Texto: Marlén Castro
Foto: Intervención de Art.M
Barcelona Lunes 15 de septiembre del 2025

“¿Y ahora como le digo a mi familia que me voy a Gaza?”, se preguntó Karen Castillo, coordinadora del Observatorio Memoria y Libertad, cuando, por mensaje de Whatsaap, le confirmaron que había sido aceptada para formar parte de la Global Sumud Flotilla, una misión internacional que partió de Barcelona, España, el domingo 31 de agosto para llevar alimentos y medicamentos a Gaza.
Desde que recibió la noticia, la ansiedad le ocasionó mareos, ganas de vomitar y le quitó el hambre. Las emociones que la atravesaron fueron muchas. La principal, cómo dar una noticia de este calibre a su familia. Las imágenes que circulan en las redes sociales de los bombardeos sobre Gaza y los tiroteos de francotiradores invitan a salir corriendo de ahí, no al revés.
Karen leyó la convocatoria sobre la flotilla a mediados de agosto, cuando iba en autobús rumbo a Chiapas, al Encuentro de Resistencias y Rebeldías en territorio zapatista. Durante el viaje de 18 horas en autobús, llenó el formulario desde su celular, sin pensar que podría ser aceptada.
Después del encuentro y cuando regresó a CDMX, recibió un correo del Movimiento Global por Gaza. Le pedían más información de su trayectoria personal como activista y del Observatorio de Derechos Humanos Memoria y Libertad. En ese momento, sintió que había posibilidades de ir en la misión.
El 21 de agosto recibió un nuevo correo, ahora de agradecimiento por participar en esta convocatoria, con la invitación para seguir apoyando el movimiento, con la noticia concreta de que no había sido elegida.
“Me entristecí, pero seguiría participando en acciones a favor de Gaza porque ya formaba parte de la comisión de comunicación del Movimiento Global por Gaza en México que gestionaba los puentes con el movimiento global”.
Karen se ha integrado a varias actividades en México para exigir se detenga el genocidio en Gaza, al igual que participa en varios movimientos de defensa del territorio en los estados del país.
Karen quería ir a llevar ayuda a Gaza porque “la lucha palestina no es un hecho aislado de las diversas luchas en México”, porque los mismos países y empresas que patrocinan el genocidio son las mismas que tienen megaproyectos impuestos con violencia”. Son los mismos que despojan del territorio y del agua, afirma.
Su vida continúo. Se iba a sus clases de derecho, a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinaba el Observatorio, hasta que el martes 26 de agosto recibió un mensaje de Whatsaap en el que le decían que el contenido del correo había sido una equivocación, que sí había sido seleccionada.
Para Karen los preparativos para su nueva acción humanitaria pasaron de manera acelerada. Cuando recibió el mensaje era martes. El viernes la esperaban en Barcelona para un entrenamiento y el domingo salió en la flotilla, a bordo del barco El Huga, junto a otras 19 embarcaciones en una de las misiones más arriesgadas e importantes de su historia como activista.
Ir en la flotilla a Gaza, para los 300 activistas de 44 países que abordaron 20 embarcaciones en Barcelona para abrir un corredor humanitario hasta Gaza, con comida, medicinas y médicos, implica enfrentarse a uno de los ejércitos más temibles del mundo.

Explicaciones geopolíticas detrás del genocidio
Hay medios que usan la palabra guerra para nombrar lo que está pasando en Gaza por el asedio de Israel, aunque las imágenes que muestran son de niñas, niños, adultos mayores y mujeres a las que, por el hambre, se les doblan las rodillas y la piel se les pega a los huesos.
Otros medios le llaman genocidio. Para Karen y los cerca de 300 activistas de los 44 países de la flotilla, lo es.
