The rock Must go on

Foto: Ghost
Cortesía
Por Hernán Brizuela Casimir*
Conocí a Ghost prácticamente desde el principio. El Opus Eponimus, su primer disco, lo encontré en la tienda de Amazon USA buscando discos para comprar. Las novedades recomendadas en la página de Amazon aparecían debajo de algún otro disco que se estuviera revisando. Por ejemplo, pude haber estado buscando el más reciente de Megadeth de esa época y como recomendaciones salían 10 discos relacionados con el heavy, thrash, speed, hard rock… etc. Si llamaba mi atención procedía a abrir Youtube (o Shazam: no existía otro método más eficaz en 2010 y por estos lares Spotify estaba aún en pañales). Si corría con suerte, ya estaba alguna canción o el álbum subido en Youtube y si me gustaba la propuesta procedía a meterlo al carrito de compras.
El proceso era algo largo. Después de escuchar en YouTube y juntar unos 15/20 cd’s en el carrito de Amazon, los compraba y eran enviados a un apartado postal en Miami que a su vez eran recolectados y enviados a otro apartado postal en Panamá. Esta actividad harto placentera la realizaba sobre todo en tiempos cercanos a las vacaciones cuando mis padres o yo viajábamos para allá o de cuando mi hermano venía de allá para acá.
Seguramente en esos ires y venires, con los años habré adquirido unos 100 discos (¿O más?). Así me compré las discografias completas de Mötorhead y Paradise Lost, así que, haciendo cálculos, sí pudo haber sido que compré esa cantidad tan solo en Amazon haciendo ese tour.
De ese modo, con esa bonita práctica, conseguí tanto discos de grupos nuevos (como Baroness, Gojira, Volbeat, Avatarium, Ghost Ship Octavius…) y como de otros que ya conocía pero que no vendían tan fácilmente en México (Amorphis, Helloween, Paradise Lost, Type O Negative, Apocalyptica…), fui conociendo más géneros musicales y creciendo mi colección.
Pero todo siempre tiene un origen, que se remonta a la década de los 80 del siglo XX en Discotecas Velasco en Xalapa (en la discoteca El Sótano eran discos importados y por lo mismo carísimos para la época). Adquirí en primera instancia LP’s y cassettes y ahí empezó el vicio. Alive II de Kiss en el puerto de Veracruz, fue mi primer disco de rock (mis papás me lo regalaron de cumple) y con el que inició mi recorrido rockero y que hoy solo lo tengo en el recuerdo porque se lo presté a un primo y nunca me lo regresó (lo conseguí años después en CD).
Y ahí en discotecas Velasco conseguí discos LP de de Kiss, Slayer, Megadeth, Metallica, Anthrax, Overkill, Rogue Male, Metal Chruch, Testament, Ángeles del Infierno, Grim Reaper, The Cult, Guns ‘n Roses, Cinderella y más,
Después apareció Mixup. Obviamente también compré muchísimo en Mixup (incluso todavía el año pasado y desde que crearon el Buen Fin, adquiría unos 20/30 discos en cada ocasión: todo lo que dejé de comprar en el año lo hacía en el BF). Cuando iba al DF (hoy CDMX) me gustaba pasar al mixup de Zona Rosa por su cercanía al metro y porque ahí tenían un nivel con puros discos importados rebajados de muchos géneros (recuerdo uno de una banda de culto llamada Bad Brains que era reggae con hard core punk que terminé vendiendo posteriormente en Cncreto que había trueque de cd’s). Ahí compraba generalmente 10/15 cd’s. Antes de eso estaba discos Tere, que había en Minatitlán (¿O Coatzacoalcos?), San Andrés, Veracruz y Xalapa. En la ya mítica Tavo’s Rock House y Concreto records también de Xalapa, En catálogos como Scarecrow Records o Columbia House… Y por supuesto en las extintas ofertas de discos de la Comercial Mexicana (hoy Soriana).
