¿Por qué han muerto 384 ballenas en costas de México, Estados Unidos y Canadá?

¿Por qué han muerto 384 ballenas en costas de México, Estados Unidos y Canadá?

Entre 2019 y 2020 fueron encontradas muertas 384 ballenas grises en aguas canadienses, estadounidenses y, principalmente, mexicanas. Se trata de un evento inusual de mortalidad, similar a otro ocurrido en 1999 y 2000. Los científicos creen que las ballenas tienen problemas para conseguir alimento y esto podría causarles la muerte y problemas en su reproducción

Texto: Rodrigo Soberanes / Mongabay

Fotos: Oceana, Fredrik Chistiansen, Fabián Rodríguez, Hunter Warick, Andrea Schieber, Gregory Slobird/Flickr

MÉXICO.- Un grupo de científicos descubrió un gran número de ballenas grises (Eschrichtius robustus) muertas en las costas de norteamérica entre 2019 y 2020. También encontraron ejemplares con pérdida de peso, lo cual indica que la disminución de alimento en la ruta migratoria que hacen hasta Alaska sería una de las causas de lo que ocurrió.

De acuerdo con un estudio publicado por el Inter-Research Science Publisher y realizado por investigadores de varios países, 384 ballenas fueron encontradas sin vida a lo largo de las costas, no solo de México, sino también de Estados Unidos y Canadá.

Este fenómeno, conocido como Evento Inusual de Mortalidad (UME por sus siglas en inglés) es similar a otro que se había registrado entre 1999 y 2000, cuando “se especuló” que habría sido causado porque las ballenas grises estaban sufriendo de hambruna. A pesar del paso de los años, el equipo científico no pudo llegar a una conclusión definitiva y aún intentan determinar exactamente qué pasó y a qué se debió la disminución de alimento.

Alrededor de la mitad de las ballenas que murieron en el evento reciente fueron encontradas en territorio mexicano, la mayor parte en las inmediaciones de dos lagunas llamadas Ojo de Liebre y Guerrero Negro, dos de los principales lugares de arribo de ballenas en el país y ubicadas en el estado de Baja California.

Imágenes de ballenas grises difundidas en Internet. Fotos tomadas con drones durante 2017, 2018 y 2019 por los investigadores Fredrik Chistiansen, Fabián Rodríguez y Hunter Warick en Laguna San Ignacio, en el Pacífico mexicano.

La mortandad llegó después de que la población de estos grandes mamíferos acuáticos ya había dado señales de debilidad. Los científicos obtuvieron imágenes en las que se apreciaban signos de pérdida de peso en las ballenas. Las fotografías fueron tomadas entre 2017 y 2019, en las costas mexicanas; es decir, en los años previos a la mortandad que se dio a conocer en 2021 mediante este estudio. Los registros, conseguidos con drones, son de ejemplares de diferentes edades y características: ballenatos, juveniles, adultos y hembras lactantes.

Posibles causas de la masiva muerte

La bióloga Mariana Reyna, científica en Océanos y Pesquerías de la organización Oceana, explicó a Mongabay Latam que la ballena gris es el mamífero marino que más viaja, recorriendo todos los años prácticamente toda la costa Pacífica de América del Norte, ida y vuelta.

Es un tramo de aproximadamente 9000 kilómetros donde buscan alimento mientras hacen rutas cercanas en aguas poco profundas y cercanas a las costas. “Se alimentan de invertebrados en toda su ruta migratoria. Algunas ballenas no hacen eso, pero la gris es un caso atípico. Por eso es importante que se vayan pegaditas a la costa”, dice la especialista.

Las ballenas grises viajan alrededor de 18.000 kilómetros al año alimentándose cerca de las costas. Foto: Oceana.

El investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Jorge Urbán Ramírez, quien además es uno de los autores del estudio, explicó a medios locales que si bien no se conocen las causas de la mortandad, la comunidad científica cree que una de las razones es el aumento de temperatura de las aguas, que podría afectar los hábitos y comportamientos de algunas especies que hacen parte de su dieta.

De acuerdo con Urbán Ramírez, la población de ballena gris en México ha caído alrededor del 30 %, pasando de 27 mil a 20 mil ejemplares en los últimos cuatro años.