Cada día, de acuerdo con lo que reportan los pocos medios de comunicación que cubren el genocidio, miles de personas se forman con ollas en los punto de entrega de comida en la franja de Gaza para recibir alimentos de parte de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En varias ocasiones, gazatíes fueron atacados a tiros por soldados israelíes mientras estaban formados para recibir comida. La ONU reportó la muerte de 410 habitantes de Gaza en esas circunstancias.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos indicó que esos asesinatos constituyen crímenes de guerra.
“Esos puntos de repartición de alimentos se han convertido en lugares de confusión y muerte para los palestinos hambrientos y desesperados”, citó la organización en un comunicado.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, citado por la agencia AP, hasta el 31 de agosto, desde 2023 que se recrudeció el bloqueo de Israel sobre el pueblo palestino, 332 personas murieron de hambre y casi medio millón, aproximadamente, una cuarta parte de la población de Gaza, enfrenta un hambre catastrófica.
En este periodo, unos 63 mil palestinos murieron bajo los bombardeos y 159 mil resultaron heridos.
Pedro Brieger, un sociólogo argentino que escribió uno de los libros más sencillos para comprender el conflicto palestino-israelí, sostiene, -más allá de lo obvio de que el origen del problema son dos pueblos reclamando un territorio como propio- que el Estado de Israel fue una invención de judíos europeos asimilados por el capitalismo, apoyados por las potencias europeas a las que les convenía aliados en el oriente medio, por lo que representa esa región con sus recursos petroleros.
Otro estudioso del tema, Juan Manuel Zunzunegui sostiene que tanto el Estado Israelí como el Estado Palestino son dos invenciones de los poderosos por el valor geopolítico del medio oriente.
Zunzunegui sostiene que este conflicto es un tema de intereses imperialistas, un enclave occidental de los países poderosos para construir un paso alternativo al canal de Suez en la franja de Gaza.
Lo que las imágenes dejan ver, de acuerdo con una definición de diccionario, es, en efecto, un genocidio. La Real Academia Española establece que se denomina así al exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivos de raza, etnia, religión, política o nacionalidad, como lo sufrieron los judíos a manos de los alemanes nazis en medio de la segunda guerra mundial.
El origen es una historia larga, tan larga como las millas náuticas que debe recorrer Karen Castillo en la Global Sumud Flotilla para llegar a Gaza, si lo consiguen.
De acuerdo con la historia religiosa, el pueblo judío fue expulsado de la tierra de Israel por los romanos en el siglo uno. Surgió entonces la diáspora judía, es decir, la dispersión de los habitantes de ese pueblo por el mundo conocido.
Sin judíos, confrontados por temas de religión con los musulmanes, éstos se extendieron por Palestina, un territorio que ha tenido varios nombres y varios pueblos han reclamado su derecho a poseerlo.
Los siglos siguientes, el pueblo judío vivió persecuciones y enfrentó masacres, hasta el holocausto durante la segunda guerra mundial.
La Enciclopedia del Holocausto establece que los alemanes nazis asesinaron a seis millones de judíos, pero no fueron sus únicas víctimas, también sucumbieron prisioneros de guerra soviéticos, polacos étnicos, romaníes y personas con discapacidades, entre otros.
Al finalizar este conflicto bélico, las potencias ganadoras Inglaterra y Francia aceptaron fundar en Palestina, en 1948, el Estado de Israel, “por la culpa colectiva del holocausto”, afirma Brieger.
A partir de esa fecha, el conflicto de tiempos bíblicos entre musulmanes y judíos se renovó e Israel, tras sucesivas guerras con los musulmanes ha ganado terreno en Palestina gracias al apoyo económico de varios países, principalmente, Estados Unidos.

Karen Castillo
El Huga, el barco que fue la casa de Karen durante ocho días, del 31 de agosto al 8 de septiembre, se balancea con las ondas marinas. Es cerca de medio día. Karen está en la proa viendo cómo se acercan a Túnez. Está lista para bajar a la ciudad. Durante estos ocho días Karen no se quitó los tenis ni para dormir.
