Centro de Monitoreo Vulcanológico UNICACH: la vanguardia de la prevención

Investigadores en el Centro de Monitoreo Vulcanológico UNICACH:
Foto: Cortesía
El Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) es un ejemplo de cómo la educación puede ponerse al servicio de la sociedad, gracias a su Centro de Monitoreo Vulcanológico-Sismológico.
Este Centro representa un esfuerzo conjunto entre la dirección y los investigadores del Instituto. Hoy, después de diez años, se cuenta nuevamente con la notificación en tiempo real de la actividad sísmica de uno de los tres volcanes más peligrosos de México: el Chichonal.
Sandra Urania Moreno, directora del Instituto, reconoce la amenaza latente que significaría una erupción del Chichonal. Por ello, ha trabajado en consolidar un sistema robusto y visionario, demostrando que la universidad pública puede cumplir de forma tangible su compromiso con la sociedad.

Sandra Urania Moreno, directora del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH)
Gracias a una gestión efectiva, se destinó financiamiento del Fondo de Atención a Desastres de la Secretaría de Protección Civil para mantener las tres casetas de monitoreo del volcán, que cuentan con sensores sísmicos compartidos entre la UNICACH y el Servicio Sismológico Nacional. Con la actualización de estos equipos, hoy se transmite información en tiempo real, algo que no ocurría desde hace una década.
El monitoreo continuo es vital, pues permite detectar sismos de baja magnitud que solo pueden identificarse con estaciones locales. Esta información es clave para analizar patrones de actividad y tomar decisiones oportunas.
Somos los únicos portavoces de esta información. Por lo pronto, la hemos compartido con el Servicio Sismológico Nacional, lo que ha generado interés y respaldo de las instituciones estatales. Es crucial garantizar la continuidad de la transmisión de datos en tiempo real, enfatizó Moreno.
Pese a los avances, el Centro de Monitoreo enfrenta retos importantes: asegurar recursos para sostener el proyecto y fortalecer las capacidades humanas y tecnológicas, a pesar de la reciente adquisición de software especializado para análisis de datos.
La prevención salva vidas
El monitoreo constante permite contar con datos confiables para identificar cualquier actividad anómala de los volcanes Chichonal y Tacaná.
“No es que antes no hubiera sismos, pero no existían registros. Ahora sí podemos poner atención. No significa que habrá una erupción mañana, pero es fundamental estar alerta para evitar una catástrofe como la de 1982”, advirtió Moreno.
Cabe recordar que la erupción del Chichonal en marzo de 1982 tomó por sorpresa a la población debido a la falta de tecnología. Hoy, gracias a la infraestructura instalada, se puede ganar tiempo valioso para activar protocolos de protección civil y salvaguardar vidas.
“El monitoreo nos da tiempo para actuar y que las autoridades implementen las medidas necesarias”, explicó la directora. También aclaró que el Instituto no provoca sismos ni erupciones, pero sí cumple un papel fundamental al generar información que permite tomar decisiones y prevenir tragedias mayores.
Mirada al futuro
En resumen, el Centro de Monitoreo se posiciona como la vanguardia de la prevención en la región. Sin este trabajo, sería muy difícil identificar patrones sísmicos y anticipar riesgos, lo que pondría en peligro a miles de personas.
Moreno subrayó que el Centro brinda certeza y confianza a la ciudadanía, y anunció planes para consolidar una red sísmica encabezada por la UNICACH, que incluiría la instalación de sensores en cada subsede de la universidad, aprovechando su infraestructura existente.
“Queremos mantener un contacto permanente con la sociedad. Siempre que deseen visitarnos, estamos a su disposición: la educación superior debe estar al servicio de todos”, concluyó.

No comments yet.