Los días de fiesta
Observó la llegada de la noche, ese día estaban en casa Pilita, la perrita que tenían como una integrante más de la familia y ella. Jesusa, su hija y Matías, su esposo habían salido a comprar unos antojitos para la cena.
Artículos publicados por: María Gabriela López Suárez
Me cuido, me exploro, me amo
Cuando estuvo en el lugar donde le harían la mastografía sintió que el tiempo se volvió lento.
¿Cuánto cuesta la salud?
Tocó el turno a una señora que iba antes que ella. La señora habló con el empleado y le pidió el precio del medicamento solicitado y que le repitiera nuevamente el costo.
A la falda de la montaña
Los árboles eran altos, con un follaje precioso, la lluvia les daba un toque especial, casi mágico.
Se envuelven regalos
El vendedor siguió su paso. La mirada de Yunuen se detuvo en un letrero, Se envuelven regalos, colgando frente a una caja envuelta con papel de fiesta.
Entre el azul y el silencio
Tenían una papelería muy sui generis, en ella se podía comprar desde un lapicero, hasta estambre, agujas, aros para bordar y unas macetas pequeñas, con estilos no repetidos.
El encanto sonoro de la noche
Mientras buscaba la casa de campaña, Bertha halló unas velitas que había olvidado que tenía en casa. Se le ocurrió que podría colocarlas en vasos chicos y hacer como un pequeño camino con ellas que le diera un toque especial frente al campamento.
La vida es una fiesta
Mientras caminaba se percató que había nuevos murales en algunas bardas de casas, varios de ellos con alusión a temas de cuidado a la naturaleza.
Los dulces del terruño
La mirada de Mariela se alegró, al fondo había una señora ya mayor, con una pañoleta roja cubriendo su cabeza, era la única que estaba vendiendo dulces. Los productos de la señora eran diversos, tenía dulces de cupapé, higos, camote, turuletes, chilacayote, gaznates y puxinú.