Así lo hizo, según compartió, para estar preparada ante cualquier emergencia, como un dron armado, una intercepción o un ataque aéreo. La mayoría de sus compañeras y compañeros que van en El Huga, anduvieron descalzos. “Yo, viniendo de varias experiencias en México, he aprendido que es mejor estar preparada”.
Todos los días, Karen y sus 19 compañeros realizaron simulacros, un entrenamiento ante la posibilidad de un ataque.
“Esa probabilidad nos acecha con más intensidad a medida que nos acercábamos más a Palestina”.
Karen comparte que cada día tiene temor ante la posibilidad de tener frente a ella a soldados israelíes, como ya pasó a otros activistas en misiones rumbo a Gaza.
“Intento comprender que hay en el corazón del soldado israelí, de los israelíes en general a favor del genocidio del pueblo gazatíe. Me pregunto ¿cómo fueron educados y entrenados para sentir tanto odio? Creo que para llegar a este punto de querer eliminar y borrar del mapa a todo un pueblo debieron pasar por un proceso de deshumanización muy cruel”.
El domingo 7 de septiembre, tras ocho días navegando en el Mediterráneo, la Global Sumud Flotilla, llegó a Túnez para reabastecer a los barcos de combustible, de comida para la flota y los activistas, y para que éstos descansen y se bañen. En los barcos el agua es solo para las necesidades apremiantes.
La estancia en Túnez, antes de llegar a Gaza, no se sabe cuánto durará.
Este domingo 14 de septiembre, los barcos de la flotilla ya cumplieron ocho días anclados en el puerto tunecino.

De México para Palestina
En la flotilla van junto con Castillo otros cinco integrantes de México, quienes también aplicaron en la convocatoria lanzada por el comité del Movimiento Global por Gaza.
Los otros cinco integrantes de la flotilla son el documentalista Carlos Pérez Osorio, quien registra la situación en Gaza desde hace más de una década; la socióloga Sol González Eguía, con más de 30 años de experiencia en contextos de guerra, la periodista Arlín Medrano, la politóloga y profesora Dolores Pérez Lazcarro, especializada en resolución de conflictos y el periodista Ernesto Ledezma, director y reportero de Rompeviento TV.
Por seguridad, las delegaciones de los 44 países presentes en la flotilla no viajan en el mismo barco, fue lo que se informó el día que zarparon.
La misión continúa a pesar de un ataque
La noche del lunes, Karen y Ernesto, ambos de la delegación mexicana, regresaban de una reunión al hotel donde pernoctan cuando comenzó a correr la voz que uno de los barcos había sido atacado con drones armados.
Fueron al puerto y comenzaron a grabar el incendio de uno de los principales barcos de la flotilla, el conocido como Family Boat. Ambos comenzaron a transmitir en directo a sus medios y redes sociales.
El gobierno de Túnez aseguró que el incendio se debió a colillas de cigarro dejadas en el barco. Los activistas sostuvieron en entrevistas en los medios de comunicación que se trató de un ataque con dron armado.
Karen compartió en llamada por whatsaap que la misión continuaría a pesar de lo ocurrido.
Lo que ocurrió, contó la activista, es un ejemplo de lo que Israel podría hacer contra la flotilla, lo cual no era una sorpresa.
“Si Israel ataca a otros países. Ataca a Palestina, a Líbano, a Irán, a Yemén y esta misma mañana atacó a Doha, la capital de Qatar, en donde se están llevando a cabo negociaciones en las que el mismo Israel participa, porque no atacaría a una flotilla, que es una iniciativa civil en la que vamos personas civiles sin entrenamiento militar, sin capacidad, ni siquiera con experiencia en misiones humanitarias”.
Concluyó que fue una muestra de la magnitud a lo que se enfrentan “a un país con todo el permiso del norte global de bombardear a cualquier país y a cualquier persona en territorios soberanos”. Pidió a los habitantes de países del norte global exigir a sus gobiernos que dejen de apoyar el genocidio. Solo así, cree, el exterminio de los habitantes de Palestina por Israel, parará.
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