89% de las personas que ven una serpiente intentan matarla

 

 

 

 

 

*Los investigadores mencionan que, México cuenta con la mayor riqueza de serpientes venenosas del continente americano y uno de los estados más diversos es Chiapas, con 113 especies de serpientes, de las cuales 20 son venenosas.


Bothriechis aurifer es una especie de serpiente venenosa que pertenece a la subfamilia Crotalinae, cuya área de distribución incluye México y Guatemala. Cortesía: Gabriel Payes.

Jorge Hidalgo García, José Cedeño Vázquez y David González Solís, investigadores del El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) junto con Roberto Luna Reyes, investigador de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN), realizaron un trabajo denominado “Modelaje de la distribución geográfica de cuatro especies de serpientes venenosas y su percepción social en el sureste de la Altiplanicie de Chiapas”,.

En la investigación se resalta que las cuatro especies se encuentran en alguna categoría de riesgo en la NOM-059- SEMARNAT-2010 y son de importancia médica.

Los investigadores describen a la Nauyaca de árbol manchas amarillas (Bothriechis aurifer), Víbora de cascabel (Crotalus simus), Coralillo (Micrurus diastema) y Serpiente coralillo elegante (Micrurus elegans), como especies que habitan en el área sureste de la Altiplanicie de Chiapas, por lo que para su investigación realizaron entrevistas para determinar la percepción y la relación que tienen las serpientes venenosas con las poblaciones humanas.

Además, los investigadores añaden que son escasos y se conoce poco sobre su distribución las 4 especies de su investigación, por lo que creen necesario actualizar dicho conocimiento.

Aún cuando se han hecho algunos estudios de distribución potencial con reptiles en México, incluyendo serpientes venenosas, éstos no han abarcado el área de distribución completa de algunas especies (…) La manera en la que es conocido y percibido un animal por una comunidad humana, constituye parte del sistema del conocimiento tradicional, el cual puede ser considerado paralelo al sistema del conocimiento científico y genera determinada actitud de la gente hacia éste”, comentan los investigadores.

La serpiente de cascabel centroamericana (Crotalus simus) es una especie de serpiente venenosa que pertenece a la subfamilia de víboras de foseta. Cortesía: Matthieu Berroneau.

Los investigadores exponen que, se han realizado estudios sobre percepción social hacia las serpientes del género Crotalus en el norte de México, pero no para el resto de las especies de serpientes venenosas en el país, incluyendo Chiapas.

En cuanto al uso medicinal de la fauna silvestre, los autores hicieron un estudio en la parte central de la Altiplanicie de Chiapas y en un ejido del sureste de esta región, sin embargo, es poco lo que conocen sobre los usos hacia las serpientes venenosas en el área.

Además, su trabajo investigativo aborda el análisis de la distribución geográfica de las 4 serpientes venenosas, mediante el modelado de nicho ecológico y la percepción de las personas hacia estas especies con la aplicación de entrevistas a los pobladores, determinaron las variables ambientales que influyen en su distribución y evalúa su representatividad en las Áreas Naturales Protegidas (ANP).

Los investigadores integraron una base de datos con 918 registros: Coralillo (603), Serpiente coralillo elegante (76), Nauyaca de árbol manchas amarillas (35) y Víbora de cascabel (204), la mayoría corresponden a registros de literatura, bases de datos en línea, informes técnicos de proyectos de investigación y ejemplares de museos, mientras que el resto, 14 registros, fueron obtenidos mediante muestreos de campo.

Las cuatro especies de serpientes venenosas reportadas en el presente trabajo se encuentran en distintas categorías de riesgo y la Nauyaca de árbol manchas amarillas tiene distribución restringida, la Víbora de cascabel y Coralillo tienen distribución más amplia, abarcando países centroamericanos, exponen los autores.

Es de tamaño mediano, en ocasiones sobrepasa los 850 mm. Cortesía: Iris Melgar.

Hidalgo, Vázquez, González y Luna exponen que, Micrurus diastema tiene una distribución extensa, en especial Quintana Roo y Yucatán, su límite de distribución al norte corresponde a la parte central de Veracruz y noroeste de Puebla, y al sur hasta el oriente de las Montañas Chortí, en Honduras, se encuentra bien representada en las ANP de México, Guatemala y Belice.

