«Que los soldados se presenten ante el juez”
A ocho años de los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa, luego de la caída de la «verdad histórica, las familias aún no consiguen verdad ni justicia. En la manifestación conmemorativa de la noche de Iguala, insistieron en que elementos del Ejército respondan por los hechos ante un juez
Texto: Kau Sirenio
Fotos: Alexis Rojas e Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Antes de empezar el mitin político por el ataque a los estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, las madres y padres de los 43 pidieron un minuto de silencio por Minerva Bello Guerrero, Saúl Bruno Rosario, Bernardo Campos Santos y Ezequiel Mora Chora. Madres y padres que fallecieron en estos ocho años de búsqueda.
En el Zócalo, frente al Palacio Nacional desde donde despacha el presidente, Mario González, padre de César Manuel González, pidió una explicación por el desistimiento de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre las órdenes de detención de los militares presuntamente involucrados en el ataque:
“No sé por qué el presidente quiere jugar, primero dice que sí, que sí van las ochenta y tantas órdenes de aprehensión, él mismo lo dijo. Después dice que ya no. ¿Por qué desestimar las 16 órdenes de aprehensión en contra del Ejército mexicano, de los soldados? Tan fácil es que vayan con el juez y que el juez decida si son culpables o no. Que declaren, que se presenten ante el juez”.
Luego, habló de las filtraciones de información por parte de la Fiscalía General de la República:
“No es otra cosa que el modus operandi del gobierno, decirle que nos hizo mucho daño, pero aquí estamos, que no vamos a claudicar, y decirle también a la doctora Claudia que no defienda a ese de Omar García Harfuch, que tiene que declarar, que no tiene por qué estarlo defendiendo, y eso le va a pesar en su campaña: tener a un delincuente a lado de ella”.
“Señor presidente, ¿caminamos hacia adelante o caminamos para atrás? Nosotros no vamos a claudicar hasta saber el paradero de los nuestros. Porque no tenemos prueba ciencia ni técnicamente lo que dicen esos pantallazos y vamos a estar aquí hasta tener la verdad que México necesita”, añadió en referencia a las conversaciones difundidas por una periodista a la que le filtraron la investigación sin testar que realizó la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (COVAJ).
Doña Joaquina García Velázquez volvió a exigir que le regresen a su hijo Martín Getsemaní.
“Nosotros no estamos de luto porque no hay un estudio científico que pruebe que nuestros hijos estén muertos”, dijo en alusión a la declaración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre que este 26 de septiembre es día de luto nacional.
Luego remató: “Nosotros pedimos que se ejecuten las órdenes de aprehensión, nosotros lo que queremos es que detenga a todos los que están involucrados en la desaparición de nuestros hijos. Vamos a seguir hasta el último rincón de las calles para dar con el paradero de nuestros hijos”.
“Gracias por enseñarnos a luchar”
Don Emiliano Navarrete, padre de uno de los 43 normalistas, agradeció a los jóvenes de Ayotzinapa por enseñarles a luchar.
“Gracias por enseñarnos a no quedarnos callados. Los queremos de corazón. Gracias por pelear por sus hermanos con ese coraje con intensidad. Por ustedes es que nosotros estamos aquí firmes hasta saber la verdad, por muy dura que sea, así como se lo hemos dicho a este presidente y al anterior: Queremos la verdad”.
A ocho años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa por el Estado mexicano, las calles de la Ciudad de México se inundaron nuevamente de la protesta por la presentación con vida de los muchachos desaparecidos en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre de 2014.
Con el rostro de sus hijos y ramos de flores en mano, mamás y papás de los 43 normalistas de Ayotzinapa avanzaron entre el enjambre de fotógrafos y reporteros. Mientras que los demás asistentes llevaban carteles y lonas con la misma denuncia: “Fue el Ejército”.
Acompañados de normalistas, universitarios, magisterio, sindicalistas y organizaciones sociales las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos caminaron del Ángel de la Independencia hasta el zócalo entre las consignas: “Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
La mancha humana se extendió por lo menos dos kilómetros. A la descubierta de la protesta iban las madres y padres de los normalistas desaparecidos, seguidos por los alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México (FECSM).
Más atrás caminaban los universitarios, maestros, sindicalistas y organizaciones sociales con la misma demanda de hace ocho años: “Presentación con vida y castigo a los culpables”. Atrás, un grupo de jóvenes con rodillos y brochas pintaban las paredes el mensaje de protesta “Ayotzi vive la lucha sigue” otro más garabateaban “+43”.
“No están solos, no están solos, no están solos” repetían los telefonistas del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana. “26 de septiembre no se olvida, es de lucha combativa”, coreaban estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La justicia que no llega
En el ataque en contra de los normalistas, el estudiante Aldo Gutiérrez Solano quedó en estado vegetativo. Hasta ahora su recuperación no avanza y poco se ha sabido de él.
Durante la persecución en la noche del 26 de septiembre de 2014, los muchachos se refugiaron en las casas de los vecinos de Iguala, pero no todos corrieron con suerte. Otros más fueron rescatados por los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de Educación en Guerrero (CETEG).
En la agresión fue asesinado David Josué García Evangelista, Zurdito, por policías municipales de Iguala, junto al chofer del equipo de Los Avispones, Miguel Lugo, en un ataque donde también murió Blanca Montiel, la pasajera de un taxi, que recibió un balazo de los cientos detonados.
En la violencia encarnizada en contra de la población civil en la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014 el aparato de Estado mexicano se movilizó para desaparecer a los estudiantes. De esa agresión, no hay verdad ni justicia. Casi todos los detenidos han sido liberados por el juez federal Samuel Ventura Ramos; 120 en total.
Derivado del informe que presentó el 17 de agosto de este año el subsecretario Alejandro Encinas, alrededor de 20 militares tenían orden de aprehensión; sin embargo, solo cuatro fueron detenidos, y no por desaparición forzada. En los otros 16 casos, la Fiscalía General de la República retiró las órdenes de detención.
De ahí que la demanda de las madres y padres de los normalistas insistan: “Fue el Ejército” y “Fue el Estado”. Las pintas y los carteles van hacia la misma ruta: acción penal en contra de los militares y funcionarios del más alto nivel de Guerrero y de la FGR.
Aunque el río humano se pintó como arcoíris sobre el Paseo de Reforma, o el paseo de los antimonumentos que suma agravios en memoria de los niños de ABC; los mineros de Pasta de Conchos; los migrantes de San Fernando, el Gobierno de la Ciudad informó que solo exigieron justicia siete mil indignados.
Con el puño en alto, en el Zócalo capitalino, todos entonaron el himno Venceremos y después pase de lista hasta que se retiraron del corazón de México.
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