Paternar: derecho invisible para la industria automotriz en Puebla
*Este trabajo fue publicado originalmente en Lado B, que forma parte de Territorial Alianza de Medios. Aquí puedes consultar su publicación.
Primera de dos partes
“Mi hijo más grande prácticamente se crió sólo con mi esposa”, cuenta Ulises*, en el 2006 él empezaba a trabajar en la industria automotriz y quería crecer, así que se quedaba horas extras. “Entraba a las 6 de la mañana y salía 7 de la noche […] iba llegando a la casa a las 8 de la noche. Entonces, ya no te da para convivir con tus hijos al 100%, con tu familia”, dice.
Ulises trabajó más de 20 años en proveedoras de Volkswagen y Audi, tiempo en el que llegó a una jefatura, pero decidió renunciar porque incluso el Día del padre, que era festivo (aunque no feriado oficial), y varios fines de semana tuvo que regresar a la empresa a resolver imprevistos. Recuerda que cuando nació la segunda cría en 2012, le dieron sólo dos días a modo de licencia de paternidad porque tenía responsabilidades que cumplir.
En México poco se habla del derecho a paternar. La propia Ley Federal del Trabajo establece únicamente 5 días de permiso de paternidad, contra los 84 días de licencia que tienen las madres trabajadoras. De acuerdo con el estudio “Licencias de paternidad, mayor equidad de género”, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), para fomentar una mayor participación de los hombres en el trabajo de cuidados y de las mujeres en el mercado laboral se necesitaría ampliar los días del permiso de paternidad y que su financiamiento sea, como en el caso de las mujeres, entre el Estado, la empresa y la persona empleada.
Esto ayudaría, además, a equilibrar los trabajos de cuidados en el país, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (Enasic) 2022, en México las mujeres dedican 37.9 horas semanales a estas actividades y los hombres, 25.6 horas, es decir, 32% menos.
El derecho a paternar en México y el mundo
Los únicos artículos de la Ley Federal del Trabajo donde se abordan los derechos los trabajadores a cuidar de hijas e hijos son el 132 fracción XXVII Bis, donde se establece la obligatoriedad de la parte patronal de dar 5 días pagados de permiso de paternidad por nacimiento o adopción y el XXIX Bis, referente al cuidado de infancias diagnosticadas con cáncer.
Paola Vázquez, investigadora del IMCO, dice que los días de permiso con goce de sueldo otorgados a los trabajadores cuando tienen hijas o hijos son reducidos quizás porque son pagados totalmente por las empresas. Por ello “los empleadores, pues no las propician porque es caro para las empresas”, dice Vázquez.
Aunque durante los últimos años se ingresaron propuestas para ampliar los permisos de paternidad, como la de 2023, para dar 24 semanas por nacimiento o adopción; y la de 2025, para incrementar a 10 días, las iniciativas no han prosperado, lo cual coloca a México muy por detrás de otros países que están a la vanguardia en el tema.
De acuerdo con el IMCO, en Colombia, Venezuela y Paraguay se dan 14 días de permiso o licencia de paternidad, mientras que en Uruguay son 13; y en Ecuador y Perú, 10 días. En Europa, según datos de la BBC, Suecia y Finlandia otorgan licencias parentales pagadas por familia, en el primero por 16 meses y en el segundo por 14, para que se dividan entre madre y padre o los goce una sola persona en caso de ser una familia monoparental.
En Alemania, país de origen de las armadoras instaladas en Puebla, existen permisos parentales por hasta 36 meses sin goce de sueldo, aunque el Estado subsidia el 65% del salario del trabajador durante los primeros 12 meses si solo una persona toma la prestación o 14 meses, si lo toman ambas partes.
En contraste, las prestaciones de las armadoras no son las mismas en territorio mexicano, aunque ofrecen algunas ventajas. Por ejemplo, Marcos* trabaja en la planta de Volkswagen en un área administrativa, gracias a lo cual hace teletrabajo algunos días a la semana y escoge entre tres opciones de horario el que mejor se acomode con sus actividades paternales. “Eso es una buena ventaja […] me da la posibilidad de involucrarme más en las tareas de los niños y de la familia”, comenta.
En el caso de los permisos de paternidad, a Marcos la empresa le dio sólo 3 días cuando nacieron sus crías, no los 5 marcados por la ley y un lapso muy por debajo del que tienen los trabajadores en la planta alemana.
Si bien Marcos tiene mejores condiciones para cuidar de sus hijes, cosa que él disfruta mucho, también hay complicaciones. “La parte que me ha costado es que hay siempre como una presión social laboral de cómo tienes que irte haciendo en la empresa […] una posición de management (gerencia) involucra dedicar más tiempo a la empresa y eso lógicamente te quita tiempo hacia la familia”, sostiene con un poco de pesar.
