Un año después… el reto de vacunar a 100 millones

Un año después… el reto de vacunar a 100 millones

365 días después de haber confirmado el primer caso de SARS-CO-V-2 en México, la larga noche de la pandemia comienza a alumbrarse. La esperanza está puesta en las vacunas, desarrolladas en un tiempo récord. Pero el nuevo desafío es enorme: vacunar a toda la población adulta, en un país profundamente desigual. Así es el arranque de la vacunación más grande en la historia de México.

Texto: Daniela Pastrana

Fotos. María Ruiz, Duilio Rodríguez, Isabel Briseño, Reyna Haydeé Ramírez y Yarenia Rolón

CIUDAD DE MÉXICO.- El lunes 22 de febrero de 2020, el coronavirus SARS-CoV-2 llegó a México en un avión proveniente de Italia. El gobierno mexicano lo confirmó el 28 de febrero y 13 días después, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de covid-19, la enfermedad provocada por ese virus.

La pandemia más fuerte en un siglo ha matado en México, al menos, a 185 mil personas, aunque las estimaciones más precisas indican que el costo humano es mucho mayor. La pandemia también congeló nuestras vidas y las de la mitad del planeta y nos sumió en un letargo interminable de incertidumbre y miedo, con efectos socioeconómicos que aún no pueden dimensionarse.

En contraparte, la ciencia tuvo avances enormes, con una producción masiva de estudios y el desarrollo, en un tiempo récord, de una docena de vacunas, cuatro de ellas ya están en México: Pfizer, AstraZeneca, Sinovac y Sputnik, y hay al menos otras tres en proceso de autorización.

Esta semana, por primera vez desde que se declaró la emergencia sanitaria, el 30 de marzo del año pasado, ninguna entidad del país está en una alerta máxima por la aceleración de la transmisión y la sobredemanda hospitalaria. Aunque la pandemia sigue activa, llevamos varias semanas en descenso.

Ahora comienza un nuevo reto: vacunar a más de 100 millones de personas. La esperanza esta fincada en que se mantenga el flujo de vacunas, en medio de una rebatinga mundial y el acaparamiento y la distribución inequitativa por parte de los países poderosos.

Pocos países en el mundo enfrentan un desafío como México para vacunar a su población. La geografía se extiende en una orografía extensa e irregular, con zonas controladas por el crimen, y en condiciones de extrema desigualdad social.

El plan de vacunación comenzó el 24 de diciembre, con la aplicación de la vacuna Pfizer al personal médico, pero tuvo que desacelerarse ante la incapacidad de la empresa de cumplir sus compromisos. El 14 de febrero, con el embarque de 870 mil dosis de biológicos de AstraZéneca enviados desde la India, comenzó la segunda etapa de aplicación masiva a la población.

En estas dos semanas, la vacuna llegó a la región más más grande de todas las zonas pauperizadas del país, la Montaña de Guerrero, a donde el virus llegó casi al mismo tiempo que a la Ciudad de México y donde quizá nunca sepamos cuantos muertos dejó. También alcanzó a las comunidades afro de Oaxaca, a las personas más viejas, como María Antonia, la bisabuela de 120 años que puso el ejemplo a sus hijos y nietos en Veracruz. Cruzó el desierto para llegar hasta la casa de los kiliwas, una de las naciones amerindias en riesgo grave de extinción y de la que solo quedan 3 hablantes.

Una semana después, las vacunas Sinovac y Sputnik fueron usadas para iniciar inoculaciones masivas en la periferia de la ciudad

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