Muere Jorge García Hernández, el líder magisterial que se opuso a la reforma de Felipe Calderón

Cuando Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo firmaron el «Acuerdo por la Calidad de la Educación», la resistencia magisterial nació con la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero, que encabezaba el profesor Jorge García Hernández, fallecido este domingo. Su legado rebasó el terreno magisterial


#AlianzadeMedios | Por Kau Sirenio de Pie de Página

Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.- El exlíder de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (Ceteg), Jorge García Hernández, falleció de un paro cardiaco en Tixtla a 56 años de edad. El maestro cetegista encabezó la toma del congreso de Guerrero en octubre de 2008, en rechazo al Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE).

La Ceteg había cambiado la figura del comité de dirección que encabezaba un secretario general por una dirección colegiada que denominó comisión política y que se rotaba la presidencia. En aquellas grandes concentraciones la presidencia la tenía el profesor Jorge Hernández.

En la entrevista para Pie de Página Humberto Santos Bautista, exdirector de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, recordó la lucha de Jorge García: “Cuando Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo firmaron el llamado Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE), fue en Guerrero donde primero se organizó la resistencia magisterial y se hicieron grandes manifestaciones en Chilpancingo y en Acapulco, donde fue la más grande. Gobernaba al Estado, Zeferino Torreblanca”.

La Ceteg movilizó al magisterio guerrerense con una marcha multitudinaria el 10 de noviembre, por primera vez los maestros federales y estatales se unieron en una sola causa. La defensa de la educación pública y mejores condiciones laborales.

Mientras los maestros se movilizaban en las calles y tomaban edificios públicos, el órgano político y su dirección colegiado se reunían con intelectuales y académicos para diseñar estrategia de lucha desde la academia.

Humberto Santos, excoordinador de maestría en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), recuerda el movimiento magisterial de 2008: “Me invitaron formar parte de una comisión académica a la que se encargó la tarea de diseñar una propuesta educativa para presentársela al gobernador, quien los había emplazado a que diseñaran algo alternativo a la ACE y que se demostrara que fuera viable”.

Hace una pausa larga y retoma la conversación: “Tuvimos una primera reunión en el edificio de la Ceteg y el pleno de delegados aprobó la comisión académica y se dio un plazo para diseñar la propuesta. Se hicieron reuniones en todo el estado y luego se convocó al primer congreso al que llegaron cerca de dos mil delegados, a quienes se les pidió que presentaran propuestas para el tema educativo como requisito para poder participar en el congreso”.

La plática sobre el movimiento magisterial que aglutinó a estudiantes, maestros, organizaciones sociales e intelectuales del otoño de 2008, liderada por Jorge García Hernández logró colocar en el debate nacional su propuesta alternativa.

Hubo tres congresos en esencia con toda la complejidad que eso implica, porque no fue nada fácil pasar de la protesta a la propuesta educativa. De ahí surgieron las propuestas del proyecto educativo, el instituto de evaluación, un centro de investigación educativa y la subsecretaría de educación indígena.

Agrega: “Fue a esa colisión la que le tocó presentar esa alternativa pedagógica, pero eso mismo propició celos políticos porque era la primera vez que se hacía algo diferente y el gobierno le apostó a que no tuvieran capacidad de hacer su propuesta y es que en ese tiempo habían logrado hacer crecer al movimiento y las propuestas académicas los colocaban en otro nivel del debate con el gobierno. El problema fue que tenían que hacer un cambio en la dirección por estatutos y ya no le dieron la misma continuidad”.

Solidaridad con Ayotzinapa

Otro encuentro entre el investigador de la UPN y el exlíder sindical del magisterio fue en las instalaciones de la Normal de Ayotzinapa. Santos Bautista era director del Internado varonil de Ayotzinapa y Jorge García Hernández fungía era integrante del Comité de la Sociedad de Padres de Familia de la Escuela Normal Rural.