¿Hay algún antecedente que dé pistas sobre la causa de la disminución del alimento? Mariana Reyna asegura que “muchos de los invertebrados de los que se alimentan las ballenas grises están en el punto medio de la cadena alimenticia. Lo que esté pasando en la base de esa cadena alimenticia es lo interesante. Pueden ser cambios de temperatura que están afectando, por ejemplo, al primer eslabón que es el fitoplancton [algas pequeñísimas]. Puede ser que esté pasando algo en ese inicio”.

Las ballenas grises procrean en el Pacífico de México y viajan con sus crías hasta el norte del continente. Foto: Oceana.

Además, Reyna agrega que “si bien no se pueden entender las causas de esta pérdida de volumen corporal en las ballenas, puede ser que esté relacionado a una disminución en la abundancia de organismos [presas] que viven en toda su ruta migratoria”.

Para la especialista, la precaria salud y la mortandad registrada en la población de ballena gris podría ser un claro mensaje sobre el estado de los ecosistemas que recorren en su migración. “La ballena gris podría estar actuando como indicador de la calidad de los ecosistemas, de cómo está funcionando todo el ecosistema de su ruta migratoria”, dice Reyna.

Afectaciones al ciclo de la ballena gris

Las lagunas costeras de México son sitios de agregación donde se relacionan y reproducen las ballenas. Estos grandes animales llegan a las costas mexicanas al inicio del invierno, en diciembre, y se van entrada la primavera. Buscan el Golfo de California porque ahí están las condiciones ideales de alimentación y temperatura, además, pueden resguardarse mejor de posibles ataques de las orcas.

Ballena gris (Eschrichtius robustus) en el Santuario de Ballenas de El Viszcaíno – Baja California, Mexico. Foto: Andrea Schieber – Flickr.

“Se puede decir que es una ballena mexicana porque la mayoría de crías nacen en México”, dice la bióloga Mariana Reyna. Las ballenas que se aparearon el año anterior dan a luz en territorio mexicano, allí se forman nuevas parejas y el ciclo se repite.

Aunque la reducción de la masa corporal de las ballenas preocupa a los científicos, según el estudio, parece que esa disminución no fue tan drástica y por lo tanto no tuvo efectos fatales en las ballenas hembras. De hecho, son el grupo que presentó menor deterioro corporal pero que “pudo haber reducido su rango reproductivo al prolongar su tiempo de recuperación post-destete”. Los autores del artículo científico creen que esta condición “podría explicar el bajo número de madres con sus crías, observadas en la Laguna San Ignacio (Baja California) en 2018 y 2019”.

Otra conclusión del estudio se refiere a los grupos “juveniles y adultos” de ballenas, que llegan con menos reservas de energía a los lagos mexicanos y se estima que “su reducida condición corporal pudo haber estado cercana a su umbral de supervivencia”. Eso explicaría la alta proporción de juveniles y adultos entre los 384 ejemplares muertos entre 2019 y 2020.

Las ballenas grises viajan alrededor de 18.000 kilómetros al año alimentándose cerca de las costas. Foto: Oceana.

Según Reyna, las ballenas no se reproducirán si no tienen las condiciones energéticas suficientes y eso se relaciona con volver a ganar peso y volumen. “Aunque las tengamos muy cuidadas, si sus condiciones de alimento no están bien, es algo grave”, afirma.

Lo cierto es que se necesita más investigación pues no hay certeza total sobre lo que ocurrió con las ballenas. El artículo científico asegura que la causa de la reducción de las condiciones corporales de la ballena gris es desconocida y solo se atreve a mencionar que la inanición “posiblemente contribuyó al evento inusual de mortalidad de 2019-2020”.

Este enorme mamífero acuático es una especie indispensable en el Pacífico de Norte América pues no solo es un eslabón vital en el equilibrio del ecosistema en el que habita, sino que es una especie “bandera” y al atraer la atención de proyectos que ayudan a su protección, se beneficia la conservación de muchos otros animales.

“Las comunidades locales se han concientizado sobre la importancia de la conservación de la ballena gris. El cambio de visión en las sociedades que viven del turismo ha sido importante”, señala Reyna y agrega que “sería muy triste que veamos una reducción en las poblaciones de ballena gris en el futuro por situaciones que no tienen que ver directamente con su conservación [sino con las amenazas que enfrentan sus presas]”.

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