Respecto a la M. elegans el límite norte de su distribución es similar, desde la parte central de Veracruz y noroeste de Puebla, hacia el sureste pasando por Oaxaca y Chiapas, hasta la parte central de Guatemala, esta especie se encuentra mejor representada en las ANP de Chiapas.

En cuanto a B. aurifer se distribuye desde el límite del área sureste de la Altiplanicie con las Montañas del Norte de Chiapas, hasta la Sierra de las Minas en Guatemala, pero con poca presencia en las ANP.

Y Crotalus simus se distribuye desde la Llanura Costera Veracruzana y el Istmo de Tehuantepec hasta Costa Rica, en la Cordillera Volcánica Central, pero es mayor hacia la costa del Pacífico, en donde tiene buena representatividad en las ANP.

La serpiente coralillo elegante (Micrurus elegans) es una especie de serpiente venenosa que pertenece a la familia Elapidae. Cortesía: Miguel Angel de la Torre Loranca.

Por otro lado, los autores mencionan que, el 89% de los pobladores entrevistados dijeron que al ver una serpiente a la que consideran venenosa la matan o intentan matarla, aunque existen diferencias significativas en la acción que realizan en función del grado de estudios que tienen, a menor grado de estudios mayor intención por matarlas.

Respecto al conocimiento sobre el hábitat, el 42% de los entrevistados dijeron que la Víbora de cascabel se encuentra en los ocotales, aunque también en milpas, zacatales, acahuales y roblares, además la mayoría coincidió en que B. aurifer habita en lugares húmedos de la montaña.

Los autores comparten que, el 66% de los entrevistados mencionó que ha habido mordeduras a personas y animales domésticos, el mayor número de casos corresponden a Mano de piedra centroamericana (Atropoides mexicanus) con 38% y la Nauyaca Centroamericana de Montaña (Cerrophidion godmani) con el 28 por ciento.

Los de menor valor fueron la Víbora de cascabel con el 14%, Nauyaca de árbol manchas amarillas el 10 por ciento, Coralillo representó el 7% y la Terciopelo con el 3 por ciento.

En el caso de mordeduras, el tratamiento principal consiste en ingerir bebidas alcohólicas, aunque algunos toman curarina y nauyacol. Sólo una persona mencionó que sabía o tenía noción acerca de la utilidad del suero antiviperino, actualmente conocido como faboterápico, relatan los investigadores.

Hidalgo, Vázquez, González y Luna acentúan que, en diferentes localidades los pobladores matan a la Víbora de cascabel, por el uso medicinal que se le atribuye o para venderlas a personas que provienen de otras comunidades, a un precio que varía desde 50 hasta 3000 pesos dependiendo del tamaño del ejemplar.

Acerca del uso medicinal, el 53% dijo que es para curar el cáncer, aunque un 16% mencionó que también sirve para el “espanto”, dolor en general represento el 13%, dolor de anginas, fiebre, tos, cicatrización de heridas y para tener hijos obtuvo un 3 por ciento cada uno.

Esta especie también es usada como alimento y su piel se emplea para hacer cinturones. Sólo una persona comentó que también el coralillo es usado con fines medicinales, añaden los investigadores.

Los autores puntualizan que, el 73% de los entrevistados piensan que no se deben de proteger a las serpientes venenosas, aunque hubo diferencias significativas en las respuestas entre personas con distintos niveles de escolaridad, quienes creen que se debe proteger cuentan con estudios como primaria, secundaria y preparatoria.

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¿Sabes que existe una brigada especializada en la atención de mordeduras?

La Brigada para la Atención de Intoxicaciones por Animales Venenosos lista ante cualquier emergencia. Cortesía

Con la integración de especialistas en biología y medicina, hace poco más de 6 meses se integró la Brigada para la Atención de Intoxicaciones por Animales Venenosos, la cual se mantiene lista ante cualquier emergencia por mordeduras de arañas o serpientes que sean de importancia médica y puedan comprometer la vida.

Víctor Moreno, especialista en la identificación de serpientes, biólogo e integrante de esta Brigada, informó que esta iniciativa parte de la Red para la Conservación y Divulgación de los Reptiles Venenosos de Chiapas, quien observó la necesidad de capacitar a personal de salud y comunidades sobre los accidentes con arañas y serpientes.

 

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