En Milpa Alta obras de Sheinbaum se topan con defensa comunal

En Milpa Alta obras de Sheinbaum se topan con defensa comunal

Habitantes de Milpa Alta acusan que las obras prometidas por Claudia Sheinbaum en la demarcación incumplen los acuerdos comunales y que sólo significan el cambio de uso de suelo que beneficiará a un reducido grupo de políticos y empresarios

Texto y fotos: Arturo Contreras Camero en Pie de Página

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando inició su mandato, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, prometió llevar a Milpa Alta dos universidades, un cuartel de la Guardia Nacional, una escuela de Lenguas Indígenas, un par de bancos del Bienestar y otras casas de cultura, según comentan pobladores de la zona; hoy, muchas de esas obras no han iniciado.

Para mover una piedra en Milpa Alta se necesita la aprobación comunal, ya que en la mayor parte de la alcaldía tiene ese tipo de propiedad (24 mil de 28 mil hectáreas) y es necesaria la aprobación de la asamblea de comuneros. Ese podría ser el obstáculo más grande para los planes del gobierno capitalino en la zona, aunque parece que ya encontró una manera de sortearlo.

Cambio de bienes comunales

El 19 de diciembre la titularidad de bienes comunales cambió de manos; ésta es la autoridad que representa a los comuneros y que tiene las llaves para que en el territorio de Milpa Alta se puedan llevar a cabo obras. Como reportó Pie de Página, el exalcalde y actual diputado local Octavio Rivero destinó recursos para favorecer a uno de los candidatos, un incondicional suyo: Ignacio Vilchis.

Rivero fue alcalde de 2018 a 2021 en Milpa Alta, por el partido Movimiento Ciudadano, pero por estrategia política se enfiló en Morena. Desde esa alianza, Rivero buscó y aprobó los terrenos en dónde realizar las obras prometidas por Claudia Sheinbaum, según explican algunos vecinos.

A continuación presentamos el caso de dos predios que están en los planes de proyectos del gobierno de la ciudad, pero que están abandonados por no contar con la aprobación de la asamblea comunal.

El rastro demolido

Hasta octubre de 2021, sobre avenida Jalisco 336 todavía se levantaba el rastro de Milpa Alta. Una mañana de ese mes, policías y granaderos de la ciudad desalojaron el terreno y empezaron su demolición. El predio sería usado como una estación de bomberos, según habían informado a la asociación de barbacoyeros. El rastro se había inaugurado en 1970, pero siempre había sido objeto de malos manejos.

“Llegaron desde las seis de la mañana, no recuerdo bien el día”, cuenta al respecto Victorio Pérez Ruiz, de la asociación de barbacoyeros. “A las seis de la mañana entraron y de repente ¡Va para afuera todo! Tomaron posesión, con la fuerza pública y los granaderos. En el momento los abogados nos dijeron que ni para qué meterse, que para responder se tenían que tomar todas las de la ley.

Desde que se inauguró el rastro, el predio quedó en manos de la asociación de barbacoyeros bajo un permiso otorgado por las autoridades de Bienes Comunales, sin embargo, la administración siempre estuvo en manos de las autoridades locales, que ni siquiera rendían cuentas claras y que no reconocían la propiedad de la asociación sobre el predio, según cuenta el señor Victorio.

Incluso, en 1994, el gobierno local le demandó a los barbacoyeros 6 millones de pesos para reconocer la titularidad de la tierra, misma que tuvieron que demostrar buscando documentos agrarios de hace casi 500 años, cuando la Corona Española gobernaba en estos terrenos (Por medio de un conocido en el Vaticano consiguieron el documento).

En el 2001, la entonces delegada Guadalupe Chavira, que ahora es diputada federal por Tláhuac, consiguió una concesión para distribuir leche, que buscó construir en el lugar. Sin embargo, el grupo de barbacoyeros se amparó y lograron obtener la suspensión de la distribuidora.

A pesar de contar con ese amparo, que en fondo debió resolver el dilema sobre la pertenencia del terreno, los barbacoyeros dicen que Octavio Rivero mandó a desalojar y demoler el lugar que ahora permanece en ruinas y sin un futuro claro.

