Especialistas alertan de riesgos de consumir chicatana, zats, pechj´ol, escarabajos y chapulines

Naturaleza: Apicultura e insectos comestibles, con la participación de René Cerritos. Cortesía: CANABIO.

*En México existen comunidades que incluyen en su alimentación insectos como son las avispas, el gusano del maguey, hormigas y varias especies de chapulines. Los estados con una arraigada tradición como consumidores de insectos son Oaxaca, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Chiapas, Veracruz y el Estado de México. Sin embargo, Campeche, Tabasco, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Michoacán han informado de consumos, en algunos casos son sólo ocasionales o al consumir productos como la miel.


René Cerritos Flores, investigador y especialista en ecología y evolución de insectos, abordaron el tema de apicultura e insectos comestibles, en la serie que presenta Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) denominado Nos nutrimos de la naturaleza.

México tiene una gran diversidad de insectos comestibles, que rondan alrededor de las 500 especies, considerada una tradición muy antigua, algunos de estos insectos son muy nutritivos, en lo que respecta a las abejas de estas se obtiene la miel.

Por lo anterior, Cerritos Flores dijo que cada una de esas 500 especies que se consume en el país, con relación al tema de la sustentabilidad se debe realizar estudios demográficos y genéticos, con el fin de conocer el estado de las poblaciones, y conocer el estado de la diversidad genética que hay dentro de una o dos poblaciones de cada una de las especies.

Además, hay especies que son abundantes y son consideradas plagas en los ambientes de producción agrícola. Por otro lado, están las especies como la hormiga de escamoles, esta se consume, pero en su fase madura, el huevo y la larva.

“En ese sentido te das cuenta de que no hay reclutamiento, es decir, estamos deteniendo desde el punto de vista demográfico, los tamaños poblacionales para la siguiente generación, esas parecen ser que, sí están en grave peligro, no sé si de extinción, pero si están muy amenazadas”, expresó el investigador.

Por ello, los consumidores deben tener cuidado en el consumo de las especies y saber de donde provienen. Respecto a la contaminación de agroquímicos, las especies pueden contaminarse como los chapulines de la milpa, para liberarlos de esto muchas veces usan técnicas antes de su preparación, como hervirlos con agua.

Con base a lo anterior, el especialista expuso que, el problema es que no existe una regulación, pues los mismos lotes de insectos se puede vender en una carretilla en el tianguis, como en el restaurante más exclusivo. Por lo que, deben de promover leyes que hablen de cómo se explotan estas especies y de cómo se están consumiendo.

Por otro lado, José Alfonso López Gómez, Ramón Mariaca Méndez, Laura Huicochea Gómez y Benigno Gómez Gómez, investigadores del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) en conjunto con Eraldo Medeiros Costa Neto, investigador brasileño de la Universidad Estatal de Feira de Santana, realizaron una investigación sobre la entomofauna en el pueblo tzeltal del municipio de Oxchuc.

Los investigadores, mencionaron que, la lista de insectos para elaborar platillos fue encabezada por la hormiga arriera (ts’isim) conocida como chicatana o nucú en otras regiones del Estado de Chiapas; esta especie es recolectada en la temporada de las primeras lluvias, a finales de mayo a inicios de junio.

También revelaron el consumo del chanulte, una larva comestible que se identifica por tener un sabor similar a la carne de puerco y es de los más consumidos entre la población. Además, existen dos escarabajos, el x-chial y el kujt’intsa; el primero es el que se consume y se caracteriza por tener “cuernos” que pueden lastimar durante su captura, la aparición de la espiga y el elote en la milpa coinciden con la transformación de k’olom (gallina ciega) a xchial (escarabajo), por lo que se prefieren estas fechas para su consumo, ya que están frescos.

A esta lista se añaden tres avispas de las cuales se consumen sus larvas, dos especies de chapulines, el primero de tonalidad café que se encuentra en la milpa y el segundo es de color verde, mismo que se halla en acahuales de no más de un año y en campos donde hay mucho zacate.

