaje rockero a ellos). Luego entonces, podemos decir con Lora: “Hey, hey, mamá: el rock and roll no morirá jamás”.

 

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 7 de agosto de 2020.

A poco más de cuatro meses de confinamiento.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.