La crisis de MORENA ¿Quién pierde?

 

La crisis provocada por el Senador Adán Augusto López Hernández y sus relaciones inconfesables; más los viajes a Europa y Japón de los líderes más visibles del “segundo piso de la Cuarta Transformación” no pudo contenerse. Esas revelaciones sobre el también ex secretario de Gobernación y las millas acumuladas de los viajeros, significan un parteaguas dentro del movimiento que promovió la lucha contra la legendaria opulencia de los políticos mexicanos. Es de destacarse que los miembros del partido heredero de la izquierda mexicana repiten las prácticas que precisamente la izquierda histórica siempre repudió.

El problema del “segundo piso de la Cuarta Transformación” es que nadie -por lo menos hasta ahora- tiene el “manto protector”, la resistencia o la capacidad de salir con una “fuga hacia adelante” que tenía el ya líder vitalicio Andrés Manuel López Obrador. En su camino hacia la presidencia y a la construcción del nuevo partido hegemónico nacional, López Obrador resistió todo y se sobrepuso a todo.

Ahora bien, ¿Quién se beneficia de la sacudida morenista?

Desafortunadamente para la democracia mexicana, MORENA no tiene contrapesos políticos, es decir; la oposición no existe. Es cierto, el fin de los partidos políticos tradicionales lo marcaron las sucesivas crisis económicas nacionales y la opulencia de los políticos; pero en MORENA conviven ex priístas, ex panistas y también se le sumaron partidos políticos que se han ido acomodando a las sucesivas coyunturas políticas nacionales; estamos hablando del Partido Verde y del Partido del Trabajo.

En consecuencia, la “sacudida morenista” no beneficia a la oposición, aún y cuando haga un festín de los excesos del “segundo piso” morenista.

¿La crisis beneficia a la presidenta Claudia Sheinbaum?

Obvio que sí. Pero la pregunta es si la presidenta Sheinbaum aprovechará esa crisis de los “morenistas” que evidentemente obedecen a Palenque y no a Palacio Nacional.

Al momento, todo indica que la presidenta ha decidido defender a sus colegas de partido. Es decir, tomó la decisión de asumir el costo político de esa defensa. El problema es que nada asegura que esa decisión tenga un resultado efectivo.

Habrá que recordar dos datos importantes, el primero de ellos es que fue un miembro del Ejército mexicano quien viralizó el tema de Adán Augusto y sus nexos con el grupo criminal hoy bastante mencionado y; el segundo dato es que las primeras quejas sobre los nexos inconfesables de Adán Augusto llegaron desde el actual gobernador Javier May.

Es innegable que uno de los pilares de la Cuarta Transformación son el Ejército Mexicano y también que Javier May es tabasqueño; pero no pertenece al hoy sacudido “Grupo Tabasco” cuyo líder visible es o era Adán Augusto López Hernández. May llega a la gubernatura tabasqueña a pesar del “Grupo Tabasco”, pudo lograrlo porque contaba con el apoyo total de Andrés Manuel López Obrador.

Entonces cabe preguntarse, ¿Porqué el Ejército y Javier May es pusieron en contra de Adán Augusto? Lo hicieron porque cuentan con el respaldo del ex presidente AMLO. En consecuencia, esa pugna Ejército-Adán-May es resultado del diseño político de López Obrador.

Recordemos que la etapa mexicana de “alternancia democrática” nos guste o no, quedó atrás en el 2018 con el triunfo del movimiento morenista. Desde entonces, el nuevo régimen ha buscado consolidarse y eso es lo que busca, retener el poder incluso por décadas. Por eso habría que hacer notar, que MORENA se comporta como un partido de régimen autoritario que no tolera la crítica. Basta ver a varios de sus militantes con cargo público que están utilizando los medios legales para silenciar a la crítica. Y es que, por definición, el autoritarismo significa rechazo a la pluralidad.

El debate está abierto, pero es necesario considerar que AMLO es el gran ganador de la crisis morenista. Y; en consecuencia, también el régimen que construye. Nada de lo que sucede en MORENA afecta su resiliencia y también, AMLO se ha caracterizado por “purgar” incluso a quienes le han sido files políticamente. En esta ocasión, aunque tal vez fue indirectamente, los escándalos de los viajes y las relaciones inconfesables de Adán Augusto, “compactan” más a un régimen que los ciudadanos mexicanos parecen decididos a darle más oportunidades políticas.

El único enemigo del nuevo régimen político mexicano es el exterior. Esas son las políticas americanas, especialmente las que se refieren a la lucha americana contra los narcóticos. Es decir, la sobrevivencia del régimen se juega en Washington y no en el país.

Los mexicanos están cómodos con MORENA. Al menos eso dicen las encuestas -a pesar de que los ciudadanos lo reconocen como un partido autoritario- y también los resultados del INEGI sobre la medición de la pobreza.

De hecho, el partido de AMLO es el más votado por la sociedad mexicana en los últimos años. La más reciente encuesta de El Financiero demostró que MORENA cuenta con el 64 por ciento de opiniones favorables y 28 por ciento de desfavorables.

Respecto a la situación económica nacional, el éxito de MORENA es evidente porque se ha concentrado en la política distributiva y ello ha significado sacar a millones de mexicanos de la pobreza. Si el método de intervención -es decir las transferencias y subsidios a los mexicanos- resultó eficaz, habrá que fortalecerlo.

La única observación que habría que hacer es que se ha dejado atrás la meya del crecimiento económico. Imaginemos la clase de país que tendríamos si combinamos a la alza el crecimiento económico y l reducción de la pobreza por ingreso.

X: @GerardoCoutino

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