Por su parte, Sinthia Sánchez Salinas, maestra en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de ECOSUR, realizó un trabajo de investigación sobre el consumo de insectos en el municipio de Simojovel de Allende, los habitantes conocen tres tipos de insectos comestibles, los cuales corresponden al hábitat terrestre y a tres especies diferentes.

El consumo de insectos dentro de Simojovel es realizado por niños, jóvenes, adultos y ancianos; indígenas tsotsiles, tseltales, zoques y mestizos, debido a que el consumo de insectos es una práctica que se transmite de generación a generación, generando, seleccionando y acumulando de forma colectiva durante milenios en la memoria y en las actividades de la gente.

Asimismo, en las comunidades aledañas a la cabecera, el consumo es de uso cotidiano debido a que son un recurso abundante y disponible, ya que para obtenerlo sólo tienen que capturarlos; en cambio los habitantes de la cabecera tienen que esperar a que lleguen al mercado.

“Compro el zats porque ya alrededor ya ni se encuentra y es más fácil encontrarlo en el mercado”, expuso José López, campesino.

Zats, exquisitas orugas que se conocen como mariposas nocturnas. Cortesía: Es Chiapas.

Respecto a los 3 insectos consumidos uno de ellos es el zats, la tradición alimentaria basada en este insecto comienza con el chillido de la chicharrita, es considerada como la madre o nana del zats, que se escucha durante los meses de mayo y junio o en la cuaresma.

La Chicharrita deja los huevos en los árboles o troncos de la anona de mono, el corcho y el caulote; después de tres meses de que cantó la chicharra, nace el “zats con cachos”. Después crecen más y cuando están macizos tiran los cachos, eso significa que ya están buenos para comer.

El zats se presenta en dos temporadas, la primera empieza en el mes de junio hasta los últimos días de agosto, la segunda empieza en el mes de octubre y termina en noviembre.

“El zats sabemos que empieza a finales de junio a principios de julio es la temporada, nosotros le decimos chicharra a un animalito que grita mucho y por lo que eh visto ese animalito vive bajo la tierra y en mayo empiezan a salir a volar y a poner los huevos y ese es el zats”, compartió Jobita Penagos, vendedora.

Se les conoce como chicatanas a las hormigas reinas de la región mixteca y desde la época prehispánica han sido un platillo muy consumido. Cortesía: México Desconocido.

Sánchez Salinas añade que, el segundo insecto es el kis o chicatana, los adultos salen de la tierra durante las primeras lluvias de los meses de junio y julio, en las regiones de tierra caliente, ubicadas desde el nivel del mar hasta los 900 metros de altitud, hacen su aparición en el crepúsculo para efectuar el vuelo nupcial, aparece un enjambre de millares de hormigas.

La mayoría de las hormigas son machos, pero llegan a verse algunas hembras; muchas de estas hormigas caen en las casas atraídas por la luz, este insecto se localiza en cualquier época del año en los mercados de Tuxtla Gutiérrez o San Cristóbal de Las Casas.

Existe una gran diversidad de nombres para este insecto por los diferentes grupos étnicos en Chiapas, para los zoques es conocido como sisim, nucú en el tseltal, kis para los tsotsiles, chicatana el nombre que recibe de los mestizos, eso hace ver el amplio consumo que se efectuaba y se efectúa en las diferentes partes de Chiapas por los diferentes grupos humanos.

El pechj´ol o gusano de palo es una variedad de larva de escarabajo. Cortesía: ECOSUR.

El tercer insecto es el Pechj´ol, nace del interior de los árboles de caulote que están en estado de descomposición, se encuentran cuando los habitantes van en busca de leña ya que estos árboles tienen esa utilidad. Es confundido con la gallina ciega, por el abultamiento negro que presentan en la parte inferior, siendo matada por los habitantes ya que es considerada como especie dañina para sus cultivos, se presenta de forma ocasional en el año.

Por último, el consumo de insectos en la cabecera municipal de Simojovel es una tradición culinaria local entre indígenas y mestizos que viven en la cabecera y los alrededores, ya que las prácticas llevadas para su consumo son compartidas, producidas y apreciadas por su alto valor simbólico y gustativo que los insectos poseen

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