La identificación genética de Jhosivani, una porción de verdad de a noche de Iguala

La identificación genética de Jhosivani, una porción de verdad de a noche de Iguala

Para las madres y padres la noticia es dolorosa porque se dan cuenta que sus hijos ya no viven, expone el abogado Vidulfo Rosales


Texto: Beatriz García en Amapola

Fotografía: Oscar Guerrero

15 de junio del 2021

Chilpancingo

Haber sabido este martes de la identificación genética de Jhosivani Guerrero de la Cruz, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala hace 80 meses, representa un impacto doloroso para las madres y padres de los estudiantes, porque también se dan cuenta que sus hijos ya no viven, pero, al menos, es una porción de verdad del paradero de los estudiantes, dijo el abogado de los padres, Vidulfo Rosales Sierra.

Este martes el titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso de Ayotzinapa (UEILCA), Omar Gómez Trejo, informó sobre la identificación genética del normalista. Explicó que se obtuvo a través de ADN nuclear de una vértebra lumbar que se halló en la Barranca la Carnicería, ubicada en Cocula, la cual no presenta ninguna alteración térmica, es decir, exposición alta al fuego. Sólo presenta, detalló, erosión, por la exposición a la intemperie, al sol, al agua, a la tierra y a la humedad.

Jhosivani quería ser veterinario, le gustaba cazar conejos y venados, como lo documentó el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro. Era originario de Omeapa, municipio de Tixtla, ubicado a 15 minutos de la cabecera municipal. Sus padres son Margarito Guerrero y Martina de la Cruz, a quienes se les ha visto en el movimiento en reclamo de su aparición.

En entrevista con Amapola. Periodismo transgresor, el abogado también integrante del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, dijo que esta identificación es nueva y distinta, que nada tiene que ver con la información “ambigua, subjetiva, inconsistente” que brindó la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en el periodo de la fiscal Arely Gómez.

Lo anterior porque en septiembre del 2015, la fiscal aseguró que ya se había identificado al normalista, pero de un resto óseo hallado en el Río San Juan, datos que tiene que ver con la verdad histórica.

El abogado expuso que esta identificación que realizó la Universidad de Innsbruck, la cual fue verificada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), significa una porción de la verdad y, aun acudo es doloroso, un grado de tranquilidad para las familia.

Sería más complejo y doloroso para las madres y los padres no saber absolutamente nada, precisó Rosales Sierra.

“Que se estén sabiendo porciones de verdad es relevante. Tiene estas dos aristas: por un lado el dolor para ellos, y por el otro lado representa un camino, una ruta al conocimiento de la verdad”, insistió.

Pero, expuso, aún falta conocer muchos tramos de esa verdad. Las investigaciones, expuso, seguirán, las búsquedas continuarán y seguirán enviando restos óseos hallados en la Barranca de la Carnicería a la Universidad de Innsbruck para su análisis. Además, agregó, los padres seguirán su lucha y la búsqueda de justicia porque falta mucho por saber.

–¿Confían en que antes de que termine el mandato del presidente Andrés Manuel se conozca el paradero de los 43?, –se le preguntó al abogado.

–Es difícil poder vaticinar eso. Es complicado. Lo que sí te puedo decir es que hasta ahorita hay el compromiso del presidente de esclarecimiento, de que se está investigando se sigue buscando y eso nos da un grado de certeza.

En breves declaraciones con Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, otro de los 43, manifestó que ante la información que hoy recibieron es dolorosa, pero es verdadera.

“Nosotros como madres y padres hemos dicho siempre, por más que sea doloroso que nos digan la verdad, y eso es lo que está haciendo el gobierno. Entonces, como hemos dicho, reconocemos el trabajo que están haciendo en busca de nuestros hijos”, mencionó la madre.

La confirmación de la FGR

Gómez Trejo informó sobre los avances de la búsqueda de identificación de estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos el 26 y 27 de septiembre del 2014 en Iguala.

“El año pasado la Unidad del caso Ayotzinapa obtuvo resultados positivos en un lugar conocido como Barranca de la Carnicería, ejido de Cocula, Guerrero, identificando a un resto perteneciente al estudiante Cristian Alfonso Rodríguez Telumbre. Los fragmentos óseos de cuyo resultado hoy les informaré estaban en ese mismo lugar”, se le escucha decir al servidor público en un video que circuló en la red.

Detalló que la UEILCA recuperó alrededor de 180 fragmentos óseos, desde la primera búsqueda, ocurrida de noviembre del 2019 hasta la fecha. Al recuperar los restos óseos, los trasladaron a las instalaciones de Servicios Periciales de la FGR para su análisis, tanto por el personal de la dependencia como por el equipo argentino de antropología forense.

“Ambos equipos determinaron la viabilidad de estudios genéticos en un total de 16 fragmentos óseos, seleccionados los días 8, 13, 14 y 20 de octubre del 2020, por lo que se tomó la decisión de trasladarlos al Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck en Austria, sin embargo, y debido a las limitaciones impuestas por la pandemia de la Covid-19, el vuelo se realizó una vez que las condiciones sanitarias lo permitieron”, explicó el titular.

La primera identificación que se realizó fue a un hueso calcáneo, el talón de Aquiles de un pie derecho, perteneciente a Cristian Alfonso Rodríguez.

Informó que en los próximos días viajara a Innsbruck, Austria, para entregar nuevos restos óseos para su análisis, y también para recoger los remanentes e informar a las familias si en alguno de estos dos casos que se notificaron como positivos existe alguna posibilidad de les entregue los fragmentos.

Organismos de derechos humanos

Organismos de derechos humanos como Tlachinollan, Centro de Análisis e Investigación Fundar, Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz) y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez enviaron su solidaridad a la familia de Jhosivani.

Manifestaron en un comunicado conjunto que las familias de los desaparecidos tienen derecho a la verdad, que este hallazgo muestra que la identificación genética es posible, aun con el paso del tiempo.

Expusieron que se necesitan mecanismos extraordinarios, masivos y con recursos para atender el rezago forense.

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