Mujeres lacandonas, pieza clave en la consolidación del ecoturismo

Mujeres lacandonas. Cortesía: Fermín Ledesma.

*La Selva Lacandona es un área reconocida por su importancia ambiental para el país, ya que es considerada la región con la mayor extensión de reserva natural de Chiapas.


Gloria Mariel Suárez Gutiérrez, Rosa Elba Hernández Cruz y Eduardo Bello Baltazar, investigadores de Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), realizaron una investigación en la cual se centraron en el interés por el desarrollo del ecoturismo dentro de esta zona, la cual no sólo radica por su diversidad biológica sino, además, por el patrimonio cultural y escénico que alberga, considerado de gran importancia para atraer al turismo nacional e internacional.

Dicha zona se encuentra conectada con otros dos centros turísticos muy importantes para la entidad, hacia el norte colinda con la ciudad de Palenque, y al oriente y sur de la selva, se encuentra la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Esta región cuenta con ocho centros ecoturísticos certificados bajo la norma mexicana de ecoturismo, ya que sus actividades e instalaciones reúnen ciertos criterios específicos de sustentabilidad.

“El ecoturismo es planteado como una actividad que no sólo busca aumentar los ingresos de la comunidad a través de una práctica compatible con el medio ambiente, sino que busca contribuir a mejorar aspectos socioculturales de las comunidades” señalan, por lo que, en la relación de las mujeres lacandonas con dicha actividad intervienen mucho los roles de género impuestos en la comunidad.

La intención del artículo elaborado por los expertos antes mencionados es revelar la situación de invisibilización del trabajo de las mujeres lacandonas en la actividad ecoturística, que, si bien les representa una nueva alternativa económica y social, también se observan efectos que mantienen los estereotipos de género.

Por ejemplo, en el Centro Ecoturístico Top Che, desde sus inicios, la participación de las mujeres ha sido limitada debido a que el poder y la toma de decisiones estaba restringida para ellas.

Si bien, Suárez, Hernández y Bello plantean que ahora hay ciertas modificaciones que han permitido una mayor participación de las mujeres lacandonas, dicho cambio no ha sido tan significativo ya que los cargos municipales y agrarios aún están permitidos solo para los hombres.

De acuerdo con el Gobierno de México, el centro ecoturístico Top Che es atendido por familias lacandonas, sin embargo, la investigación revela que solo son los hombres quienes se encargan de su administración. Cortesía: Rutopia.

“El patrón de asentamiento es el de un núcleo de parientes agrupados en torno a un jefe de familia que generalmente es el hombre de mayor edad, viven en pequeños grupos familiares y su tradición es transmitida de padres a hijos (hombres). Los hombres son propietarios de la tierra. En este sentido, las mujeres han estado restringidas a este derecho, ya sea de manera legal o consuetudinaria, situación que influye en el incremento de su vulnerabilidad” añaden.

La actividad de las zonas ecoturísticas se ha convertido en la principal fuente de ingresos, además de que ha propiciado transformaciones sociales en la lengua y la vestimenta de la comunidad. La constante interacción con turistas ha propiciado a que los hombres de la región hablen el español de una forma más fluida, en contraste a las mujeres, a quienes se les dificulta el uso del español para comunicarse.

Según los resultados, las mujeres han intervenido por encima de los hombres en los procesos de fundación de los centros ecoturísticos, aún sin descuidar sus labores del hogar y dentro de su propia comunidad, perol al darse las siguientes etapas de desarrollo de los centros, su participación se va diluyendo debido a la ocupación en sus labores domésticas y comunitarias que les son impuestas.

“En cuanto a la participación de las mujeres, el turismo de masas se ha caracterizado con frecuencia por perpetuar las nociones tradicionales sobre los roles de género mediante la segregación de empleo, respecto a las habilidades domésticas de las mujeres y lo que se cree que son características femeninas” señalan los especialistas.

Al tener mayor carga de las actividades en casa, las mujeres lacandonas se ven limitadas a intervenir en los procesos económicos de los centros turísticos. Cortesía: Gloria Suárez, Rosa Hernández y Eduardo Cruz.

De acuerdo con Suárez, Hernández y Cruz, el hecho de que las distintas actividades realizadas por las mujeres en los ámbitos privados y públicos no estén contabilizadas, implica que no son reconocidos, ni remunerados, y como consecuencia, socialmente invisibilizados, por lo que las contribuciones de las mujeres en los centros turísticos siguen simbolizando solo la realización de las funciones basadas en las construcciones de género.

“Son muy pocas las mujeres que están involucradas en los trabajos de mantenimiento de dichos espacios, pero solo en actividades domésticas, no a cargo de ellos, por lo que se les ve a las mujeres como las principales responsables tanto en sentido material (quienes asumen la tarea de cuidar), como simbólico (los cuidados se naturalizan, se entienden como una capacidad innata de las mujeres y no como un trabajo” añaden.

La falta de figuración de las mujeres lacandonas en puestos de importancia en los centros turísticos contribuye a visibilizar el trabajo que éstas realizan en sus hogares para permitir que los hombres, ya sea sus esposos, padres o hijos, pueden estar a cargo de las actividades que se desarrollan entorno a la llegada de los turistas a la región, sin embargo, aun se mantiene una segregación ocupacional que sitúa a las mujeres fuera de la toma de las decisiones importantes.

Pese a que algunas mujeres laboran dentro de los centros ecoturísticos, sus actividades están limitadas a los quehaceres domésticos y de cuidados. Cortesía: Gobierno de México.

En resumen, la forma en que los roles y las relaciones de género están representados en los procesos de desarrollo y planificación de los centros ecoturísticos, nos permiten ver las diferencias que se dan entre hombres y mujeres; y cómo su interacción social, depende de la construcción particular de las relaciones de género que se dan dentro de su sociedad y cómo cambian e interactúan con el tiempo

“Es necesario cuestionarse las jerarquizaciones sexuales que se han ido construyendo los sistemas tradicionales y plantearse como las nuevas o renovadas propuestas van a responder a la desigualdad entre las personas en función del género. Quizás sea debido a que los conceptos que utilizamos son todavía limitados (y para eso tenemos que continuar el debate y la reflexión), quizás el problema sea la resistencia que muchos tenemos en visibilizar a las mujeres y a las cuestiones de género en dichos escenarios” finalizan la investigación.

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