Las mujeres de barro

En los corredores de las casas de Amatenango se observan las piezas frescas de barro.

En los corredores de las casas de Amatenango se observan las piezas frescas de barro. Foto: Fernando Grajales/ Chiapas PARALELO.

El barro va tomando forma en sus manos, lo convierten en ollas, cántaros, tinajas, macetas y diferentes figuras que también fueron labradas en la época prehispánica.

Las mujeres tseltales de Amatenango del Valle aprenden desde los 10 años a ganarse la vida mediante la alfarería, el trabajo se lo enseñan las madres o las abuelas. Los varones de este  lugar es raro que participen en la labor, pero algunos recolectan leña y  barro.

Los corredores de las casas de este pueblo están llenos de piezas de barro fresco, que esperan su turno para ser cocidas con leña a cielo abierto, técnica utilizada desde la época prehispánica y que las tseltales no han olvidado.

En Amatenango las que sostienen la economía del pueblo son las mujeres, el campo desde hace varios años ya no alcanza para sostener a una familia, por eso el trabajo de las alfareras es fundamental para el municipio.

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