Más tarde, en la crisis de 2011 en Ayotzinapa, estuvo muy comprometido en los movimientos de protestas y en apoyo a los estudiantes. En 2012 nos encontramos en la escuela porque era miembro del comité de padres, habíamos convocado a una reunión con el comité de estudiantes para hacerles entrega de un cheque por poco más de 160 mil pesos que habían sobrado de los gastos de comida y que se les regresaba con el comité de padres por testigos, cita.

A mediado de marzo de 2012, en la reunión del Comité de Padres de Familia y el Comité Estudiantil con el director de Ayotzinapa buscaron transparentar el manejo de recurso que la Normal recibe para alimentación de los normalistas: “Todos los padres les dijeron a los estudiantes que era la primera vez que los convocaban para un acto de transparentar el uso de recursos y que eso les hacía bien a ellos y a la escuela. El profesor Jorge García Hernández fue el más elocuente. Luego tuvimos varias reuniones conjuntas para tratar el tema del proyecto para una reforma integral de la escuela y otra vez el profesor Jorge les decía que no desperdiciaran esa oportunidad. Apoyo como pocos esos esfuerzos que al final no pudieron concretarse, pero ahí quedó el esfuerzo de todos, incluidos ellos como padres”.

Después de encabezar las protestas en contra del Acuerdo por la Calidad de la Educación, Jorge García regresó a su base como director de la escuela primaria Gral. José María Morelos y Pavón en su natal Tixtla, para luchar junto con su personal docente. “Para mejorar académicamente el servicio educativo. Una tarea difícil y a veces mal entendida por los propios compañeros con los que se comparte la lucha”.

Con dejo de tristeza el académico de la UPN agrega: “Con todo, parece que encabezó la mejor etapa de la Ceteg y la que se planteó con seriedad que tenían la responsabilidad de mirar la cuestión educativa y no solo lo laboral. La Ceteg pierde un militante valioso que defendió los principios de su causa con lealtad y congruencia en sus acciones”.

Por su parte el ex vocero de la Ceteg Minervino Morán Hernández se refirió así de su antecesor: “El deceso del profesor Jorge García Hernández es una pérdida irreparable para su familia y para el movimiento democrático de la Ceteg. Su contribución en la lucha magisterial es de suma importancia, sobre todo en los momentos álgidos de la lucha que le tocó vivir al frente de la Ceteg en el cargo de vocero e integrante de la comisión política, en contra de la Reforma Educativa Neoliberal con la llamada Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) en 2008, en el gobierno estatal de Zeferino Torreblanca Galindo y el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa”.

El maestro cetegista agregó: “Su papel destacado en ésta gran jornada de lucha magisterial en Guerrero, al igual que el estado de Morelos y otros estados, contribuyeron en el plano nacional en contra de la aplicación de la ACE, en el caso de Guerrero, se firmó una minuta con el gobernador del estado, que dio como resultado el aplazamiento de la ACE, sin duda fue una batalla ganada, aunque la guerra no había terminado, posteriormente vendrían nuevas medidas”.

El maestro Jorge García fue locutor en la extinta radiodifusora XEPI en Tixtla, y colaboró en la naciente radio estudiantil en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.

“(Para) quienes lo conocimos de cerca fue un compañero fraterno, destacaban sus cualidades retóricas y de liderazgo, su capacidad de análisis, sus discursos elocuentes en las asambleas y mítines lo distinguían, le gustaba hacer referencia a una frase célebre de Benito Juárez: ‘Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo, y con sus hechos lo traicionan’”.

En 2013, Jorge García Hernández se integró al comité de damnificados del huracán Ingrid y Manuel para demandar al gobierno federal y estatal la construcción de un canal de desfogue de la laguna de Tixtla que anegó a los barrios y colonias de ese municipio. La demanda nunca se cumplió y los damnificados regresaron a sus casas que se inundaron el 13 de septiembre de ese año.

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