Si bien el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha contribuido a que en la industria automotriz obreras y obreros mexicanos tengan mejores condiciones laborales al equipararse salarios y puestos, entre otras medidas, en el caso de los permisos de paternidad, ni Estados Unidos ni Canadá tienen mejores prestaciones. Más aún, con las nuevas negociaciones sobre T-MEC que se proyectan durante el segundo mandato del presidente Donald Trump, estos avances podrían desvanecerse e, incluso, eliminarse la promoción de “la capacitación económica de las mujeres y niñas vulnerables”, que actualmente sí está presente en el tratado.
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Sin derecho a paternar ¿quién asume el trabajo de cuidados?
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para 2017 había 824 mil personas empleadas en el sector automotriz en México, siendo 710 mil obreros y 114 mil empleados. El 63.4% de la fuerza laboral en la industria automotriz son hombres y sólo 36.6%, mujeres, quienes han incrementado su participación en el sector, según los censos económicos del Inegi.
Dado que más mujeres se han empleado en la industria automotriz en México, sería importante lograr que el trabajo de cuidados se distribuya también de forma igualitaria. Mirza Aguilar, académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), especializada en género y cuidados, señala la urgencia de que el Estado se involucre en el tema de los cuidados.
“Me parece que es políticamente urgente, porque en términos de conciliación y corresponsabilidad (en los cuidados), las mujeres son las que llevan la carga más fuerte en este sentido […] el cuidado debe ser una cuestión no solamente familiar, sino social”, apunta.
Y es que, de acuerdo con Oxfam México, el trabajo de cuidados (entendido como el trabajo necesario para satisfacer las necesidades vitales y cotidianas, además de atender física y emocionalmente a niñas, niños y personas mayores, enfermas o con discapacidad), es cargado a las mujeres “de manera gratuita, precaria e invisible”. Esta situación les impide “acceder a educación, salud, empleo digno y suficiente, participación política, contextos libres de violencia y todo aquello que signifique para ellas construir y disfrutar de vidas plenas y satisfactorias”.
En ese sentido, Paola Vázquez, del IMCO, agrega que si bien los permisos de paternidad no garantizan que los padres tengan un rol activo en los cuidados, ni que se reduzca la carga de trabajo no remunerado de las mujeres, que es la principal causa de que no participen en el mercado laboral, podrían ser un primer paso para disminuir desigualdades de género en el mercado laboral.
También dice que sería muy bueno contar con información pública. “(Buscar) alguna forma de transparentar estos datos […] y así podemos estimar la brecha por organización y por nivel de puesto”, expone la investigadora del área Mujer en la Economía.
Pese a ello, actualmente no existen datos públicos desglosados respecto al otorgamiento o tramitación de licencias de maternidad y permisos de paternidad; lo que, de acuerdo con la especialista, podría dificultar el diseño de políticas públicas que favorezcan la distribución de los cuidados en las familias trabajadoras.
Ante la falta de datos abiertos, para esta investigación se solicitó, vía la Plataforma Nacional de Transparencia, información sobre quejas o denuncias de los trabajadores por la falta o negación de permisos de paternidad en las 32 entidades federativas, principalmente en el sector automotriz.
De acuerdo con la respuesta de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del gobierno federal, en ninguna de sus 32 delegaciones hay quejas al respecto.
Por otro lado, a las autoridades del estado Puebla se les pidieron datos sobre quejas en torno al trámite de licencias de maternidad y de 2020 a la fecha no se ha presentado ninguna, tampoco hay por despidos injustificados relacionados a la maternidad o embarazo.
Aguilar, por su parte, sugiere garantizar el acceso a las guarderías infantiles y conforme a las necesidades de las familias. “Sería una oportunidad que se amplíen los horarios de cuidado, ver cuáles son los turnos y que se involucre la inversión estatal en estos asuntos […] Y eso sería una cuestión que el sindicato pudiera pedir”, apunta la académica.
Aunque la familia de Ulises no ocupó las guarderías públicas, por experiencias de sus colegas piensa que debería haber algunas cerca de las empresas y que en el mismo transporte de personal se pudiera llevar a las infancias. “Hubo como dos o tres (montacarguistas) que eran divorciados y criaban a sus hijos, tenían que pagar a una persona para que los llevara a la escuela y los regresara. Había otros que definitivamente los dejaban con llave, me decían: No pues yo tuve que dejar a mi hijo encerrado porque ahora sí no hubo nadie que me lo cuidara”, recuerda.
Estas facilidades podrían ser impulsadas por los sindicatos de la industria automotriz en Puebla, pero sin la voluntad de trabajadores y representantes sindicales las paternidades continuarán invisibilizadas.
* Los nombres de los trabajadores fueron modificados para resguardar su identidad.
** Ilustración de portada: Carolina Mohina
Este reportaje fue elaborado en el marco del “Laboratorio de investigación periodística sobre derechos laborales y libertad sindical de los y las trabajadoras de la industria automotriz”, organizado y financiado por Lúminas Centro de Derechos Humanos AC.

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