Por un gran hospital, no una clínica más grande

En marzo de 2021 el centro de Salud T-III empezó a operar como una clínica de especialidades. Mario Camarillo Romero y un par de vecinos más de la zona se dieron cuenta porque vieron que la calle en la que está, que no tiene banqueta y desemboca en un laberinto de nopaleras, empezó a tener un tráfico inusual. Eran las enfermeras y los doctores que dejaban su auto en la calle.

Meses después, el 17 de octubre, la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum acudió a Milpa Alta a ver cómo el centro de salud, que era una unidad de salud de primer nivel, empezaba a operar como un hospital de especialidades, o T-III, como se dice.

Los vecinos se decepcionaron. Ellos esperaban un hospital amplio, no una clínica más grande. Incluso, mediante un acta de asamblea comunal, habían acordado que el terreno en el que está el centro de salud se destinara a la construcción de un hospital grande.

Su sorpresa llegó cuando vieron que la barda del hospital ocupaba solo un tercio del terreno, y que en el otro tercio se erigía un galerón que albergaría un Instituto Rosario Castellanos, la nueva propuesta de educación superior implementada por el gobierno de Sheinbaum; una Universidad del Bienestar y una Escuela de lenguas indígenas. Eso no era el plan que se había acordado en asamblea, se quejaron.

“Nosotros de alguna manera pensamos que ese proyecto se iba a respetar. Pero tuvimos que indagar porque en septiembre de 2021 nos dimos cuenta que empezaron a hacer nada más esa parte, el centro de salud, y ahí amablemente un policía nos dijo que el centro de salud solo iba a ser esa parte y que toda esta parte iba a ser para las escuelas, o para una de las tres, no nos queda muy claro”.

Mario Camarillo, habitante de Milpa Alta.

El terreno es de más de 7 mil 500 metros cuadrados, y el hospital está relegado a un rincón de ese terreno, a pesar de que su edificación ha costado más de 35 millones de pesos, según recuerdan los vecinos. Primero se le destinaron 2.5 millones del ejercicio de presupuesto participativo en 2014 y 2015, y de 2015 a 2018 se gastaron más de 30 millones en el proyecto, según dicen los vecinos.

«¿Por qué quieren venirse a meter con triquiñuelas?»

El pasado 4 de diciembre, la Alcaldía de Milpa Alta organizó una Consulta Popular en Villa Milpa Alta sobre el fortalecimiento de los hospitales y la construcción de las universidades; en el ejercicio participaron mil 621 personas, y los votos favorecieron a los proyectos de Sheinbaum con porcentajes mayores al 95 por ciento. Los vecinos aseguran que el resultado no es vinculante porque no cuenta con una alta participación.

Este lunes se dio a conocer el programa de Obras 2022 de la Ciudad de México. Plantea que de marzo a junio se hará la adecuación de los espacios en la planta alta, pero la obra parece un cascarón de muros de concreto pintados son huecos oscuros en donde deberían estar las ventanas.

“No es que no queramos los proyectos, o la educación, es que el hospital está pegado a una zona de cultivos, con una vialidad muy pobre para soportar más escuelas. No queremos la universidad en este pequeño espacio. Hay lugares más adecuados”, asegura Guadalupe Torres, otra de las vecinas del lugar.

“No es viable que esto se haga una universidad. Van a haber comerciantes y esto va a colapsar. Ya están abriendo negocios, farmacias, tiendas, esto cambia la imagen urbana, no hay vialidad, ni para los estudiantes ni para los campesinos”, remata.

Entre los vecinos, del antiguo rastro como del centro de salud-futura universidad, la llegada de estos proyectos solo significa el cambio de uso de suelo para toda la demarcación. Les preocupa que eso solo beneficie a un grupo pequeño de políticos y empresarios.

“Esta tierra es comunal y está reconocida, ¿por qué quieren venirse a meter con triquiñuelas? Son gente apátrida, como les dice el presidente, vendepatrias. Vamos a defender Milpa Alta. Este es el mensaje importante que queremos que se proyecte, esa no es la cuarta transformación que nos prometió el presidente y le solicitamos que se respete la autonomía de la comunidad de Milpa Alta”, dice la señora Guadalupe. “Y si no, que nos venga a visitar, porque él sí es una persona íntegra”.

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