China y EEUU anuncian que ahora sí combatirán la crisis climática, pero no dicen cómo

China y EEUU anuncian que ahora sí combatirán la crisis climática, pero no dicen cómo

Entre la presión de Reino Unido por tener un documento final y no alargar las negociaciones, más el desbalance que significó el anuncio de un acuerdo climático entre China y Estados Unidos, causantes del 40% de las emisiones en el mundo, la COP26 podría desplegar un resultado con severas dudas en derechos humanos y regresivo, advierten activistas

Texto: Arturo Contreras Camero en Pie de Página

Foto: Cop26 Flickr

GLASGOW, ESCOCIA.- La noche del miércoles, China y Estados Unidos, los países que más emisiones de gases de efecto invernadero emiten en el planeta (casi el 40 por ciento de las emisiones totales en el mundo), anunciaron un acuerdo bilateral para mantener a raya el calentamiento climático, sin embargo, el acuerdo en sí mismo no se ha dado a conocer. Se espera que la próxima semana Joe Biden y Xi Jiping, mandatarios de ambas naciones, sostengan una reunión virtual.

El anuncio cayó como un balde de agua fría en las negociaciones de la COP 26, que desde dos días antes habían sido calificadas de no cumplir con las metas establecidas de mantener el calentamiento del planeta dentro de los 1.5 grados para final de siglo.

“El acuerdo entre esos dos países es una cuestión binacional, mientras que en lo que estamos intentando hacer aquí es un acuerdo entre casi 200 naciones”, respondió el presidente de la COP 26, Alok Sharma, en una conferencia de prensa llevada a cabo este jueves, al ser cuestionado sobre si el acuerdo cambiaba el panorama en cuanto a las negociaciones que se habían desarrollado durante estas dos semanas.

Desde la mañana del miércoles y durante el jueves la presidencia de la COP 26, junto con el país anfitrión, Reino Unido, han publicado varias versiones de los acuerdos finales de esta Conferencia de las Partes, mismas que, alertan activistas y organizaciones civiles podría implicar un retroceso en materia de derechos humanos e incluso, socavar lo alcanzado por el Acuerdo de París de 2019.

El anuncio del acuerdo de EEUU y China fue tomado con entusiasmo por el resto de las naciones, que esperan que de una nueva inercia a las discusiones que desde hace dos días parecían estancadas. Las metas puestas por cada nación sobre sus emisiones parecían no ser lo suficientemente ambiciosas. Entre los pasillos de la COP la versión ante el fracaso de la cumbre es recurrente, mientras que la delegación de Reino Unido se escuda en decir que lo alcanzado permite poner el escenario ideal para que se cumplan estas metas el próximo año.

Esto ha dañado la credibilidad de la cumbre, pues a pesar de que los países asistentes se dicen preocupados por resolver la emergencia climática, los compromisos alcanzados hasta el momento no lo demuestran. Muestra de ello es que países como Australia, Sudáfrica y México se negaron a firmar el acuerdo para dejar de generar energía con carbón.

En el mismo sentido, la sociedad civil ve con desánimo los cambios alcanzados. Desde el fin de semana preocupa el estatus de los derechos humanos y de los pueblos indígenas, que ya quedaron fuera de los temas de Acción y Empoderamiento y que podrían quedar fuera de lineamientos clave como el artículo 6 del acuerdo de París, en el que se mencionaba la voz de las comunidades locales y los pueblos indígenas en cuanto a la instalación de proyectos energéticos (renovables o fósiles) en su territorio.

En entrevista, Ghazali Ohorela, representante del Foro de Personas Indígenas, el espacio de representación que tienen en esta cumbre todos los pueblos indígenas del mundo, advirtió que bajo la redacción actual de los acuerdos, se podrían borrar salvaguardas esenciales.

“El despojo que hemos sufrido siempre se podría recrudecer, volvería a pasar la historia que nos ha azotado una y otra vez, pero ahora de forma más severa bajo la bandera de las energías limpias. Por eso necesitamos algún tipo de seguridad”, dijo el originario de Maluku, el archipiélago entre Australia y Nueva Zelanda. “El 80 por ciento de la biodiversidad del mundo está en nuestros territorios, sería poco sabio quitarnos nuestras tierras, sería ilógico”.

Otras organizaciones lamentan las modificaciones a ciertos acuerdos alcanzados en París sobre los mercados de carbono, que podrían incluso echar por tierra lo alcanzado hace cinco años, pues podrían abrir la puerta a mecanismos de reposición de emisiones que al final solo se traducirían en permitir a los países contaminantes emitir más gases de los que ya producen.

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