Une a indígenas y mestizos resistencia contra “proyectos de muerte”

Indígenas y mestizos buscan hacer frente a proyectos extractivos. Foto: Radio Expresión

Indígenas y mestizos buscan hacer frente a proyectos extractivos. Foto: Radio Expresión

 

Por Leticia Ánimas Vargas

Geográficamente divididos por la cadena de montañas de la Sierra Madre Oriental, la defensa de la tierra y del agua ha unido a los indígenas nahuas y totonacos y a los mestizos que habitan el norte del estado de Puebla en un frente contra la explotación minera y la instalación de plantas hidroeléctricas.

Aunque la información oficial sobre los denominados “proyectos de muerte” se ha dado a cuentagotas se sabe que el gobierno federal ha entregado más de 90 concesiones en 31 municipios de la sierra norte que abarcan poco más de 113 mil 507 hectáreas de terreno y se ha proyectado la construcción de nueve plantas hidroeléctricas en la misma zona.

El 50 por ciento de las concesiones entregadas son para extracción de oro, plata, plomo, cobre y zinc. Otras son para plomo, manganeso y minerales no metálicos como feldespato y sílice cuya extracción en los municipios de Honey y Ahuazotepec tiene más de 60 años y ha crecido de manera proporcional a la deforestación de los bosques en ambas demarcaciones.

Sin embargo, habitantes de las sierras alta y baja o de la oriental y noroccidental, han tomado conciencia del riesgo de que este territorio pueda ser devastado por la explotación minera a tajo abierto o inundadas por la construcción de enormes represas y sus aguas contaminadas por cianuro y mercurio.

En la acometida contra los recursos naturales de la región participan dos transnacionales canadienses Almaden Minerals -que se presenta a través de sus empresas Minera Gavilán y Minera de Zapata- y Gold Corp que coinciden con grandes empresas mexicanas como Minera Plata Real, Frisco, propiedad de Carlos Slim y Grupo México de Germán Larrea.

Las mineras cuentan con que se podrán abastecer del agua de los ríos Zempoala, Papaloteno, Ajajalpan, Ahuacatlán, Necaxa y como necesitarán mucha energía eléctrica para triturar y centrifugar las piedras y no quieren enchufarse en la red de la Comisión Federal Electricidad que a menudo tiene fallas y es demasiado cara, construirán represas en algunos de esos caudales.

Por ejemplo, desde en abril de 2011, Grupo México  inició gestiones para construir tres represas en el río Ajajalpan, donde sus agentes han empezado a presionar a los pequeños productores para que vendan sus tierras, sin embargo se toparon con la decisión de un puñado de indígenas totonacos, de Ignacio Zaragoza, en Olintla, que en diciembre de 2012 bloquearon el acceso a un enorme tractor que trazaría el camino para la construcción de uno de los vasos de agua, hasta que la empresa anunció la cancelación de su proyecto.

La explotación de los yacimientos minerales en la región data de la época prehispánica, alcanza su máxima expresión durante el siglo XVIII, pero siempre se hizo de manera rudimentaria sin usar azogue o mercurio, solo unas pequeñas pailas hechas con cuernos de toro.

Tras la expedición de la Ley de Minas en 1992, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se entregó a diversas empresas mineras, nacionales y extranjeras, 30 por ciento del territorio nacional y en la Sierra Norte se reiniciaron las actividades al amparo de estas normas, que las consideran como de “utilidad pública, preferentes y libres de impuestos”.

Luego de que en 2011, se ubicara a la entidad poblana en el primer lugar de la riqueza minera nacional, a  partir de estudios realizados por el gobierno federal que definieron una nueva cartografía geológico-minera, geoquímica y geofísica, en el primer semestre de 2012, se entregaron 312 concesiones, que representan el 23 por ciento de los mil 343 nuevos títulos dados en el país en ese periodo.

De acuerdo con el sexto informe de gobierno de Felipe Calderón la localización de 110 nuevos puntos con potencial minero, permitiría incrementar la estrategia en el sector y situar a Puebla, junto con Oaxaca, Baja California, Sinaloa y Zacatecas como la base para definir proyectos de exploración e incrementar el valor de la industria extractiva del país.

Es la Minera Gavilán S.A. de C. V., uno de los nombres con los que trabaja la canadiense Almaden Minerals, la empresa a la que se le ha concesionado la mayor extensión de territorio en el estado: 70 mil hectáreas de donde podrá extraer oro, plata y cobre; 31 mil 666 de estas hectáreas de terreno están en el municipio de Libres

El resto están repartidas en Tetela de Ocampo con 11 mil 201 hectáreas en el predio denominado Cerro Grande I; Zautla con 3 mil 28 hectáreas en El Cerro Grande; Ahuazotepec con 9 mil 942 hectáreas en el predio Terrerillos;  otras 9 mil 690 hectáreas en Xochiapulco; 376 en Guadalupe Victoria y en Tepeyahualco con 4 mil 180 hectáreas.

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