Enoch Cancino Casahonda y el detrás del «Canto a Chiapas»

*Cancino se formó en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas (ICACH) y en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde obtuvo el título de Doctor en Medicina, durante su estancia escribió su “Canto a Chiapas”, poema arraigado en el gusto de la gente y que marca una de las líneas que definen su obra: lo popular.


A través de un conversatorio en Conmemoración a Enoch Cancino Casahonda, poeta tuxtleco, quien en vida fue también médico, político y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, personalidades de la cultura compartieron vivencias que tuvieron junto a él.

Socorro Trejo Sirvent, poeta y promotora cultural, compartió que Cancino fue una gran persona de las letras chiapanecas y un gran ser humano, con quien trabajó hace 40 años.

Trejo Sirvent dijo que, el poeta inició su acercamiento al mundo de la poesía a los 9 años, cuando su madre Carmen Casahonda le leía versos cuando ambos se encontraban recostados en la hamaca de su casa, fue alimentado con la poesía de Juan de Dios Peza, Fernando Celada y José Rosas Moreno.

La promotora añadió que, aunque la madre de Cancino falleció cuando él apenas tenía 11 años, la poesía ya se había abonado en su joven corazón, segura que, en esos recuerdos de su niñez, se inspiró muchas lunas más tardes para escribir el poema titulado “La hamaca”.

Allá, al fondo del trópico, la diaria mariposa de los sueños habita un corredor, largo, sin tiempo, entreabriendo sus bordes de hembra clara que espera a un viejo amante fatigado. La hamaca cumple en el vacío su más firme actitud de árbol bien puesto…, una parte del poema La Hamaca.

Asimismo, expuso que con el poema “Canto a Chiapas”, ha aprendido a amar a la tierra, raíces, marimba, fiestas de barrios, selvas, ríos y montañas que componen el Estado.

Trejo Sirvent, compartió que a lo largo de la vida de Cancino, fue fiel al compromiso con la palabra y con la vida que eligió llevar, decía que la poesía es vida, alegría, pena, gozo, pero también nostalgia, una suave penumbra en el que el recuerdo abre la puerta.

Por su parte, Yolanda Molina Quiñones, retratista, mencionó que tuvo mucho contacto con Cancino Casahonda desde el momento en que llego a los servicios coordinados de Salud Pública.

Molina Quiñones añadió que, el médico siempre escribía debido a que todo lo que le rodeaba le provocaba hacer poesía, incluso tenía una vecina muy guapa a la que le dedicó un verso muy bonito.

Yo la miro como a la bugambilia de mi patio, mañanera y graciosa, como un suave pincel que le robara un pedazo de luz a las auroras de los campos de Chiapas”, verso dedicado a su vecina.

La retratista dijo que, Cancino tuvo muchos amigos y a la mayoría les dedicó versos, entre ellos estaban Pedro Guillén, Enrique Culebro Carreri, Rosario Castellanos, Romualdo Moguel, Andrés Fábregas Roca, Máximo Prado y Raúl Garduño

Voy a decirle a Garduño que en todos sus poemas se atraviesa el mar, en los ojos, la boca, de la manga de la camisa, del acto amoroso, de la noche profunda, le brinca el mar, lo salpica el mar. El mar ha de ser su duende, por algo será. Cuando veo venir a mi amigo Garduño siento sabor a sal, poema dedicado a Raúl Garduño.

Además, compartió que en algunas mañanas o tardes le gustaba leer los poemas de Porfirio Barba Jacob, como es “Canción de la vida profunda” y “Lamentación de octubre” acompañado de un café, esto ocurría cuando el trabajo era menos pesado y decidían tomarse un receso.

A su vez, dijo que dentro de los poemas que tiene Cancino, para ella hay uno en específico que se llama “Umbrales”, este expone que quien sea el poeta debe tener un momento intimo para si solo, donde la esposa, hijos y papás no pueden entrar.

“Fue generoso, inolvidable en una palabra”, finalizó Molina Quiñones.

Cancino Casahonda, su obra más conocida es «Canto a Chiapas». Cortesía: ELEM.

Por otro lado, Hernán León Velasco, médico, poeta y promotor cultural compartió que, según referencias Cancino escribió el Canto a Chiapas al sentir nostalgia por irse a México, sin embargo, el comienzo se remonta a cuando su madre fallece, hay tanta nostalgia que quienes lo leen se ven reflejados ahí.

León Velasco mencionó que, la pérdida del poeta fue trágico, estuvo acompañándolo en sus últimos momentos porque le decía que no lo abandonara ya que lo veía como a un hijo.

Él siempre quiso a todos, nunca hubo excepción, conmigo fue como un papá, yo llegaba convivía con él en casa, desde que estudiaba, siempre había una palabra de aliento, un poema que de repente declamaba de otros autores, era esa cercanía de ese papá que no tuve, un guía, un maestro, comentó el médico.

¿Quien fue Enoch Cancino Casahonda?

Cabe mencionar que, Cancino nació en Tuxtla Gutiérrez, el 6 de octubre de 1928 y murió el 2 de marzo de 2010, fue coordinador del área de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH); secretario del Gobierno de Chiapas; diputado federal; presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, poeta y colaborador de Ámbar, Diario Popular, La Ceiba, Papalote, y Revista del Consejo.

Alguno de sus libros publicados de poesía: Con las alas del sueño, Perfiles de barro, La vida y el labrador, Ciertas canciones, Estas cosas de siempre, Canto a Chiapas, La casa del jaguar, Tedios y memorias y La vieja novedad de la palabra.

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