La floricultura alimenta el alma, no el cuerpo

Un floricultor de Huauchinango Puebla, que año tras año da a conocer sus productos en el área de exposición de la Feria de las Flores, la cual se encuentra a unos metros del domicilio particular de su jardín. Foto: Radio Expresión

Un floricultor de Huauchinango Puebla, que año tras año da a conocer sus productos en el área de exposición de la Feria de las Flores, la cual se encuentra a unos metros del domicilio particular de su jardín. Foto: Radio Expresión

 

Puebla. Para el médico cirujano Ramón Sampayo Espinosa, el dedicarse a la floricultura es más alimento para el alma que para el bolsillo, al manifestar que una gran parte de su producción de azalea es para cultivar la herencia de plantas que datan desde hace 50 años.

Es un floricultor de Huauchinango que año tras año da a conocer sus productos en el área de exposición de la Feria de las Flores, la cual se encuentra a unos metros del domicilio particular de su jardín.

Por la profesión que desempeña, la floricultura se coloca en su pasatiempo favorito, la cual le fue heredada desde el año de 1999, en el momento en que murió doña Josefina Espinosa Valdez, madre del cirujano y también heredera de la tradición de la abuela Josefina Valdez Cazares.

En el año 2000, Ramón Sampayo se hizo expositor ya como titular del jardín, el cual ninguno de los cuatro hermanos restantes quiso asumir, sin embargo, a Ramón le llamó la vocación y asumió el compromiso de continuar con la tradición.

Entre los arbustos de Azalea con los que cuenta están plantas que datan desde hace 50 años, los cuales no son puestos en venta, porque son considerados como de la familia, además de que en el caso de venderlos tendría que ser a precios muy altos.

El floricultor, quien rechaza ser llamado “plantero, porque el cultivo en la manera en que se hace con las Azaleas debe ser considerado como un arte”, describió que durante el año, el arbusto de la Azalea se trata con un especial cuidado, “desde la cantidad y tiempo de sombra, hasta los sustratos y agroquímicos, lo que hace que un floricultor se gaste entre los 60 y 100 mil pesos al año, según sean las necesidades”.

El precio de las Azaleas se define de acuerdo a la especie de cada una, “por ejemplo, tenemos de las que son de flor sencilla o doble, la más cara es la segunda porque desde su crecimiento se hace la diferencia: mientras que la sencilla crece entre los 10 y los 15 centímetros por año, la doble crece entre dos y tres centímetros por año”.

Refirió que el tallo es uno de los indicadores de la edad que tiene cada Azalea, “por ejemplo, el que tenemos de 50 años, cuenta con un tallo de entre 12 y 15 centímetros de diámetro. Es una planta que no está en venta porque tiene mucha historia y sentimiento”, dijo.

Expresó que su madre,  Josefina Espinosa era coleccionista, tanto que hasta la fecha, se notan algunas “Azaleas finas pero no conocemos ni sus nombres para clasificarlas, estamos buscando sus características con expertos para su clasificación”, compartió.

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