Y, como diría aquella rolita de aquel prócer del rocanrol nacional: Mi colección es de más de tres mil discos y cada vez que tengo feria, me compro más…
¿Y todavía siguen haciendo discos? Me preguntaron un día. Respondí que sí. Los músicos que viven de ello siguen haciendo discos en físico. Sin embargo, hoy, de algún modo la desaparición, prácticamente, de las tiendas de música y en sí, casi de los discos por culpa del streaming y la modernidad, ha afectado mucho a los grupos musicales y también a los melómanos y compradores, quienes nos dedicábamos a coleccionar cd’s. Que no exclusivamente de un género en particular. El melómano disfruta de la música en general y debo reconocer que tengo de todo lo que me gusta (y hasta de lo que no me gusta, como los cd’s de Oasis) en la discoteca personal. La revalorización de los Lp’s es lo más vintage de la modernidad o lo más moderno de lo antiguo pero los costos son altísimos y realmente es para personas con dinero porque oscilan entre 750 y 2500 pesos. Un lujo que creo que todavía no pienso entrarle porque mi tornamesa dejó de funcionar hace décadas y no tengo todavía intenciones de comprar uno nuevo.
Aunado a esto, actualmente, y después de la pandemia, los precios de los cd’s subieron el doble. Duele ser melómano hoy. Por lo que ya compro esporádicamente. No sé cómo esté la siguiente versión del buen fin en Mixup o del black friday de amazon de este 2025, en torno a la música, pero no creo que muy diferente a como viene siendo.
Mixup ya no tiene el súper catálogo que tuvo algún tiempo. Disminuyó y hoy la tienda es una adenda de iShop de Apple y la página ya también sufrió los embates de la modernidad.
Regresando a las tiendas de música, en Panamá había tres lugares donde compré decenas de cd’s. La discoteca del desaparecido Gran Morrison (una tienda departamental), Radio Shark (creo que así se llamaba: una tienda de electrónicos en general), discos Tamayo y CD Place que era exclusivamente de música (el equivalente a Mixup en tamaño y relevancia).
También tuve la oportunidad de conocer la memorable e inmensa Tower Records en Chicago y en un viaje a Sevilla creo que fue en el Corte Inglés u otro lugar (de cuyo nombre no puedo acordarme), en donde compré cosas fabulosas como el primer disco de Ojos de Brujo y de Dezoriental.
Hay discos más preciados que otros. Hay discos que te han robado (5 de un jalón: Fania All Star – Social Change, Led Zeppelin – Early Days Vol. 1 y Vol. 2, Juan Luis Guerra & 4.40 – Fogaraté y el otro ya ni me acuerdo que estaban los 5 juntitos y los sustrajeron vil e ihumanamente del mueble de discos), hay discos que te han regalado y que has regalado. Discos que tienes repetidos y otros escondidos que no quisieras ni tenerlos. Discos perdidos. Discos deseados.
El caso es que, y regresando al tema del principio, compré el primer cd de Ghost como voladito y me gustó mucho su propuesta rockera y su imagen con un cantante vestido de Papa y los músicos como monjes sacados de un monasterio infernal al grado que el día de hoy tengo todos sus CD’s y EP’s (adquiridos en amazon).
Hasta que ocurrió el escándalo con los ex integrantes del grupo fue que me enteré de que el vocalista era el mismo y no que lo cambiaban cada disco. Si no hubiera ocurrido ese problema en los juzgados (que ganó el vocalista) seguramente el mundo seguiría así sin conocer a los personajes detrás de los disfraces. Tipo Kiss moderno antes de quitarse el maquillaje.
Un grupo como Ghost mantiene viva la llama del rock. Y tenemos rock para rato ya sea con Ghost, The Smile, Black Midi, Fontaines DC, Mammoth, y muchas bandas más. El Rock must go on o dicho de otra forma, El Rock Ghost go on!
Xalapa, Ver., lunes 13 de octubre de 2025
*Antropólogo lingüista. Catedrático de la facultad de antropología de la Universidad Veracruzana.

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