Si hubiera Ich´el ta muk, amor y respeto, no habrían feminicidios

Foto: Shelbi Joseph

Ich´el ta muk escrito en letras grandes, violetas, ocuparon el espacio más significativo de Chiapas: la plaza de la resistencia, en San Cristóbal de Las Casas.  Ese espacio centro de mil luchas, amaneció pintado de morado y verde.

Las rebeldías, protestas, llamados, denuncias, indignaciones de miles de mujeres en el Día Internacional de la Mujer 2021, se extendió por Chiapas como en ningún otro año. Las voces de niñas, jovenes, mujeres mayores, campesinas, urbanas, religiosas, ateas, indígenas, mestizas, y de otras razas que hicieron de este estado su hogar, se escucharon por todas las regiones, para hablar y denunciar sus vivencias dentro de una sociedad que no es justa.

Mujeres de maíz, mujeres madres, mujeres que decidieron no ser madres, mujeres que quieren vivir sin miedo, sin estigmas, sin discriminación y sin violencia, salieron a expresar su sentir de muchas formas: con mensajes al ejército, con mensajes a las autoridades educativas, con mensajes a sus compañeros, a la comunidad; con mensajes expresados en pancartas, en palabras, en gritos y hasta en golpes que rompieron cristales.

Foto: Frayba

En Acteal, las mujeres de las Abejas salieron y hoy como hace dos décadas, fueron a los cuarteles militares a dejar su mensaje: recordamos a nuestras compañeras mártires, que fueron asesinadas en esta tierra de Acteal por un grupo de paramilitares priistas y que el Estado sigue sin hacer justicia.“Esta marcha es para visibilizar que la fuerza de las mujeres aún sigue con una gran fortaleza, nosotras las mujeres no olvidamos el despojo, las matanzas, las desapariciones que hace el gobierno; nosotros vemos, escuchamos lo que hace el gobierno».

“Como mujeres, estamos fuertes en seguir defendiendo nuestros derechos, nuestras tierras, nuestro territorio, aunque el gobierno quiera desaparecernos, pero nosotras no desapareceremos, renacemos en cada hermano, en cada hermana que tenga la conciencia de defender su pueblo”, expresaron ante la mirada tensa de un uniformado que no tuvo más que entreabrir la puerta del cuartel hubicado a pocos kilómetros de la comunidad Acteal.

“Desde Acteal, casa de la memoria y la esperanza decimos Alto a la paramilitarización en los pueblos. Basta de matar a las mujeres. Que se reconozca nuestro papel de cuidadoras de la vida. Exigimos solución a los conflictos territoriales que acaban con nuestros pueblos”, señalaron.

Mujeres de Chicomuselo. Foto: Cortesía

En la sierra de Chiapas, las mujeres del Pueblo Creyente, esas mujeres religiosas que dentro de la Iglesia Católica también han luchado por el reconocimiento de sus derechos, salieron a pronunciarse por las calles y veredas, para señalar lo que ahí, en esa zona rural, hace estallar la violencia.

“Como mujeres, jovenes, niñas y niños no nos canzaremos en seguir denunciando la venta de bebidas alcohólicas, el aumento de cantinas, centros de prostitución, la falta de acceso a la justicia en las comunidades y en el municipio de  Chicomuselo; con la pandemia piden que se cierren los templos, pero siguen abriendo centros de vicios y prostitución

“Somos las mujeres, los jóvenes y niños las más vulnerables ante estas realidades, ya que sufrimos la violencia física, psicológica, emocional, económica y estructural  dentro y fuera de nuestros hogares, hemos insistido constantemente en el reconocimiento de nuestros derechos fundamentales a una vida digna, justa y en paz, para nosotras, nuestras hijas, hijos y para nuestras comunidades, sin embargo nuestra voz no ha sido escuchada, más bien es ignorada”, señalaron.

Profundamente religiosas y profundamente críticas de su realidad, expresaron su indignación por no ser escuchadas cuando denuncian la violencia, “como el feminicidio de la hermana Virgilia Villatoro  asesinada el 28 de octubre de 2017 en Pablo L. Sidar, Chicomuselo”.

“En nuestro municipio son muchos los casos de violencia contra la mujer que las autoridades han decidido ocultar por convenir a sus intereses (…) Como mujeres del pueblo creyente seguimos denunciando los programas y proyectos que atentan contra la vida de nuestras familias y de nuestras comunidades, como la minería, presas hidroeléctricas, moscamed y todo aquello que nos divide y confronta como comunidad y que solo sirve al sistema que pone por encima de la vida de las personas sus intereses mezquinos”.

También las mujeres defensoras de los derechos humanos salieron a las calles y se ponunciaron. Expresaron que en el estado de Chiapas, las defensoras, las guardianas de la memoria y de la vida, se encuentran en vulnerabilidad ante la creciente violencia generalizada. Indefensas ante el actuar de grupos armados en vínculo con poderes políticos locales”.

Recordaron a las defensoras de su territorio, que ahora enfrentan desplazamiento forzado, militarización, despojo, tortura, privaciones arbitrarias a la libertad, entre otras violaciones a derechos humanos.

En medio del desplazamiento forzado, miles viven en constante inseguridad, con el riesgo que sienten por sus menores hijas, hijos, la falta de alimentos y recursos económicos para adquirirles, con el miedo de no poder dormir, de estar pensando si vendrán a atacarlas y quemarles sus casas, por no saber qué pasará mañana, si viven o mueren”.

“Las violencias físicas y emocionales son constantes desde los ámbitos institucionales, pero también los comunitarios”, reconocieron a través de un pronunciamiento que hizo público el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.

“En una histórica estrategia de guerra del Estado hacia los pueblos, son especialmente las defensoras comunitarias quienes resisten el exterminio (…) en tiempos de pandemia por Covid 19, esta situación se incrementó, no cesaron las actividades de despojo como la minería y el Tren Maya, las defensoras del territorio intensificaron sus resistencias en riesgo a su salud, con el incremento de la represión y el deterioro en las condiciones de sobrevivencia”, explicaron.


Zapatistas. Foto: Elizabeth Ruiz

En Chiapas, la voz de las mujeres indígenas zapatistas  se escucharon. Enviaron un mensaje-poema para “las que no están”.

LAS QUE NO ESTÁN.

SUS HISTORIAS.

SUS ALEGRÍAS Y SUS TRISTEZAS.

SUS DOLORES Y SUS RABIAS.

SUS OLVIDOS Y SUS MEMORIAS.

SUS RISAS Y SUS LÁGRIMAS.

SUS PRESENCIAS Y SUS AUSENCIAS.

SUS CORAZONES.

SUS ESPERANZAS.

SU DIGNIDAD.

SUS CALENDARIOS.

LOS QUE CUMPLIERON.

LOS QUE LES QUEDARON Y LES QUEDAMOS A DEBER.

SUS GRITOS.

SUS SILENCIOS.

ESO, SOBRE TODO SUS SILENCIOS.

 

¿QUIÉN QUE ES, NO LAS ESCUCHA?

¿QUIÉN NO SE RECONOCE EN ELLAS?

MUJERES QUE LUCHAN.

SÍ, NOSOTRAS.

PERO SOBRE TODO, ELLAS.

LAS QUE NO ESTÁN

Y SIN EMBARGO ESTÁN CON NOSOTRAS.

PORQUE NO OLVIDAMOS,

PORQUE NO PERDONAMOS,

POR ELLAS Y CON ELLAS, LUCHAMOS.

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