Obesidad, falta de actividad física y herencia genética principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama

Cortesía: CONACYT agencia informativa

*Diariamente fallecen 18 mujeres de cáncer de mamá en México: INEGI

Con información de Armando Bonilla de CONACYT agencia informativa

La doctora Gabriela Torres Mejía, directora de Investigación en Enfermedades Cardiovasculares, Diabetes Mellitus y Cáncer en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP),  en colaboración con la doctora Angélica Ángeles Llerenas, identificó a la obesidad, la falta de actividad física y la herencia genética como los principales factores de riesgo en mujeres mexicanas para desarrollar cáncer de mama.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres de 35 a 44 años y mueren en promedio 18 mujeres diariamente por esta enfermedad.

A través del proyecto “Factores de riesgo en cáncer de mama en México: patrones mamográficos, péptido C y factores de crecimiento. Un estudio multicéntrico”, Torres Mejía se propuso construir un modelo de factores de riesgo de cáncer de mama en mujeres pre y posmenopáusicas y derivado de ello identificaron estilos de vida, morbilidad y factores genéticos que pudieran estar asociados al cáncer de mama en la población mexicana.

La investigación de ambas científicas está enfocada hacia mujeres pre y posmenopáusicas residentes de los estados de Nuevo León, Ciudad de México y Veracruz.

Más actividad física, menos riesgo

La doctora Torres Mejía explicó que entre esos factores de riesgo identificaron la inactividad física e incluso determinaron que, por cada tres horas semanales de actividad física de intensidad moderada, el riesgo a desarrollar cáncer de mama disminuye. Asimismo, definieron que la dieta alta en grasas poliinsaturadas incrementa el riesgo y la concentración sérica alta de vitamina D lo disminuye.

Un siguiente factor de riesgo fue el consumo de alcohol, que en el caso de las mujeres mexicanas dispara a 75 por ciento —contra 10 por ciento documentado en Europa— el riesgo cuando se comparan aquellas que beben más de una bebida al mes por al menos un año. En las mujeres que se encuentran en el tercil (segmentación realizada durante el estudio) inferior de consumo de folatos en la dieta, el riesgo del consumo de alcohol se incrementó a casi el doble.

Más kilos, menos años de vida

La investigación arrojó también ciertas características en relación a las trayectorias de ganancia de peso, en comparación con las mujeres que se mantuvieron con un peso bajo a lo largo de su vida; las mujeres que mostraron un incremento moderado de peso, mostraron un incremento en el riesgo.

La circunferencia de la cintura y de la cadera, y el índice de cintura y cadera se asociaron inversamente con el riesgo de la enfermedad, tanto en mujeres pre como posmenopáusicas; mientras que el índice de masa corporal solo se asoció inversamente en las mujeres premenopáusicas. Estas asociaciones aún deben estudiarse para poder entender si existe algún otro factor que esté relacionado con la obesidad.

Otros factores de riesgo que fueron identificando durante el trabajo encabezado por la doctora Torres Mejía, son las alteraciones genéticas en los genes BRCA 1 y 2 (de los cuales ya se sabía que incrementan el riesgo de cáncer de mama durante la vida de una mujer de 55 hasta en 65 por ciento y 45 por ciento, respectivamente).

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